Estratega de ilusiones

Responsable de la producción de megaconciertos en el Paraguay, ha compartido tras bambalinas con reconocidos artistas internacionales. Joven y bella, soltera y sin hijos, es mánager de una banda y se lanza al desafío de abrir su tienda.

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Con miles de anécdotas que contar, debutó en el mundo de la producción 12 años atrás. Elton John, Paul McCartney, Shakira, Korn, King of Chaos, Juan Gabriel, Franco de Vita, Luis Fonsi, José Feliciano, Julio Iglesias e IL Divo son solo algunos de los grandes shows internacionales que le ha tocado impulsar y con los cuales ha tenido el gusto de interactuar detrás de escena.

En estos años, también produjo megashows de música electrónica con figuras como Martin Solveig, Calvin Harris, Dimitri Vegas, Bob Sinclair y otros. Además se ocupa de la producción de obras teatrales internacionales, así como de eventos sociales, empresariales, y activaciones de renombradas marcas.

Aficionada a la gastronomía, el buen vino y el jazz, Xenia Kent también se desempeña como mánager del grupo musical Purahéi Soul, y prevé inaugurar en diciembre su propia tienda: Serendipity.

Describe su trabajo como emocionante, pero a la vez agotador, en el que la presión, el estrés y la adrenalina son los ingredientes de cada megaevento, pero, a la vez, subraya que la sensación placentera de haber cumplido con la tarea es la mayor recompensa.

¿Cómo nació tu vínculo con la producción? Cuando apenas había terminado el colegio, ya abandoné mi casa para ir a estudiar a Kansas. Estuve viviendo en los Estados Unidos durante cinco años, tiempo durante el cual estudié en la Facultad de Bellas Artes (Fine Arts) y en 2004 regresé a Asunción. Empecé en un ámbito diferente; me involucré con la fotografía de moda y comencé a trabajar con Laura Biaggionni en campañas de moda. También realizábamos asesoramiento de imagen y, poco a poco, incursioné en el mundo de la producción. Hice un poco de audiovisual con Martín Crespo y campañas fotográficas para diferentes marcas, pero siempre free lance. Conocí a Nico Garzia y con él empecé a trabajar en conciertos. Siempre digo que tengo que agradecerle mucho a Nico, porque a través suyo descubrí lo que es el mundo del espectáculo y una de las cosas que más me apasiona. Mi trabajo, además de brindarme una satisfacción económica, me da muchas emociones. Amo lo que hago: desvelarme, correr, estar de arriba abajo, levantar cosas; no tengo problemas para nada.

¿Hace cuánto tiempo de esto? Con los eventos sociales y empresariales empecé en 2004, pero en cuanto a las producciones de conciertos me inicié allá por 2006, aproximadamente, con Garzia. En aquel entonces, los recitales eran más pequeñitos e implicaban menos responsabilidad, pero venían productores extranjeros y yo me convertía en una verdadera esponja; observaba y veía todo.

La verdad es que aprendí muchísimo de gente que durante su carrera ha llevado adelante megaproducciones. Esa fue mi escuela. Para un productor, nunca debe haber un no. De mi último trabajo con Garzia Group pasaron unos cuatro años. El conformó un equipo más estable, mientras que yo abrí mi propia empresa: 7Producciones.

Como mujer, ¿fue difícil abrirte paso en un área habitualmente encarada por hombres? (Risas) Realmente, no fue nada fácil. Yo llegaba y me encontraba con cientos de peones trabajando y montando el escenario, las luces, el sonido; era un campo de hombres y yo era la única mujer. Inicialmente, fue complicado porque me silbaban, piropeaban y me costó mucho que me aceptaran. Para ellos fue difícil asimilar que una mujer les dictara, dando órdenes, y al comienzo ni caso me hacían. Tenemos una sociedad medio machista (risas). Pero a lo largo del tiempo me gané su respeto, aunque cuando estoy en el campo, tengo que ser una más y dejar a un lado mi feminidad. Tenía que ser fuerte, porque si no, me pasaban todos por encima.

Estuviste detrás de varios megaconciertos. ¿Cómo recordás esas experiencias? Antes de cada show siempre hay mucha ansiedad, muchas preocupaciones, debido a todo está a tu cargo. A pesar de saber que cuento con todo un equipo genial, finalmente, las exigencias me llegan a mí y la presión es alta. Hoy, casi todos los shows los producimos solos. Mi reacción ante cada espectáculo siempre es la misma. Cuando el artista sube al escenario y presenta el primer tema, se me eriza toda la piel. En el momento previo, al estar ya en el campo de trabajo, parece que tu mente no piensa en otra cosa, pero después es como que lo asimilo y digo: “No puedo creer que yo esté haciendo esto”. Es muy emotivo para mí llevar en el recuerdo el haber compartido una cena con José Feliciano, con peñita incluida; emprender un city tour con los integrantes de Il Divo, tener el palillo de batería que me regaló Matt Sorum o la púa de Gene Simmons, y qué decir de los manuscritos de Paul McCartney que me obsequió su asistente.

¿Y cuál es tu conexión con la banda Purahéi Soul? Soy representante de los chicos hace ya un año. Le había escuchado a Migue Narváez en Miami y ya entonces le comenté que quería trabajar con él. Cuando volvió al Paraguay, conoció a Jenni Hicks; los escuché cantar y fue así que les dije: “Yo quiero representarlos”. Nació Purahéi Soul y estamos en todas partes. “Telonearon” varios shows importantes. Actualmente, estamos grabando un disco. Recién llevamos un año, pero ya vamos muy avanzados.

¿Qué otro proyecto tenés en puerta? Estoy habilitando una tienda con Cindy Taylor; se llama Serendipity y va a estar ubicada en el Paseo Lillo. Cindy viene para la inauguración, que será el 15 de diciembre, y estará por aquí durante 15 días. Ella es quien se encarga de comprar toda la ropa, los accesorios y de armar los looks. Ella es la genio de la moda y yo la genio de la producción (risas). Con Serendipity buscamos romper un poco el esquema de lo que se ve en todas las tiendas del Paraguay. Queremos instalar una moda nueva, tratar de salir de la cotidianidad para lograr imponer un cambio. En lo que queda de este año, la tienda será exclusiva para mujeres, pero a futuro –quizás a mediados de año– ya dispondremos también de prendas masculinas.

A pesar de que nadie la ve en los trasfondos de los imponentes escenarios montados para cada concierto, Xenia es la verdadera estratega detrás de cada megaespectáculo producido en nuestro país.

DETRÁS DEL SHOW

Como productora general, Xenia Kent tiene a su cargo constituir un equipo que cubra cada aspecto de un espectáculo: desde cumplir con todas las exigencias técnicas y logísticas del artista hasta lo que ocurre delante del stage (accesos, sectores, seguridad). Su staff de colaboradores está conformado por John Pérez, quien se desempeña como jefe de campo, y se ocupa tanto de la medición y el armado de los planos con el arquitecto como de marcar dónde se montará el escenario en el terreno, aparte de los accesos y las salidas de emergencia; Karina Fretes, quien pertenece al área de camerinos, coordinando todo lo relacionado con el artista y el crew (equipo). Además, Stephi Bragayrac, jefa de logística, tiene la responsabilidad de acompañar al crew del artista desde su llegada al aeropuerto hasta su despedida después del show. Por su parte, Elio Granada es el stage manager encargado de la parte técnica, que abarca el funcionamiento de las luces, el sonido y las pantallas.

Texto nadia.cano@abc.com.py

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