Ojo con los ojos

Los cuidados oculares durante los días intensamente soleados deben extremarse, aunque los oftalmólogos aconsejan ir más allá e instan aplicarlos incluso en jornadas nubladas.

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Quienes utilizan lentes de contacto tampoco escapan a las recomendaciones profesionales para eludir problemas provocados por la sobreexposición solar y los baños en piscinas, ríos o mares. Rehuir de las exposiciones solares prolongadas y usar los anteojos de sol protectores dotados de filtros contra los rayos UV son esenciales para eludir las afecciones oculares más típicas del verano. Por eso, es preferible, y a la larga mucho más conveniente, gastar unos guaraníes extra en gafas certificadas en lugar de aquellas que se venden en la calle a menor precio, pero sin brindar garantía alguna de calidad, pues "estas generalmente no cuentan con el filtro ultravioleta apropiado, lo que permitiría el pasaje sin control de la radiación UV al interior de los ojos", explica Miriam Rafaela Cano, oftalmóloga. La doctora añade que los lentes de sol carentes de las condiciones óptimas para el resguardo de la visión podrían ocasionar diversos daños, ya que los cristales oscuros sin el filtro UVX adecuado disminuyen la cantidad de luz que llega hasta los ojos, por lo que las pupilas se dilatan, permitiendo que ingrese mayor radiación a la zona. Esto predispondría a patologías, como cataratas, y probablemente a una degeneración macular que disminuye la percepción óptica. Se trata de trastorno ocular indoloro que va destruyendo paulatinamente la visión, dificultando la visualización de detalles finos; por lo tanto, impide la lectura, la conducción, la costura, entre otras actividades.

"Un buen lente de sol lleva impresas las siglas UVX, advirtiendo que el producto efectivamente cuenta con el filtro indicado. Es fundamental tener presente que la función específica de este accesorio es proteger a los ojos de la radiación solar. Si la persona presenta un caso de refracción; es decir, si necesita usar anteojos, puede hacerse unos con el aumento o la graduación determinados por su médico, con filtro UVX y el color pertinente para el sol", recalca Cano.

Más atenciones  

Otro aspecto a ser considerado especialmente por los pacientes que padecen el denominado síndrome del ojo seco (SOS), que afecta a millones, es que ellos pueden resultar más sensibles a ciertas sustancias irritantes, como el cloro de las piscinas. Algunos factores que aumentan el riesgo de sufrir SOS son el contacto con la contaminación ambiental, el humo, las condiciones de mucho sol, el viento, el aire frío o seco. En este caso, lo más recomendable es consultar con un oftalmólogo para que sea este el que indique si es momento de aplicarse lágrimas artificiales. Lo bueno es que el SOS actualmente cuenta con tratamientos médicos sencillos.

"Los ojos rojos, acuosos o con picazón son causados por alérgenos comunes como el polvo y el polen. Se podrá proteger esta zona del rostro con grandes y envolventes lentes de sol a fin de que no entre en contacto directo con el aire", sostiene Patricia Acosta de León, óptica técnica y contactóloga. Subraya además que existe una serie de factores que afectan a la visión y coincide en que para prevenirlos es primordial el uso de lentes con protección, que bloqueen el acceso de los rayos solares, garanticen la calidad visual, prevengan el desarrollo de males oculares y, a la vez, brinden estilo y confort para el andar cotidiano. "Incluso en tiempo nuboso la protección UV es indispensable, ya que si bien las nubes absorben la luz visible, captan muy escasamente los rayos UV. Con el comienzo del verano, incrementa la realización de actividades al aire libre y la exposición a la radiación ultravioleta es más recurrente".

A criterio de Acosta, lo principal es recurrir a ópticas que ofrezcan productos con la debida certificación, ya que estos son los que verdaderamente absorben el 100 % de los rayos ultravioletas (UV-A, UV-B y UV-C). "Los lentes con filtros polarizantes aportan mayor comodidad en las áreas de fuerte reflectividad y una mejor percepción de los relieves y contrastes (ideal para aquellas personas que desarrollan deportes al aire libre o acuáticos, para los conductores frecuentes y para quienes viajan o transitan por rutas)".

Lentes de contacto

Otros profesionales, además, desaconsejan el uso de las lentillas de contacto en el agua, porque podrían provocar infecciones en las córneas, anticipar el desarrollo de cataratas u otras lesiones intraoculares. Aunque estos elementos sean cómodos y otorguen practicidad, durante este periodo se debe prestar más atención y saber que estos requieren de ciertos cuidados, tanto para su conservación como para eludir dificultades dañinas. El peligro no solamente está en el cloro, sino también en los microorganismos, como la acanthamoeba, causante de la queratitis infecciosa, afección corneal que puede dejar graves consecuencias, pudiendo significar la pérdida del ojo atacado.

Si una no tiene planeado ingresar al agua, no debe tomar sol con los lentes de contacto puestos, porque el viento y las altas temperaturas los secarían, derivando en complicaciones severas. Es más, con lentes de contacto también deben usar lentes de sol.

Importante  

-Elegí colores de lentes que destaquen tu rostro y tono de piel. Por ejemplo: si tenés cutis claro, priorizá el rosa.   

-Considerá el diseño y tamaño (no muy pequeños) de los lentes de acuerdo a la forma de tu rostro.

-Recordá que, más allá de la moda, el objetivo es sentirse segura y cómoda.

-Comprá un paño para la limpieza frecuente del lente, cuidando su calidad.

-Mantené tus lentes en un estuche rígido para que no se golpeen, aplasten o rayen.

-Evitá exponer este accesorio al calor intenso. 

El lado bueno

No todo es negativo. El sol es fuente de vitamina D, presente también en las sardinas, la caballa, la yema del huevo, la grasa láctea, el salmón y el atún. Esta sustancia se asimila mejor cuando se la consume junto con la vitamina A, contenida en las verduras, los lácteos y los aceites de pescado, las hortalizas de hojas verde y amarilla, y en el hígado de bacalao.

Por otro lado, según estudios desarrollados, los rayos UV arrojan efecto similar al de haber realizado ejercicios físicos, refuerzan las defensas. El elemento clave para gozar de los beneficios del sol es buscar el equilibrio, tomando la cantidad necesaria sin llegar a quemarse.

RAYOS UV

La radiación ultravioleta (UV) es una forma de energía proveniente del sol. Las diversas radiaciones se clasifican según la longitud de onda. Mientras más breve sea esa longitud, mayor energía tendrá la radiación. Los rayos UV se dividen en tres tipos: UV-A (la menos nociva), UV-B (muy nociva y puede ser motivo de cáncer de piel) y UV-C (la más nociva, pero no llega a la superficie terrestre). La capa de ozono hace las veces de un colador contra los rayos UV-C, los cuales son sumamente perjudiciales para el ser humano. Los UV-B son mil veces más potentes que los UV-A, los que broncean la piel, arrojando más posibilidades de quemaduras. Es importante ser conscientes de que las pantallas faciales y las camas solares (solarium) tienen rayos UV del nivel A.

Texto Delicia Arzamendia || darzamendia@abc.com.py  
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