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Meritoria, fue la primera en ocupar el cargo de ministro plenipotenciario de la República del Paraguay. Creativa autora de numerosas obras, que incluye una investigación acerca de Madame Alicia Lynch, llegó a ser la primera mujer en ocupar el cargo de ministro plenipotenciario de la República del Paraguay, hecho recordado con mucho orgullo por su nieto Olavo Ferreiro Chaves, quien nos ayuda a conocer más de cerca a una laboriosa y meritoria paraguaya.
-¿Nos brinda una semblanza biográfica de Concepción Leyes de Chaves?
- María Concepción Leyes Espínola nació en Caazapá hacia 1891 un día 26 de abril. Es hija del español Francisco Leyes y de la patricia caazapeña Benita Espínola. Su edad era un secreto de Estado que ni sus hijos se atrevieron alguna vez a precisar. Era parte de esa femineidad que con su elegancia y garbo la tuvo de tacos altos hasta el último día que caminó. Su carácter fuerte y arrojado la llevó a trabajar como maestra a Ayolas; decían que con apenas dieciséis años de edad. Regresó tiempo después a Caazapá a continuar como docente. Estando allí, su escuela recibió la visita de Manuel Wenceslao Chaves Careaga, inspector General de Escuelas y político colorado como sus hermanos Francisco C. Chaves y Federico C. Chaves. Conoció así a quien sería luego su esposo. Fue amor a primera vista, según parece. Hay una íntima anécdota familiar respecto a ese primer encuentro.
Al casarse se mudó con él a Asunción. Tuvieron siete hijos: Manuel Wenceslao (militar y héroe de la Guerra del Chaco con todas las medallas de esa guerra), Osvaldo (filósofo, político, catedrático y fundador de la Escuela de Humanidades, hoy Facultad de Filosofía), Olavo, María Olinda, Ana Iris, María Mercedes y María Gloria; la única supérstite.
Premiada y distinguida
-¿Era una mujer muy trabajadora, intelectual?
- Emprendedora como pocas, durante esos años trabajó a la par que su esposo en la redacción y edición de la Guía Paraguaya de Comercio e Industria que se publicaba anualmente, así como en la edición del libro Paraguay Ilustrado, en 1915, y en la edición del diario La Prensa que el abuelo tenía por aquel entonces. Tuvieron su imprenta inicialmente en el caserón que hoy llamamos Casa Viola donde vivieron por muchos años. Con el tiempo se mudaron a una casa en Humaitá entre Chile y Alberdi, donde hoy está la Caja de Jubilaciones Bancarias. Los eternos avatares de la política paraguaya, el golpe liberal obliga a mi abuelo al exilio y parte junto a él en 1938 con todos sus hijos, en donde se establecen. El abuelo fallece allá en 1939. En Buenos Aires saca sola adelante a su familia colaborando con el diario La Prensa dirigido por don Arturo Capdevilla, la revista El Hogar y muchos otros medios. Paralelamente se sumerge en el mundo literario bonaerense donde se relaciona con Victoria Ocampo, Enrique de Gandía y otros grandes de la literatura argentina. Allá escribe su novela costumbrista Tavaí y la presenta en 1941 a un concurso literario organizado por el Ateneo Paraguayo y auspiciado por la editorial de la familia Daumas Ladouce. Con el dinero del premio repatria a toda la familia y se establece de nuevo en Asunción. Es nombrada directora del Archivo y Biblioteca Nacional y de Radio Nacional del Paraguay, emisora a la que imprime un contenido cultural que se prolongó por años con la incorporación de la música clásica, programas de poesía, teatro, lecturas y noticieros mundiales como el de la BBC a la programación. En esa misma época termina la redacción de sus libros de lectura que entran en vigencia durante el gobierno de Higinio Morínigo.
"¡No tan mal..."
-¿Recuerda alguna anécdota con respecto a su abuela?
- Mi amigo Helio Vera disfrutaba y celebraba con carcajadas cada vez que me pedía le repita una de las anécdotas que recibí de papá, su yerno y biógrafo aficionado, que retrata cabalmente su aguda y fina ironía:
Un conocido político y literato paraguayo cuyo nombre me reservo en el afán de ganar su confianza le dijo una vez:
- ¿Qué tal, ña Conché?
A lo que respondió ella rápidamente con su acostumbrada firmeza e impostación.
- ¡No tan mal como para que usted me tutee!
Defensora de la pureza del castellano
-¿Concepción Leyes de Chaves era feminista?
