Leer y volver a nacer

Porque cree en el ser humano, la abogada Alda Cardozo se involucra en los problemas acuciantes que tenemos en nuestra sociedad. Trabaja en las cárceles con hombres y mujeres participando de un programa de rehabilitación que despierta la esperanza hacia una nueva vida. En breve presentará su libro “Transformación de una mente criminal”.

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Nació hace 55 años en Concepción y se recibió de abogada en Asunción. Acaba de regresar de México DF, donde estuvo siete meses acompañando a su hija que dio a luz. Alda, que hoy vive de rentas, fue presidenta de la Fundación Marco Aguayo en la lucha contra el sida, durante 10 años. También fue catequista. “Ahora trabajo exclusivamente con los presos de Tacumbú y del Buen Pastor; con los condenados, porque considero que ellos están más expuestos a las arbitrariedades”. Llegó al penal después de que un amigo le contara que vio a la jueza Ana María Llanes hablando en la televisión sobre los derechos de las personas privadas de libertad. “Me acerqué hasta ella y conversamos. Se puso muy contenta por mi interés y me invitó a participar de Cirugía de la Mente ese mismo día, a las 13:30”.

Cirugía de la Mente es una técnica que trabaja el interior de las personas a través de la lectura. Su creador es el Lic. Víctor Cabral, quien lleva 10 años desarrollando el programa en colegios e instituciones; en el penal trabaja hace cuatro años. Por su parte, Alda está hace dos años y, con su colaboración, el plan se agrandó a la parte jurídica. “Yo les hago gratuitamente la asistencia a los condenados para conseguir la libertad transitoria. La ley en su artículo 39 del Código Penal habla del objeto de las penas, diciendo que tiene que rehabilitarse –cosa que no existe en Paraguay– y que cumplidas las dos terceras partes de la condena, puede tener salidas transitorias. La jueza Llanes concedió libertad transitoria a varios reclusos que están en Cirugía de la Mente, pero cuando la fiscal Liz Cowan se enteró, hizo una denuncia en los medios masivos hablando de los presos sambuku. Los presos sambuku que existían en la época de Stroessner no tienen nada que ver con los rehabilitados a través del programa de lectura”. El enfoque que eligieron Alda y los demás rehabilitadores tiene sin dudas arraigados prejuicios que vencer. “Es cierto que la psicología criminal es difícil. Por eso queremos que se trabaje mejor la rehabilitación, esto significa a nivel institucional, porque solos no tenemos fuerza, por más que tengamos muchos rehabilitados. Ahora se suspendió la libertad transitoria y yo denuncié a la fiscal de ejecución por desconocer la ley. Las personas que trabajan para superarse se merecen un incentivo. Mucha gente dice: ‘Escoria, que se pudra en la cárcel’, pero un preso tiene un costo muy alto para el Gobierno, y un preso no rehabilitado un precio mucho más alto para la sociedad”. Alda asegura que si todos conociéramos este programa, cambiaríamos también el rechazo y la manera de pensar. “En las plenarias que se hacen cada semana, ellos no solo exponen lo que leyeron y entendieron sino también escuchan las historias de sus compañeros; hay mucha solidaridad y fraternidad”. Los logros son esperanzadores, el sótano que era de las torturas ahora es una biblioteca manejada por César Herrera (interno). “La terapia fue creciendo e incluye enseñarles a forrar termos, hacer llaveros, etc. Es algo integral”, cuenta la abogada.

Prólogo de lujo

En pocos días, Alda Cardozo va a lanzar su primer libro, llamado con justicia y realidad: Transformación de una mente criminal. En el ejemplar recopila de manera novelada los casos que ha venido acompañando durante estos años en Tacumbú y también en el correccional de mujeres (donde Cirugía de la Mente llegó en setiembre del 2011). El título es real y está inspirado en la transformación de una condenada por tentativa de homicidio. “Fue una madre que, al no ser escuchada por las autoridades, quiso hacer justicia por mano propia. Ella dice hoy: ‘Si hubiera conocido antes este programa de lectura, no hubiera reaccionado como reaccioné’; incluso perdonó al que mató a su hijo, recuperó la paz”. La idea de escribir un libro nace en México este año; cuenta la autora que se lo sugirió el representante del conferencista y escritor motivacional David Montalvo. Alda acudió a él cuando estaba en México para contarle cuánto bien han hecho los libros de Montalvo en las personas privadas de libertad. Títulos como Un café con tu conciencia y Prende tu luz han sido ejes de la trasformación. “Siguiendo los propios consejos de Montalvo de que hay que ambicionar alto, le escribí desde México DF (él vive en Monterrey) y, dos días antes de mi regreso a Paraguay, vino a la capital para conocer mi trabajo. Tanto le gustó que me escribió el prólogo”. Alda dice que con este libro busca visibilizar el problema de las cárceles, poner en mesa de debate lo que nadie dice, nadie ve, nadie escucha. “Yo no defiendo a los criminales, nosotros hacemos un seguimiento y tenemos gente reincidencia cero, personas que recuperaron su autoestima, que se saben valiosas y quieren reinsertarse a la sociedad”.

Abriendo camino

Juan Salvador Gaviota, El hombre mediocre, El caballero de la armadura oxidada y El Principito son algunos de los personajes libertadores. Hay un círculo de lectores de 600 personas en Tacumbú y de 380 en Buen Pastor. La abogada Cardozo afirma que el programa ha servido además para enseñar a leer y escribir a varios internos. Viendo una solución tan sencilla y efectiva, ¿por qué no se implementa de inmediato? “El hacinamiento en las cárceles, aunque es un grave problema, no es el peor, los mayores obstáculos los encontramos en el Poder Judicial y en el Ministerio Público porque no respetan lo que dice el Código Penal sobre la libertad transitoria”. Habiendo resultados, ¿por qué piensa usted que las instituciones no creen en esto? “Creo que se mediatiza mucho y lamentablemente no se cree en la lectura como poder rehabilitador”.

Texto lperalta@abc.com.py


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