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Debido a su ya característico derroche de estilo y elegancia, la Semana de la Alta Costura de París, Francia, conquistó el podio como referente mundial incuestionable de la moda. Como en cada oportunidad, algunas de las personalidades más notables del segmento asistieron a la muestra, que esta vez, además de glamour, cedió espacio a la irrupción artística.
Los siempre presentes pasteles, así como dos clásicos de la prestancia: el negro y el blanco, se vieron escoltados por colores fuertes, en conjunción con los estampados y las líneas geométricas preponderantes.
Flecos, plumas, pieles y la joyería de autor imprimieron singularidad y brillo al paso de las maniquís. Asimismo, la simetría del art déco otorgó su toque de inspiración y sutileza.
Y, a modo de marcar una edición sin precedentes, el “káiser” de la moda Karl Lagerfeld celebró sus 50 años en el mundo de la moda, descubriendo una colección que a nadie dejó indiferente (mucho menos a los apasionados de Chanel).
Los diseños de Armani Privé, Elie Saab, Alexandre Vauthier, Giambattista Valli, Jean Paul Gaultier, entre otros modistos de peso, iluminaron la pasarela, que registró un único ausente: el italiano Valentino, quien se encontraba abocado a la apertura de una boutique de su marca en la Ciudad Eterna: Roma.
La más reciente entrega de la Semana de la Alta Costura de París visibilizó a dos nuevas autoras: Ulyana Sergeenko, la rusa; y Ilja Visser, la holandesa. Sin embargo, esto no constituyó la sola primicia, pues se trató de la primera ocasión en que John Galliano destapó sus propuestas bajo la tutela de Maison Margiela.
nadia.cano@abc.com.py
Fotos EFE, AFP.