Madrinas de contienda

Al cumplirse un aniversario más de la firma del protocolo de paz que dio fin a la Guerra del Chaco, transitamos por la historia para destacar la férrea labor y constancia de las mujeres que brindaron todo de sí por nuestra soberanía.

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Las dos guerras que enfrentó la nación, con sus antecedentes y consecuencias, sintieron el temple de la mujer. Mientras los hombres disputaban la batalla cuerpo a cuerpo con el enemigo, eran ellas, desde sus diferentes condiciones sociales, las encargadas de mantener y proteger la vida. “La principal diferencia entre estas contiendas es que perdimos una y ganamos otra. Parece obvio, pero eso resultó trascendental. A finales de la Guerra del 70, el último ejército de López lo integraban ancianos, niños y mujeres. La posterior ocupación trajo innumerables vejaciones a las madres, hermanas y esposas que, mientras debían recuperar algo de la soberanía perdida, soportaron, principalmente de los brasileros, múltiples afrentas a su dignidad”, refiere la profesora en Historia, Belén Cantero.

Participación femenina en la Guerra del Chaco

Esta contienda significó, para nuestro país, una inmensa movilización material, militar, financiera y social. “En 1932, al decretarse la movilización ciudadana, surgieron comisiones para la defensa del país; una de las pioneras fue la Comisión de Damas Pro Defensa Nacional. Otro grupo se reunía en el Ministerio de Guerra y Marina, en Asunción, confeccionando mosquiteros, vendas y uniformes. Estas movilizaciones fueron oportunas para condensar el fervor ciudadano en apoyo a la causa. Así, apareció definitivamente la iniciativa de las Madrinas de los Soldados del Chaco, conocidas luego como Madrinas de Guerra, cuya principal actuación se dio a través de la Comisión de Damas Pro Patria”, explica el licenciado en Historia, Francisco Alcaraz, especializado en investigación social y participación de las mujeres en esta guerra. “La comisión recibía todo tipo de donaciones para la consecución de la ayuda tan necesaria, llegando también a los defensores y familiares de los caídos en combate”, acota el investigador. “Sin lugar a dudas, el hecho que cristalizó su labor fue la contención moral y espiritual a los soldados, a través de las cartas y el envío de correspondencia. Muchas de ellas nunca conocieron a sus destinatarios; sin embargo, establecieron un vínculo muy cercano mediante las misivas”, enfatiza. A solo dos días de otro aniversario, resulta sensato reconocer el esfuerzo de nuestros compatriotas, rindiendo respeto a sus memorias y ejecutando planes sociales que les permitan llevar su vida, que es también la nuestra, con mayor dignidad. La tarea de las Madrinas de Guerra consistía en el soporte como madre espiritual de un hijo que no conoce, en reconocer como ahijado a aquellos soldados que combatieron por la defensa de la soberanía chaqueña.

carlos.canete@abc.com.py

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