Obesidad y gestación

La Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés), en un estudio que divulgó el año pasado, asegura que la obesidad durante el embarazo supone un factor de riesgo cardiovascular, tanto para la mamá como para el bebé; además del riesgo de experimentar otros inconvenientes.

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Conforme con estadísticas del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS), en el 2014, el 43,8 % de las embarazadas presentaba sobrepeso y el 30 %, obesidad. Un reciente comunicado emitido por la misma cartera estatal dio cuenta de que el 57 % de la población nacional padece obesidad o sobrepeso, en una proporción de 22 y 35 %, respectivamente; cifra elevada y preocupante, según manifiesta la licenciada en Nutrición, Carolina Tovar.

La profesional es categórica al subrayar que el exceso de peso incide tanto en la madre como en el feto, ya que a este se lo predispone a severas complicaciones de salud y, tras su nacimiento, arrastra mayor tendencia a la obesidad.

“Durante la gestación, los expertos recomiendan aumentar entre 7 y 11 kg; de lo contrario, ella se sometería a situaciones indeseadas, como aborto espontáneo, diabetes gestacional, hipertensión, preeclampsia, parto prematuro de indicación médica, además de promover mayor número de cesáreas. El bebé también presentaría dificultades, como muerte intrauterina, macrosomía fetal (pesar más de 4 kg al nacer), programación fetal para desarrollar enfermedades como obesidad, diabetes mellitus y síndrome metabólico en adultez”, expresa Tovar.

¿Qué es la programación fetal?

“Se refiere a todas las adaptaciones fisiológicas y metabólicas que adquiere el feto en el útero a consecuencia de un ambiente adverso, con poco aporte de nutrientes y oxígeno. Que la embarazada no sostenga una dieta suficiente en cantidad y calidad (por carencia de medios o por voluntad propia), o bien exista un abastecimiento exagerado durante la etapa crítica del desarrollo estructural o funcional de los órganos del feto influirán en cómo ese bebé afrontará ciertas condiciones una vez fuera del vientre materno”, explica.

Finalmente, queda claro que programar el embarazo es fundamental para adoptar un estilo de vida más saludable. Se debe comenzar un régimen alimenticio que permita el buen funcionamiento hormonal. Recordemos que el síndrome del ovario poliquístico afecta a mujeres obesas y se vincula con la infertilidad. Es necesario evitar el desgaste nutricional materno y garantizar depósitos energéticos adecuados para una lactancia efectiva. Siguiendo determinadas recomendaciones del médico, la futura mamá, incluso, puede practicar alguna actividad física a ritmo moderado; considerando que el ejercicio incrementa la sensación de control y el estado de ánimo, además de aliviar los dolores de espalda y prevenir el deterioro de las articulaciones, que tienden a aflojarse por los cambios hormonales.

Dieta gestacional

Es ineludible trazar un plan de alimentación acorde con el estado de la gestante, acomodando preferencias, aversiones y malestares con comestibles que mitiguen sus síntomas y eliminando los que no tolera. Hablamos de incluir alimentos naturales como carnes magras, huevos, lácteos descremados, stevia, frutas, frutos secos, semillas y vegetales, con el agua como bebida de cabecera.

dbattilana@abc.com.py

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