Los cubiertos

Con el cuchillo, que se creó hace un millón y medio de años; la cuchara, con sus veinte mil años; y el tenedor, que data del siglo XI, el juego completo de nuestros cubiertos necesitó muchísimos años para reunirse en la mesa.

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Sus diseños y tamaños han variado en el tiempo. En la actualidad, el material de mayor demanda es el acero inoxidable, pero la plata es indudablemente la reina de la mesa. La alpaca también brinda su aporte, aunque no con mucha frecuencia, y por su practicidad ingresaron a la mesa el plástico y la madera; no son muy elegantes y si pueden ser evitados, mejor, salvo en excursiones o alguna comida campestre. El diseño, material y tamaño de los cubiertos varían, pero, en líneas generales, son más elegantes los de mayor tamaño. En cuanto a diseño, la variedad es casi infinita, ya que va desde el barroco hasta el minimalismo y existen verdaderas rarezas o maravillas.

Una mesa de etiqueta debe contener los siguientes cubiertos: cuchillo grande o para comida principal, cuchillo de pescado, pala de mantequilla, tenedor grande para comida principal, tenedor de pescado o de ensalada, tenedor para postre, cuchara de sopa, cuchara de postre, cuchara de té, cuchara de café.

Cubiertos especiales

Existen otros cubiertos a los que llamamos especiales, como la cuchara redonda para consomé, cuchara para helado de mango largo, tenedor de tres puntas para ostras y cócteles, etc. Estas piezas, generalmente, no forman parte de un juego y, por lo tanto, deben ser adquiridas por separado.

La cristalería

Las piezas incoloras y transparentes son las mejores porque permiten apreciar la coloración de la bebida. No obstante, existen algunas copas de bohemia que, por su refinamiento, pueden ser incorporadas.

Piezas indispensables

Las copas para agua son de gran tamaño y ligeramente abombadas. Su uso se extiende a los jugos. En ambos casos hay que cargarlas hasta el 4/5 de su capacidad.

Las copas para vino tinto son anchas, de gran cavidad abombada. Antes eran algo más pequeñas que las de agua, pero, en la actualidad, se van imponiendo las copas grandes, aunque solo deben llenarse hasta ¾ de su capacidad. La misma regla es válida para las copas de vino blanco.

Copas para jerez son ligeramente aflautadas, de tamaño medio y de pie corto, apta para vinos dulces. No debe llenarse más de 2/3 de la misma.

Copas para champán son altas, de cuerpo largo y aflautado; cortas de pie. La finalidad es retener las burbujas.

Opcionales

Las copas para vermouth son cortas y anchas en su boca; se estrecha por debajo hasta el pie.

Copas para coñac son de amplia cavidad abombada, boca estrecha y pie muy corto. Están diseñadas para que la abracen con la mano, lo cual mantiene su contenido a una temperatura templada. El líquido no debe sobrepasar más de 1/3 de la capacidad de la copa.

Copas para licor son de tamaño pequeño, de pie muy corto, escasa capacidad y diseño muy variado. Se la puede llenar hasta 4/5 de su capacidad.

Vasos tubo son utilizados principalmente en hotelería, para el servicio diverso de refrescos y cócteles. Su altura alcanza 17 o 18 cm y se los debe llenar hasta 5/6 de su capacidad.

Jarra de cerveza de cristal grueso y diverso tamaño. La más habitual es la de medio litro. Se sirve hasta que la espuma alcance el borde.

Uso, tamaño y forma

Algunas copas se toman por la base y otras por el cuerpo, en función a la temperatura que debe tener la bebida. Por ejemplo, el vino blanco debe ser frío, razón por la cual hay que evitar asir el cuerpo de la copa. No ocurre lo mismo con el tinto, el coñac ni con el licor.

Recuerda: La buena educación es como un buen perfume, se percibe desde lejos.

audaroig@hotmail.com

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