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El arquitecto Gustavo González Caballero y el máster en Administración de Negocios Rolando Niella Bello festejan el éxito de un nuevo negocio para la decoración y practicidad de los ambientes.Rolando Niella vivió muchos años en Nueva York; volvió a Paraguay en el año 2009. "Allá me dedicaba a un negocio de exportación textil; como mantuve muy buenos contactos en EE. UU., con mi amigo Gustavo González decidimos empezar un negocio para comercializar artículos para la casa: así nace Lanova Textiles". La empresa tiene casi un año y medio y un éxito que sorprende aun a sus mismos hacedores. "Arrancamos con la primera compra importada de EE. UU. explica Rolando, aunque aún no definíamos bien las estrategias de marketing y merchandising; yo quería vender telas solo a decoradores, tapiceros y otras industrias de la casa, y Gustavo desde el vamos productos ya manufacturados con las hermosas telas que conseguimos".
-Tenían dos visiones bien distintas.
-Sí, no fue fácil definir la estrategia para comenzar. Yo como textilero me negaba a cortar las telas para hacer almohadones. Tradicionalmente, pensaba que se hacían de restos de grandes telas que sobraban de sillones y sofás. Por su parte, mi socio insistía en que hacer almohadones con las telas era lo más lógico.
-La idea de Gustavo era un poco arriesgada pero totalmente seductora.
-El conocía más de cerca el mercado de la decoración en Asunción. Me dijo muy sinceramente: "la gente está cansada de tanto almohadón chino, vía Iquique, hecho con telas de poliéster satinadas y resbalosas"; por otro lado, los almohadones de la India sí eran de algodón pero se deshilachaban fácilmente por no estar hechos con tela de tapicería. Por lo tanto, el argumento de Gustavo tenía forma: había un mercado para los almohadones decorativos hechos con calidad de telas y listos para llevar.
-Pero se pueden hacer, y en Asunción, ¿no hay lugares donde conseguir buenas telas de tapicería?
-Sí, pero no aceptan venderlos en cortecitos, y aquellas personas que buscan dos o tres almohadones no los consiguen. La verdad es que cuando la gente vio nuestra primera colección de almohadones entendió lo diferentes que eran, incluso a precios por debajo de los otros.
-¿Qué sucedió con tu visión de vender telas completas?
-Bueno, tuvimos que negociar un punto intermedio. Una vez que tuvimos todas las muestras de telas en nuestros escritorios, mi socio y yo hicimos una especie de acuerdo combinado con una apuesta o desafío que consistió en lo siguiente: él haría una pequeña colección de almohadones utilizando solo hasta 6 metros de todos los tejidos, mientras yo salía a ofrecerlos por metro a fabricantes y diseñadores de sofá. Para mi sorpresa, me encontré con un mercado muy complicado, indeciso a la hora de comprar tejidos de fantasía y adicto al chenille de color liso brasilero y al "cuero ecológico", o sea cuerina hecha sintéticamente del petróleo (ahora promocionada engañosamente como ecológico). Y así, mientras yo dejaba muestras en todos lados y esperaba respuestas de los decoradores y sus clientes, mi socio empezó a vender muchísimos almohadones desde nuestro depósito que poco a poco se fue volviendo una tienda tipo loft de Nueva York.
-Una especie de pieza grande; está muy de moda convertir depósitos en lugares de venta, discos, etc.
-Realmente era y sigue siendo un depósito, pero le dimos un toque de muebles y luces para que la gente pueda elegir entre más de 1.000 almohadones con o sin relleno. El público quedó encantado con este tipo de tienda-depósito. Después de esto, acepté que la visión de Gustavo venció sobre la mía.
-¿Podemos saber qué precios manejan?
-Desde 8.200 a 59.000 guaraníes, hay pequeños, medianos, grandes y talles especiales. También hacemos a pedido; tenés 400 diseños diferentes para elegir telas para almohadones, cortinas, mesa y cama.
-Telas como si estuviéramos en un mercado árabe
-Pero es Paraguay.
El triunfo de lo simple
"El éxito y la belleza están en la simplicidad y su lógica", resalta el Arq. Gustavo González. La empresa tomó los conceptos del mundo arquitectónico, donde se piensa en ladrillos, cerámicas, tejas, parquet, azulejos, grifos, etc. El "arqui", como le llaman en la tienda a Gustavo, al estilo de "casa de materiales de construcción", creó un fabuloso stock de almohadones estandarizados, con cierres invisibles, con y sin relleno. "La política fundamental de nuestra empresa es ofrecer los almohadones de mejor calidad al mejor precio en Paraguay dice el arqui. Todo el sistema está en sintonía con la demanda del mercado que no quiere pagar demasiado por un almohadón. Nuestras telas son todas espectaculares por su calidad y por su diseño".
-Eligieron un estilo más bien sobrio, clásico.
-Sí, nos concentramos en diseños clásicos que no necesitan de los adornos y firuletes que comúnmente se utilizan para encarecer los almohadones.
-Además de la venta e importación de telas, ¿hay mano local?
-Para abaratar costos y maximizar la calidad y durabilidad, contratamos costureras industriales paraguayas.
