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Veremos cómo saludar, cómo presentar, cómo ceder el paso en una puerta, etc. Son pequeños detalles a los que apenas prestamos atención, pero que hacen la vida más agradable.
Para las compras:
- Paciencia. No debe ponerse nervioso ante las largas colas.
- Educación. Sea amable con los empleados que le atienden y comprenda que están bajo mucha presión.
- Respeto. Además de ser respetuoso con los demás, tanto con otros clientes como con empleados, debe respetar su turno.
- Amabilidad. Por mucha prisa que lleve, por muy complicado que haya sido el día, no olvide pedir “por favor” y agradecer.
- Ubicación correcta. No podemos quedarnos a charlar en sectores de paso o de acceso; tampoco es correcto dejar paquetes donde estorben o no llevar preparado el dinero o la tarjeta para el pago. Igual regla puede ser aplicada al estacionamiento de vehículos; tengamos un poco de conducta cívica y evitemos detener el auto donde puedan interferir la circulación.
- Acompañantes correctos. Todo tiene su lugar: acudir con niños muy pequeños a sitios concurridos será incómodo para todo el mundo, incluyendo para los chicos a quienes se les impondrá un comportamiento ajeno a su edad.
En el ascensor: Salude al ingresar, no apriete todos los botones y respete el piso al que van los demás. Según el caso, al entrar debe alejarse todo lo posible de la puerta para dar espacio a que otros entren. No olvide dejar salir primero a las personas, para luego entrar al ascensor.
Transporte público: Embarazadas y ancianos tienen preferencia en los asientos. No empuje para salir. Se deben respetar las filas y no colocarse ante las puertas. Si por el traqueteo del viaje se empuja a alguien, se piden disculpas inmediatamente.
Las escaleras eléctricas: Suba siempre al lado derecho, más aún si tiene prisa.
En taxis: Salude cortésmente al taxista e indique su destino, no es obligatorio conversar con el conductor. En varios lugares, se estima dejar como propina lo que resta para redondear la cifra que marca el taxímetro.
En aviones: Considere la conducta durante el vuelo, ocupando el asiento lo más pronto posible para despejar los pasillos, no dificultando las tareas de las azafatas y seguir sus indicaciones de inmediato. En caso de levantarse, pida permiso y disculpas.
Vestimenta: Al llegar a un sitio, en lo primero que se fijan es en nuestra apariencia externa. Aunque los valores personales no se vinculen con la ropa, es fundamental causar una buena primera impresión. “Saber estar” no es solo ser educado, se trata de un conjunto de factores entre los que la apariencia resulta crucial.
En la calle: Deberíamos respetar normas mínimas de cortesía, que se pierden muy rápido. Se circula siempre por la derecha, pero si se acompaña a una mujer, los caballeros van por el lado más cercano a la calzada y ellas por el más cercano a los edificios. Si tropieza con gente que viene de frente, puede ceder su derecha.
Recuerde: Todos tenemos nuestros puntos débiles y márgenes para mejorar. Uno de los aspectos más importantes de la etiqueta es nunca criticar a los demás; en vez de destacar lo malo, es preferible destacar lo que está bien una y otra vez.