Más allá de la web

Ella, paraguaya; él, canadiense. En octubre cumplirán dos años de un matrimonio coronado con el mejor regalo que les dio la vida: Emma Valentina (9 meses), quien llegó al mundo para testificar que el amor puro existe. Una pareja sumamente enamorada que hoy vive en Canadá y cuya historia tiene un detalle peculiar: se conocieron a través de la web.

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Antes de dar el uno con el otro, Nathalia Lacognata Almada (21) y Steven Sagala (24) vivían como otros jóvenes con ganas de profesionalizarse y progresar. Nathalia nació en Asunción, es hija de Silvia Almada y Enrique Lacognata, tiene una hermana: Montserrat, es del signo Aries, su perfume favorito es Tommy Girl y Queen figura entre su lista de artistas. Tras egresar del colegio Inmaculado Corazón de María, se alistó para cursar Hotelería y Turismo en la Universidad Columbia. De día trabajaba en una financiera y por las noches asistía a clases. Steven es hijo de Mary y Michel Sagala, tiene dos hermanos: Melissa y Martin, es de Sagitario, fanático de Pitbull y amante de la carpintería. Al culminar sus estudios en el Chateauguay Village Regional High School inició un curso de negocios y carpintería. Como muchos, Nathy y Steven eran habitués de distintas redes sociales, entre ellas Badoo, fundada en 2006 con 150 millones de seguidores en el mundo. Internet los sorprendió y así iniciaron una historia similar a la de un libro de cuentos con un final muy feliz, tras un año y medio de noviazgo.

¿Cómo se conocieron?, ¿quién contactó primero? Fue en marzo de 2011 por medio de Badoo. Fue Steven quien me mandó un mensaje primero: "Ola". No le respondí en ese momento, pasaron varios días sin que frecuentara mi cuenta, hasta que un día decidí responderle con un: “Hola” y arrancó la charla.

¿Cómo empezaron a hablar? Era toda una aventura porque no me despegaba del traductor de Google y tuve inconvenientes ya que a veces no era tan efectivo, pero fui acostumbrándome. Él hacía lo mismo para expresarse en español. Eso duró casi un mes y medio hasta que noté que era un muchacho educado y buscaba una conversación amigable. A medida que ganamos confianza, él me llamaba y hablábamos como mínimo 20 min. Luego le dije que comunicarnos así costaba mucho y acordamos hacerlo vía Skype. Al principio solo hablábamos él y yo, pero después ya fui congeniando con su familia y él con la mía. Contactábamos unas tres veces por semana.

¿Cómo se dio el encuentro en persona? ¡Fue de locos! Me dijo que el solo hecho de hablar le provocaba muchos sentimientos, pero que para emprender algo necesitábamos estar juntos. Eso nos catapultó y nos pusimos en campaña. Steven fue al Paraguay con su papá en 2012 para que toda nuestra vida virtual se convirtiera finalmente en algo real. Durante ese tiempo vivimos emociones inexplicables. Ellos perdieron el vuelo en Nueva York y no pudieron llegar para la fecha pautada. Fue un día perdido, pero al día siguiente contaba las horas para verlo. Al pisar el aeropuerto lo primero que hizo Steven fue venir a abrazarme. Fue una sensación única, inolvidable.

¿Cómo fue su noviazgo? En ese tiempo fue todo muy lindo (y sigue siéndolo). Como toda pareja, tuvimos y tenemos diferencias, pero supimos sobrellevarlo todo hasta ahora.

¿Cómo enfrentaron el tabú de las parejas que se conocen vía web? Inicialmente ambos sentimos miedo; que dos personas se conozcan por internet, formalicen y sean felices para siempre no es algo que se escuche muy a menudo. Hasta hoy consideramos que lo nuestro fue sumamente arriesgado, pero concluimos que así lo quiso el destino y acá estamos.

Comprobaron que existe el amor a distancia. ¿Se da para todos o solo para algunos? En nuestro caso se dio. Depende de cuánto trabaje cada pareja en la relación. Se requieren varias cosas, pero son fundamentales la paciencia y la confianza. Tuve la suerte de que en todo momento nuestras conversaciones fueron muy abiertas, nuestras familias permanentemente estaban al tanto. Algo que siempre voy a agradecer es el apoyo recibido y todo lo que me acompañó mi familia.