-Volviendo a la mercadería, ¿por qué se habla de almohadones sin relleno?, ¿no serían fundas?
-Esa es la pregunta que nos hace la gente cuando leen nuestros brochures. Los almohadones sin relleno son, en realidad, fundas de almohadones preparadas para que la gente las rellene, ya sea con almohadones viejos reciclados o con la fórmula de relleno propia. Pero no nos gusta llamarlos "funda", pues la mayoría de la gente confunde, y con razón, con las fundas de almohadas para la cama. O piensan que son fundas para proteger almohadones, cuando en realidad son la verdadera piel del almohadón. Y los con relleno son almohadones con nuestra propia fórmula de relleno resistente.
-Empresa innovadora, ¿también podemos comprar el relleno secreto?
-El tema de los rellenos de almohadones es todo un desafío que nosotros logramos vencer. Y es nuestro pequeño secreto. Por eso no vendemos los rellenos solos. Resulta que la gente se queja de que los rellenos, cuando manda hacer a pedido, le sale mucho más caros que nuestros almohadones ya completos.
-¿Qué sucede si quiero comprar 50 cm de tela para hacer mi propio almohadón?
-Te vendemos, pero te cuento que la mayoría llega y al ver productos hechos con telas tan hermosas, prefiere ahorrarse el dolor de cabeza de andar buscando costurera, cierres, esperar, etc. También hacemos a pedido, siempre que se respete nuestro sistema; no hacemos almohadones ni fundas circulares o cilíndricas (por los altos costos de fabricación).
-Otro detalle de interés es la practicidad de los cierres.
-En algunos lugares, para que salgan más baratos los hacen sin cierres. Nosotros los hacemos con cierres.
-¿Por qué consideraríamos a su producto ecológico?
-En el caso de nuestras fundas, bien pueden considerarse ecológicas, porque sirven para cubrir -y no tirar otros almohadones de China o India, con un material hecho en Paraguay que, por supuesto, cumple con todos los requisitos legales de exportación del Mercosur.
-Sí que piensan a futuro.
-Somos legales, invertimos acá porque simplificamos. Al producir los almohadones en forma industrial, en Paraguay se pueden conseguir unos costos muy parecidos a los de China, pero con supertelas. Respetamos al cliente con la excelencia de nuestros productos.
-Lo que se dice, cada noche pueden apoyar suavemente la cabeza y dormir en paz.
-Totalmente, vender caro no es nuestra política.
Rolando: "En Paraguay me topé con un mercado muy complicado, indeciso a la hora de comprar tejidos de fantasía y adicto al chenille de color liso brasilero y al cuero ecológico, o sea cuerina hecha sintéticamente del petróleo (ahora promocionada engañosamente como ecológico)".
Gustavo: "Todo nuestro sistema está en sintonía con la demanda del mercado que no quiere pagar demasiado por un almohadón. Nuestras telas son todas espectaculares por su calidad y diseño. Nuestra fórmula se basa en belleza y simplicidad".
-Tenían dos visiones bien distintas.
-Sí, no fue fácil definir la estrategia para comenzar. Yo como textilero me negaba a cortar las telas para hacer almohadones. Tradicionalmente, pensaba que se hacían de restos de grandes telas que sobraban de sillones y sofás. Por su parte, mi socio insistía en que hacer almohadones con las telas era lo más lógico.
-La idea de Gustavo era un poco arriesgada pero totalmente seductora.
-El conocía más de cerca el mercado de la decoración en Asunción. Me dijo muy sinceramente: "la gente está cansada de tanto almohadón chino, vía Iquique, hecho con telas de poliéster satinadas y resbalosas"; por otro lado, los almohadones de la India sí eran de algodón pero se deshilachaban fácilmente por no estar hechos con tela de tapicería. Por lo tanto, el argumento de Gustavo tenía forma: había un mercado para los almohadones decorativos hechos con calidad de telas y listos para llevar.
-Pero se pueden hacer, y en Asunción, ¿no hay lugares donde conseguir buenas telas de tapicería?
-Sí, pero no aceptan venderlos en cortecitos, y aquellas personas que buscan dos o tres almohadones no los consiguen. La verdad es que cuando la gente vio nuestra primera colección de almohadones entendió lo diferentes que eran, incluso a precios por debajo de los otros.
-¿Qué sucedió con tu visión de vender telas completas?
-Bueno, tuvimos que negociar un punto intermedio. Una vez que tuvimos todas las muestras de telas en nuestros escritorios, mi socio y yo hicimos una especie de acuerdo combinado con una apuesta o desafío que consistió en lo siguiente: él haría una pequeña colección de almohadones utilizando solo hasta 6 metros de todos los tejidos, mientras yo salía a ofrecerlos por metro a fabricantes y diseñadores de sofá. Para mi sorpresa, me encontré con un mercado muy complicado, indeciso a la hora de comprar tejidos de fantasía y adicto al chenille de color liso brasilero y al "cuero ecológico", o sea cuerina hecha sintéticamente del petróleo (ahora promocionada engañosamente como ecológico). Y así, mientras yo dejaba muestras en todos lados y esperaba respuestas de los decoradores y sus clientes, mi socio empezó a vender muchísimos almohadones desde nuestro depósito que poco a poco se fue volviendo una tienda tipo loft de Nueva York.
