Iron Lady

Fue la única mujer que abrazó el cargo de primera ministra de Inglaterra. Su gran talla política, determinación, convicción y su férrea oposición al socialismo le valieron el sobrenombre de Dama de Hierro. Margaret Thatcher es un ícono del siglo XX.

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Nació en 1925, en el seno de una modesta familia, en la pequeña localidad de Grantham, en el norte de Inglaterra. A los 9 años, Maggie —como se la conocía— ya demostraba signos de su arrolladora contundencia, pues al ir a retirar un premio escolar le respondió a su interlocutor: “No he tenido suerte; me lo merecía”.

En 1951 contrajo nupcias con Denis Thatcher, gerente de una empresa de pinturas y productos químicos. De su matrimonio nació una pareja de mellizos, Carol y Mark. Margaret había estudiado Química en la Universidad de Oxford y, ya casada, se graduó en Derecho, su gran pasión. Paralelamente a su vida política, la ex primera ministra pudo sobrellevar su vida familiar. Pese a su conocido carácter fuerte y dominante, nunca dejó de cocinar para su marido. En sus 11 años en la administración política de Gran Bretaña, cada noche le preparaba la cena a su esposo e incluso a algunos miembros del gabinete británico. En 1979, Margaret asume el cargo de primera ministra de Inglaterra, siendo reelegida en 1983 por una abrumadora victoria y, una vez más, en 1987, aunque ya con menos votos.

Los años que estuvo en el poder dieron origen al “thatcherismo”. “Históricamente, el término thatcherismo será visto como un cumplido”, dijo en una ocasión la política sin ocultar su orgullo, ya que se consideraba “algo así como una institución”. Es reconocida por su importante contribución para el fin de la guerra fría, así como para acabar con la ola de violencia producida por los hooligans y por la victoria a su mando sobre las islas Malvinas, en 1982. Cuando en 1975 se convirtió en líder del partido conservador, en un discurso advirtió sobre el creciente poder militar de la entonces denominada URSS. De hostil fue calificado por la Embajada de esa potencia lo dicho por la política y un diario soviético le acuñó el sobrenombre de Dama de Hierro. “Estoy aquí esta noche con mi traje de gasa verde, poco maquillaje y el pelo ligeramente ondulado. ¿La Dama de Hierro de occidente? ¿Yo? ¿Un soldado de la guerra fría? Bueno, sí, si así desean interpretar mi defensa de los valores y libertades fundamentales de nuestra forma de vida”, respondió entonces Thatcher.

Según había anunciado su hija Carol, Margaret sufría demencia senil. La muerte de su esposo, Denis, en 2003, había sido terrible para ella. Aquel era su apoyo a lo largo de su vida política. En algunos momentos, a causa de su enfermedad, la exmandataria olvidaba la muerte de su marido y, al recordárselo, decía tristemente: “Oh, ¿estábamos allí todos?”. El lunes se anunciaba el fallecimiento de la Dama de Hierro a causa de un derrame cerebral. Fue una mujer que con su convicción y determinación marcó un hito en la historia mundial.

A los 9 años, Maggie ya demostraba signos de su arrolladora contundencia, pues al ir a retirar un premio escolar le respondió a su interlocutor: “No he tenido suerte; me lo merecía”

Texto  jose.riquelme@abc.com.py

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