Cargando...
Nació en Tarrasa (provincia de Barcelona), en 1935, y era hija del también fotoperiodista deportivo Joan Biarnés. A lo largo de su trayectoria colaboró en numerosos medios de comunicación españoles. Biarnés se convirtió en la primera fotoperiodista española a principios de los 60 del pasado siglo, contratada por un medio de comunicación al entrar en el periódico Pueblo (ya desaparecido), en el que trabajó con importantes periodistas españoles.
Fue la única fotoperiodista que estuvo cerca de los Beatles y acompañó a la cantante Massiel en el Festival de Eurovisión de 1968. Fue la fotógrafa oficial de Raphael durante una década, y amiga del cantante Joan Manuel Serrat, el director de orquesta Xavier Cugat, el actor Fernando Rey, el torero el Cordobés y la duquesa de Alba. Fotografió, además, a Luis Buñuel, Salvador Dalí, Orson Welles, Audrey Hepburn, Jackie Kennedy, Yul Brinner, Jack Lemmon, Clint Eastwood, Roman Polanski, Lola Flores, entre muchos otros personajes famosos.
Hace dos años, los retratos de esos personajes desfilaron por la exposición Joana Biarnés: A contracorriente, que pasó por Madrid, Zaragoza y Barcelona. Su trabajo quedó, también, reflejado en el libro Joana Biarnés: Disparando con el corazón, una publicación antológica y biográfica que resume la trayectoria de esta mujer que nadó a contracorriente en un mundo de hombres, venció los prejuicios e inmortalizó a grandes personajes de la historia. Durante la presentación de la exposición, en el Palau Robert de Barcelona, en octubre de 2017, la fotógrafa consideró que sus imágenes poseen “esa mirada femenina que tienen las mujeres fotógrafas y que es distinta a la de los hombres”. Joana Biarnés abandonó la fotografía en 1985, de un día para el otro, al sentirse desencantada porque la prensa sensacionalista invadía todo, según explicó en el mismo acto. “Luchadora y bondadosa, todos aquellos que tuvimos la suerte de conocer a Joana no hicimos más que recibir lecciones de vida de una persona que, a pesar de su innegable talento, siempre se destacó por su humildad”, subrayó un comunicado de la familia y amigos de la fotógrafa. La noticia subraya que “en pleno franquismo se enfrentó al machismo de la época y, sin buscarlo, se convirtió en una pionera”. Coherente con su ética profesional, añade que “abandonó el periodismo cuando se dio cuenta de que este había perdido su esencia y no fue hasta hace unos años que le llegó el merecido reconocimiento por su obra, pero, también, por su personalidad coherente e insobornable”.
Cuando era joven, Biarnés prometió a su padre –su mentor y referente– que no le haría bajar nunca la cabeza, y el recuerdo de aquella promesa la guío el resto de su vida a través de una ética personal y profesional. El pasado noviembre, Biarnés fue distinguida con uno de los premios Gràffica “por saber captar la escena perfecta en el momento más idóneo y hacerlo con la sutil delicadeza de un felino, y por disfrazarse de muchos personajes (secretarias, esposas) con un fin: conseguir la impecable instantánea que tanto anhelaba”. El jurado de los premios Gràffica consideró que Biarnés demostró que el buen fotoperiodismo no entiende de género o discriminación, sino de personas comprometidas, apasionadas y valientes, y valoró que con su singular mirada inmortalizó el mundo del deporte, moda, cultura, política y sociedad de su época. Biarnés estuvo, además, muy comprometida con el feminismo y la defensa de los derechos de la mujer, una faceta que se refleja en el documental Una entre todos. El galardonado fotoperiodista Gervasio Sánchez, uno de los responsables del redescubrimiento de sus trabajos, escribió en su cuenta de Twitter que “el mejor homenaje que se le puede hacer a esa maravillosa mujer es conocer y profundizar en su obra, realizada en tiempos muy difíciles para una fotógrafa que se dedicó en cuerpo y alma a su gran pasión: la fotografía”. EFE.