-Una especie de pieza grande; está muy de moda convertir depósitos en lugares de venta, discos, etc.
-Realmente era y sigue siendo un depósito, pero le dimos un toque de muebles y luces para que la gente pueda elegir entre más de 1.000 almohadones con o sin relleno. El público quedó encantado con este tipo de tienda-depósito. Después de esto, acepté que la visión de Gustavo venció sobre la mía.
-¿Podemos saber qué precios manejan?
-Desde 8.200 a 59.000 guaraníes, hay pequeños, medianos, grandes y talles especiales. También hacemos a pedido; tenés 400 diseños diferentes para elegir telas para almohadones, cortinas, mesa y cama.
-Telas como si estuviéramos en un mercado árabe
-Pero es Paraguay.
El triunfo de lo simple
"El éxito y la belleza están en la simplicidad y su lógica", resalta el Arq. Gustavo González. La empresa tomó los conceptos del mundo arquitectónico, donde se piensa en ladrillos, cerámicas, tejas, parquet, azulejos, grifos, etc. El "arqui", como le llaman en la tienda a Gustavo, al estilo de "casa de materiales de construcción", creó un fabuloso stock de almohadones estandarizados, con cierres invisibles, con y sin relleno. "La política fundamental de nuestra empresa es ofrecer los almohadones de mejor calidad al mejor precio en Paraguay dice el arqui. Todo el sistema está en sintonía con la demanda del mercado que no quiere pagar demasiado por un almohadón. Nuestras telas son todas espectaculares por su calidad y por su diseño".
-Eligieron un estilo más bien sobrio, clásico.
-Sí, nos concentramos en diseños clásicos que no necesitan de los adornos y firuletes que comúnmente se utilizan para encarecer los almohadones.
-Además de la venta e importación de telas, ¿hay mano local?
-Para abaratar costos y maximizar la calidad y durabilidad, contratamos costureras industriales paraguayas.
-Volviendo a la mercadería, ¿por qué se habla de almohadones sin relleno?, ¿no serían fundas?
-Esa es la pregunta que nos hace la gente cuando leen nuestros brochures. Los almohadones sin relleno son, en realidad, fundas de almohadones preparadas para que la gente las rellene, ya sea con almohadones viejos reciclados o con la fórmula de relleno propia. Pero no nos gusta llamarlos "funda", pues la mayoría de la gente confunde, y con razón, con las fundas de almohadas para la cama. O piensan que son fundas para proteger almohadones, cuando en realidad son la verdadera piel del almohadón. Y los con relleno son almohadones con nuestra propia fórmula de relleno resistente.
-Empresa innovadora, ¿también podemos comprar el relleno secreto?
-El tema de los rellenos de almohadones es todo un desafío que nosotros logramos vencer. Y es nuestro pequeño secreto. Por eso no vendemos los rellenos solos. Resulta que la gente se queja de que los rellenos, cuando manda hacer a pedido, le sale mucho más caros que nuestros almohadones ya completos.
-¿Qué sucede si quiero comprar 50 cm de tela para hacer mi propio almohadón?
-Te vendemos, pero te cuento que la mayoría llega y al ver productos hechos con telas tan hermosas, prefiere ahorrarse el dolor de cabeza de andar buscando costurera, cierres, esperar, etc. También hacemos a pedido, siempre que se respete nuestro sistema; no hacemos almohadones ni fundas circulares o cilíndricas (por los altos costos de fabricación).
-Otro detalle de interés es la practicidad de los cierres.
-En algunos lugares, para que salgan más baratos los hacen sin cierres. Nosotros los hacemos con cierres.
-¿Por qué consideraríamos a su producto ecológico?
-En el caso de nuestras fundas, bien pueden considerarse ecológicas, porque sirven para cubrir -y no tirar otros almohadones de China o India, con un material hecho en Paraguay que, por supuesto, cumple con todos los requisitos legales de exportación del Mercosur.
-Sí que piensan a futuro.
-Somos legales, invertimos acá porque simplificamos. Al producir los almohadones en forma industrial, en Paraguay se pueden conseguir unos costos muy parecidos a los de China, pero con supertelas. Respetamos al cliente con la excelencia de nuestros productos.
-Lo que se dice, cada noche pueden apoyar suavemente la cabeza y dormir en paz.
-Totalmente, vender caro no es nuestra política.
Rolando: "En Paraguay me topé con un mercado muy complicado, indeciso a la hora de comprar tejidos de fantasía y adicto al chenille de color liso brasilero y al cuero ecológico, o sea cuerina hecha sintéticamente del petróleo (ahora promocionada engañosamente como ecológico)".
Gustavo: "Todo nuestro sistema está en sintonía con la demanda del mercado que no quiere pagar demasiado por un almohadón. Nuestras telas son todas espectaculares por su calidad y diseño. Nuestra fórmula se basa en belleza y simplicidad".