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Para alimentarnos bien es preciso que nos informemos y así poder cambiar los patrones y hábitos respecto a la alimentación. La leche siempre ha sido uno de los alimentos indispensables para la vida humana. Después que el bebé abandona la leche materna, automáticamente se pasa a la leche de vaca. Aunque en otras culturas existen, además, otras leches de origen animal que son consumidas por el ser humano, como la de cabra, oveja, búfala, asna y otros. Contra la costumbre y lo aprendido, los médicos dicen que aumentan las personas con intolerancia y alergia a la lactosa.
Por arte de la naturaleza tenemos las leches de bajo contenido calórico y digestión, son las leches vegetales que han comenzado a popularizarse en todo el mundo. Reemplazan perfectamente a la leche de vaca, no contienen lactosa, grasa (colesterol) ni proteína animal. Son ideales para la vida moderna en la que vivimos apurados, sin tiempo para la digestión correcta.
La leche vegetal se utiliza de igual manera que la leche que más conocemos, es decir, reemplazándola, no nos prohibiríamos de nada; se beben con o sin endulzar, con café, cereales y demás. Es tan recomendable para los que están a dieta, los que sufren de problemas digestivos como para todos aquellos que tengan ganas de experimentar nuevos sabores. Esta leche puede “no gustar” al principio, pero al darle espacio en nuestra dieta alimenticia, se torna deliciosa. Existen 3 tipos de leches vegetales: a) las procedentes de legumbres (soja); b) las procedentes de frutos secos (almendras, avellanas, sésamo, nueces, pistachos, piñones, semillas de calabaza, de girasol y más); y c) las procedentes de cereales: arroz, cebada, avena, quinoa, amaranto y otras). La naturaleza no deja de sorprendernos en su variada oferta para la transformación. Para darnos una idea de la diferencia con la leche de vaca entera citemos unos ejemplos en términos de calorías (Cal.) y grasas (G) respectivamente: soja (45Cal-2,1G), avena (40Cal-1,5G), arroz (49Cal-1G), leche de vaca (66Cal-3,7G). Las almendras, como otras oleaginosas, sí contienen más altas calorías y grasas. En cuanto al calcio, es la leche de vaca la que más provee, pero al no ser fácilmente digerible y afectar al sistema inmunológico, los médicos naturistas recomiendan suplantarla por la leche vegetal, y completar con otros alimentos ricos en calcio, incluso con comprimidos. La mayoría de las leches vegetales también contienen fibras mientras que la de vaca tiene porcentaje 0.
Fáciles de hacer Leche de sésamo:
- 1 taza mediana de semillas de sésamo crudo (no tostado)
- 1 litro de agua
Dejar en remojo las semillas por 2 o 3 horas. Luego licuar. Dejar reposar y colar. La leche de sésamo ayuda a reducir los niveles altos de colesterol en la sangre, previene el agotamiento nervioso y cerebral, evita la arterioesclerosis, buena para la caída de cabello, problemas óseos.
Leche de avena:
-300 g de copos de avena (no instantánea)
- 2 litros de agua
Dejar en remojo durante 2 horas. Triturar la mezcla y colarla. (Guardar la pasta de avena en la heladera para complementar albóndigas o hamburguesas). La leche de avena reduce el colesterol, es más energética que la de arroz y muy indicada para personas con mucha actividad mental.
Las leches vegetales duran 2 a 3 días en la heladera. Pueden endulzarse con miel, azúcar morena o stevia.
Texto lperalta@abc.com.py