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Se conoce como fobias a las manifestaciones de nuestros conflictos internos expresados a través de algún tipo de miedo o angustia. Con el desarrollo constante de las tecnologías han nacido nuevas fobias que se relacionan directamente con la innovación de los dispositivos electrónicos.
El término nomofobia significa no-mobile-phone phobia o, lo que es lo mismo, la dependencia al teléfono móvil llevada al extremo, y es el nombre con el que se ha definido al miedo de ciertas personas a no estar pendientes del celular en todo momento. Puede parecer una simple adicción, pero también es posible que detrás de eso haya un grave problema psicológico.
“Todo exceso afecta negativamente. Para que haya salud mental, debe existir un estado de bienestar físico, psicológico y social; por lo que si pasamos muchas horas al día con el celular o frente a la computadora, descuidamos los otros aspectos de nuestra vida”, asegura la psicóloga y docente Mirta Romero, para agregar que esto afecta directamente la atención y concentración, así como el rendimiento en las diversas actividades, las relaciones interpersonales, además de la apariencia física, ya que se tiende al sedentarismo.
“En la era de la comunicación y la información, las personas cada vez se comunican menos, se miran menos; el diálogo cara a cara —aun estando cerca— cada vez es más escaso y por supuesto que esto afecta a la salud mental”, asegura.
La inseguridad personal es el factor más común que causa nomofobia, por lo cual se trata de un problema de autoestima y relación. “Esa dependencia puede deberse a varios motivos, como la búsqueda constante de una identidad y, sobre todo, el sentirse aceptado, en el caso de los jóvenes. También la presión grupal influye muchísimo, ya que si uno no tiene un smartphone, una cuenta de Facebook o Twitter no existe o no está en la onda. Además, influye mucho la publicidad y el consumismo, la facilidad con que uno puede adquirir hoy en día la tecnología”, explica la psicóloga.
Jóvenes 2.0
En muchos de los casos, contar con un aparato celular es realmente importante. Facilita las tareas diarias, ayuda a que recordemos las actividades programadas o incluso nos ofrece aplicaciones para mantener la salud y el estado físico, así como ayuda para las tareas escolares. Sin embargo, al ser un distractor constante, principalmente para los jóvenes, se torna peligroso. “Como psicóloga y docente, puedo decir que es realmente preocupante la situación de los jóvenes con los teléfonos celulares. Viven pendientes de sus smartphones, lo que representa un elemento de distracción durante el desarrollo de las clases, y lo que conlleva a un bajo rendimiento académico; en muchos casos, también afecta directamente a la ortografía, a causa de los mensajes abreviados y es un elemento que los expone al acoso o cyberbullying”, afirma Romero. Todo ser humano necesita del otro para desarrollarse plenamente, ya que la falta de contacto, de una amistad sincera, es lo que lleva cada vez a más personas a padecer depresión, estrés y fobias.
Perfil del nomofóbico
Al producirse una esclavitud absoluta al móvil, la adicción a veces es incontrolable. Quienes sufren este problema son personas a las que les es imposible apagar el móvil por las noches, lo que interrumpe las horas de sueño. El insomnio es, por tanto, una de las consecuencias más frecuentes en los pacientes con nomofobia. El nomofóbico se caracteriza por ser una persona que tiene falta de seguridad en sí misma y baja autoestima. En cuanto a la edad, la nomofobia suele darse con mayor frecuencia en los adolescentes, pues ellos tienen más necesidad de ser aceptados dentro del grupo y, además, están más familiarizados con las nuevas tecnologías que las personas mayores.
Siempre es aconsejable, ante cualquier duda, consultar con una persona especializada en dependencias, adicciones y en el tratamiento de seguridad personal o autoestima.
Texto nadia.cano@abc.com.py