En el mundo Vogue

Recientemente, nos visitó la editora de moda de la versión en español de la afamada revista Vogue. La mexicana Paola Mendoza Giménez nos contó cómo se adentró al fascinante mundo de la moda, de la mano de uno de los magacines top.

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Alegre y espontánea, así vimos a Paola Mendoza Giménez, que hace un poco más de seis meses está trabajando como editora de moda de la revista Vogue. Llegó a nuestro país como invitada especial de una reconocida marca de calzados. Tiene 27 años, nació en México. Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Tomás Moro de la ciudad de México y los terciarios, en la Universidad Iberoamericana de la misma ciudad, en donde obtuvo el título de licenciada en Diseño de Moda. Está en pareja y anhela, con ilusión, convertirse algún día en esposa y madre, pero por el momento toda su atención está en la revista. Se considera una persona muy maternal, preocupada por los demás y un poco voluble. La luna le rige bastante, ya que cuando está llena se vuelve más sensible.

Su ingreso a la revista Vogue fue muy rápido, como ella misma lo comenta. “Trabajaba en una revista independiente, en México, donde se tocaban temas de moda y otros. Un día me llamaron de la Vogue y me ofrecieron la oportunidad de ser la editora de moda. Por supuesto, respondí que sí. Fue todo muy rápido, me dijeron dónde tenía que firmar, firmé y entré”.

El hecho de haber ingresado a la empresa aún le provoca emoción. “A veces veo mi nombre en el masthead y me digo: '¡Wow, trabajo en Vogue!', y pienso en qué momento sucedió todo, y me doy cuenta que ya pasaron seis meses y me repito: '¡Dios mío!'. Todavía no lo asimilo, no lo cacho, no me la creo y no termino de entender. Creo que cuando lo asimile, me voy a dar cuenta” (risas).

El día a día

En Vogue, las palabras “mucho trabajo” se convierten en una sola. Según Paola, su actividad diaria se centra en recabar información, escribirle a las marcas para que proporcionen fotos de alguna ocasión específica, coordinar las historias; convocar al estilista, al fotógrafo; controlar que la coordinadora de moda haya ido por la ropa; escribir las cartas para pedir permiso para la ropas, la locación, y más. “Hay que contestar los mails, hay que ir a los eventos, hay que ver los lanzamientos de las distintas marcas. Parte de todo esto es viajar, ya que queremos hacer que la presencia de Vogue esté mas fuerte en Latinoamérica, entonces es un trabajo de 360º, muy divertido, pero hay que tener ojo en muchas cosas al mismo tiempo”. Paola siente que se ha convertido en una líder de opinión. “Al final del día lo que se escoge en la oficina se hace con mucho cuidado y con una responsabilidad altísima, porque sabemos que va a llegar a las lectoras, y lo que llegue debe ser algo verídico. Este es un trabajo muy serio, es la revista que dicta tendencias, es la biblia de la moda, entonces hay que tener mucho cuidado y tomarse el trabajo muy en serio para que lo que le estés dando a tus lectores sea algo serio, trabajado e investigado. En definitiva, somos líderes de opinión”.

En cuanto a sus aspiraciones como profesional, Paola busca transmitir a la gente que la moda no es algo tan ajeno como generalmente se piensa. “La moda al final es algo del día a día, porque como uno se viste es la imagen que quiere proyectar. Si estás de mal humor, triste, si te querés sentir sexy, etcétera, todo lo vas a proyectar a través de tu ropa. El primer acercamiento con la gente es siempre la imagen. Por ello a la moda no se la puede ver como algo extraño, extremo. No necesitás vestirte de diseñador para transmitir algo. La moda es un reflejo de la sociedad y de lo que pasa actualmente”, asegura.

Para finalizar, Paola dejó un mensaje: “Todo en la vida es alcanzable, solo se trata de atreverse a hacer las cosas”.

Texto alejandra.viola@abc.com.py

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