¿Cómo fueron forjando el vínculo? ¿Cambió algo? Muchas cosas. Estar lejos nos hizo apreciar mucho cada momento de nuestra relación y desde que nos reunimos los sentimientos fueron creciendo.

¿Anécdotas? Algo que cada vez que recuerdo me causa mucha gracia es cuando Steven fue al Paraguay con su papá. Salíamos a pasear con mis padres y en una ocasión nos trasladamos en taxi. Ellos estuvieron con los nervios de punta durante el “paseo”; que quedaron estupefactos con el tráfico, muy diferente al de Canadá, donde todo es más tranquilo y ordenado. Para ellos, el taxista iba muy rápido y eso de meterse entre colectivos ¡era de terror!

¿Cuándo se comprometieron? No mucho después de ir a vivir a Canadá. Tomar la decisión de venir fue muy dura; mientras él se preparaba para ir al Paraguay, sabía que en algún momento me propondría que fuera con él. Dudé hasta el último minuto, pero compré mi pasaje y, arriesgando mucho (mi familia, mis estudios, mi vida en el país), emprendí viaje a Canadá para siempre.

¿Cuál fue la reacción de los padres? Sorpresiva para todos, pero se pusieron muy felices por nuestra decisión. Nos comprometimos una tarde, cuando Steven me sorprendió con el anillo mientras veíamos una película (risas). Algo no muy romántico, pero lindo.

¿Dónde contrajeron nupcias? En Canadá, en octubre de 2012, durante una ceremonia chiquita, pero dulce. Mi familia en el Paraguay se reunió en casa de mis padres, frente a una pantalla gigante y observaron todo vía Skype. El civil fue en Montreal, Quebec; la cena en casa de mis suegros, con mucho frío y lluvia.

¿Cómo es la convivencia? Nos llevamos muy bien. Tenemos diferentes costumbres, especialmente en el mantenimiento de la casa. Él tiene una forma de hacer las cosas y yo otra, pero la resolvemos.

¿Cómo celebran el Día de los Enamorados? Acá se llama Valentine's Day. Se celebra como en el Paraguay, se sale a cenar o algo especial. Particularmente no salimos, pero siempre recibo flores y Steven, una carta con una caja de chocolates.

¿Cómo es la ciudad donde viven? Vivimos en un pueblo llamado Hemmingford, provincia de Quebec, un lugar muy lindo y tranquilo en las afueras de la ciudad y poblado por gente de la tercera edad. Fijamos residencia aquí porque Steven tiene trabajo desde hace tiempo. Deseo terminar mis estudios universitarios acá. Por momentos siento mucho la ausencia de mi familia, pero siempre están pendientes de mí y, por lo tanto, no me siento sola.

¿Qué experimentan cuando revisan el historial de mensajes? ¡Nos reímos mucho! Es hermoso porque podemos ver cómo fue creciendo nuestra relación en el tiempo. Se siente muy bien saber que todo lo que hicimos para estar juntos valió la pena.

Pese a su corta edad, Nathalia y Steven llevan un matrimonio fructífero y rompieron el paradigma de que las parejas que se conocen a través del inmenso mundo llamado internet no prosperan.

Pensar en positivo

Un estudio del portal de encuentros mobifriends.com demostró que el amor nacido a través de internet es igual de estable y satisfactorio que el iniciado por cauces normales, en una cafetería o un bar. El boom de las tecnologías móviles, sumado a la falta de tiempo libre, hace que los hábitos personales para relacionarse y conocer gente también cambien. De hecho, las páginas de encuentros son el canal idóneo para que las personas se encuentren o se busquen para iniciar cualquier tipo de relación. Según una investigación realizada con más de 19.000 parejas, las citas online son buena garantía de perduración y felicidad. Las parejas que se conocen en internet rompen menos que las tradicionales (un 6 % frente a un 7,6 %).

Fuente: http://www.abc.es/familia-parejas/20131118/abci-relaciones-internet-duraderas-201311181037.html

 Texto alejandra.viola@abc.com.py

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