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El Festival de Cannes, que reunió a estrellas de Hollywood y lujosas fiestas junto a las playas del Mediterráneo, tuvo una inauguración especial con el estreno de la cinta denominada Grace de Mónaco, que tras la expectación que había creado dio lugar a duros comentarios por parte de la exigente crítica. “Es una telenovela”, resumió una periodista italiana. “Cannes abre con un biopic real peor que el de Diana”, afirmó el diario británico The Guardian, y el Daily Telegraph lo calificó de “melodrama idiota”. La publicación francesa Telerama consideró al filme: “Al borde de la tontería”, y el Hollywood Reporter se preguntó: “¿Cómo es posible hacer un filme aburrido a partir de un historia tan rica en chismes?”. Por su parte, Kidman, que lleva en sus hombros el polémico filme del francés Olivier Dahan, llegó precedida por una controversia con la familia real de Mónaco y también con la confesión de que no nació en Australia y que tampoco se llama Nicole. Su lugar de nacimiento es Honolulu, Hawai, EE. UU., y su nombre real es Hokulani, que significa “estrella celestial”. En conferencia, Kidman trató de apaciguar la tormenta afirmando que la cinta está llena “de afecto y amor” e invitó a los príncipes de Mónaco a verla. La familia Grimaldi, que había dado su acuerdo al guión, vio el trailer del largometraje —centrado en seis meses de la vida de la exestrella de Hollywood, Grace Kelly, quien abandonó el cine para convertirse en esposa del príncipe Raniero III— y lo calificó de “farsa”. En la rueda de prensa en el Palacio de Festivales, tras el primer pase de la película —en la cual se escucharon silbidos y un frío silencio— Kidman expresó su tristeza por la controversia, reiterando que había sido hecha “con mucho afecto”. “Me siento triste porque el filme no tiene ninguna mala voluntad hacia la familia o hacia Grace”, resaltó la oscarizada actriz. “Pero si (los príncipes) vieran el filme, se darían cuenta de que hay mucho afecto hacia sus padres y hacia la historia de amor entre los dos. Mi actuación fue con amor”, afirmó Kidman, horas antes de asistir a la gala acompañada del equipo del filme, entre ellos la española Paz Vega, quien interpreta a María Callas, que visitaba Mónaco con el magnate griego Aristóteles Onassis, y el británico Tim Roth, que da vida a Raniero.
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