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La porcelana es un producto cerámico generalmente blanco, compacto y translúcido, desarrollado por los chinos y reinventado en Europa. Se obtiene a partir de una pasta muy elaborada compuesta por caolín, feldespato y cuarzo.
La porcelana fue descubierta por los chinos durante la dinastía Han, cuyos miembros la mantuvieron en secreto durante algunos cientos de años, hasta que los japoneses hallaron la fórmula. La porcelana es dura y no se raya, es brillante, blanca y translúcida, y, al tocarla con algo metálico, produce un timbre sonoro. Para diferenciar un plato de loza o de porcelana, hay que ponerlo a contraluz; si es de porcelana, será transparente; si es de loza, no.
Un juego completo de vajilla incluye: platos para comida principal, sopa, pan, ensalada y postre; tazas para consomé, para té y café, con sus respectivos platos; una pieza para contener café; jarras para leche y crema; azucarera; y contenedor para salsas, fuentes, bandejas.
Son opcionales los recipientes para sopa y boles para cereales y para dulces en almíbar.
Es frecuente que el juego de té sea independiente y que incluya: tetera, azucarera, cafetera, samovar y bandeja.
Plato de sitio
Llamados también plato de asiento o suplá, por su finalidad: servir de asiento al plato principal. Miden aproximadamente 32 cm de diámetro y tienen mayor dimensión que la del plato principal. Quedan en la mesa desde el principio hasta el final de la comida. Son elaborados en diversos materiales –oro, plata, cerámica, etc. – y pueden no ser parte del juego. Nunca se sirve comida en ellos y, generalmente, llevan un pequeño redondel de tela fina para evitar ruidos.
Las sevilletas
El tamaño de las servilletas que se utilizan hoy en día no hubiera tenido vigencia siglos atrás, cuando esta pieza era estrictamente funcional: proteger la vestimenta del comensal porque este comía con los dedos. Las primeras servilletas fueron grandes como toallas y venían acompañadas de pequeños recipientes o cuencos llenos de agua aromatizada para colaborar con la limpieza de los dedos. Durante el reinado de Tarquinio, séptimo y último rey de Roma, en el siglo VI a.C., la nobleza instituyó un segundo uso para la servilleta, que empezó a servir como bolsa. Se esperaba que los invitados envolvieran golosinas para llevárselas a sus casas. Salir con las manos vacías se consideraba una grosería.
Lo que puso fin al reinado de la servilleta tamaño toalla, y, al mismo tiempo, al del cuenco para limpiarse los dedos, fue la adopción del tenedor, que dispensaba del contacto directo con los alimentos. Se conservaron las servilletas, pero de menor tamaño, y solo para secarse los labios.
Dimensión
El tamaño de ellas dependerá del momento. Las comidas requieren de servilletas de 40 X 40 cm o 50 X 50 cm, en tanto que las de té y cóctel son de 20 X 20 cm. Deben presentarse dobladas como un pañuelo. No se aconseja hacerles muchos pliegues, pues esta pieza, por razones de higiene, cuanto menos manipulada sea, mejor. La servilleta tiene dos lugares de ubicación: a la izquierda, antes de los tenedores, o encima del plato; nunca dentro de las copas. Es conveniente tener algunas de más.
Recuerda: algunas personas ven las cosas como son y dicen, ¿por qué? Tú debes soñar con cosas que nunca fueron y decir ¿por qué no?… Hasta la próxima entrega.
audaroig@hotmail.com