- Acostumbro decir que ella, tal como mi madre (Ana Iris Chaves de Ferreiro), eran "féminas" y no feministas, pues se apoyaban en su talento y no en su condición de mujer para ganarse el espacio que la sociedad machista supo concederles. Sin dejar de ser madres y esposas hacían su propio camino apoyándose y escudándose en sus capacidades y no en su sexo. Hacía énfasis en no ser "viuda de Chaves" como se estilaba, pues según ella el vínculo era hasta la desaparición de los dos cónyuges. Ambas llegaron a ser miembros de la Academia Paraguaya de la Lengua Española y fueron siempre defensoras de la diferencia entre género y sexo en el uso de nuestro idioma. Ella y doña Teresa Lamas de Rodríguez Alcalá fueron las primeras mujeres en ser miembros; mamá lo fue posteriormente. Sostenían que el uso de palabras como "presidenta" o "miembra" eran opuestos al espíritu simplificador y la pureza del castellano. Además, fue la primera en ocupar el cargo de ministro plenipotenciario de la República del Paraguay.
Amiga de Eva Perón
-¿Cuál fue su aporte para el logro del voto femenino en Paraguay?
-Su solvencia como interlocutora llevó a sus pares a elegirla por unanimidad como presidente de la Comisión Interamericana de Mujeres. Se estableció en Washington por muchos años hasta lograr que el voto femenino fuese admitido en 1955 por la OEA. Debo señalar que el organismo que presidió contó con el fuerte apoyo de Eva Perón, de quien fue huésped oficial y privada en varias ocasiones y con quien mantuvo estrecha amistad.
-Paraguay fue el último país latinoamericano en contar con el voto femenino. ¿Qué decía ella al respecto?
- El voto es un aspecto si se quiere menor de toda su lucha. Ella era una estratega y diplomática nata. Ocupaba espacios y ayudaba también a otras mujeres a ocupar otros espacios. Así fue nombrada por don Julio T. Decoud socia ad honorem del Club Centenario, y socia del Touring Club por el Dr. Oscar Pinho Insfrán. Fue también presidente de la Alianza Francesa (Recordemos que las propias damas paraguayas no veían con buenos ojos esa actitud de "meterse en cosas de hombres"). Iba por la acción y no la confrontación. Analizando su estrategia podemos decir que siempre presionó con firmeza, pero que jamás chocó frontalmente en público. Dura para negociar jamás llevó a publicidad las negociaciones, lo que le valió el respeto de todos sus interlocutores, quienes siempre temieron el fuste de su afilado ingenio.
Negociadora
-¿De qué modo cambia ese ámbito de la realidad paraguaya al poder votar la mujer? ¿Qué opinaba ella?
- Personalmente creo que recién ahora el voto de la mujer se está haciendo sentir. En los primeros años de esa conquista el voto femenino fue en gran mayoría "voto cautivo". Hace muy poco que la esposa vota diferente de su pareja.
A pesar de su carácter muy fuerte, ella era lo suficientemente diplomática como para presionar con todas las herramientas de negociación que disponía, pero nunca adoptó una política de confrontación u ostentación sobre sus éxitos. Eso le permitió obtener mejores resultados que otras que fueron por la vía de la confrontación.
Es así que tampoco hacía mucho alarde de las conquistas, que para ella nunca fueron suficientes. Si estuviese viva, seguiría presionando y negociando, pero nunca chocando.
Investigadora
María Concepción Leyes de Chaves es autora de los seis libros de lectura para educación primaria que estuvieron vigentes en el Paraguay durante casi dos décadas: Amanecer, Caminito, Nave, Alegría, Patria y Cumbre, que incluye su "Oración a la bandera". Sus libros contenían lecturas de Unamuno, Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Cervantes; versos y poemas de Manuel Ortiz Guerrero, José Concepción Ortiz, Manrique, a los clásicos griegos, proverbios de Salomón y muchos otros grandes de la literatura.
"Stroessner obligó al MEC a cambiarlos cuando mi tío Osvaldo Chaves se convirtió en férreo opositor suyo y tuvo que escapar al exilio de la cárcel de Peña Hermosa", rememora Olavo Ferreiro, quien recuerda además que reivindicó a Madame Lynch, con una investigación que la llevó a Francia por varios meses, "donde indagó sobre esta mujer que la sociedad paraguaya escarneció veladamente por ser divorciada y no estar casada con Francisco Solano López. Localizó su tumba, rescató fotografías y de paso coadyuvó con la consolidación de la Alianza Francesa, lo cual le reconoció Francia con la Orden Nacional del Mérito que le fuera entregada por Charles De Gaulle".
Resaltando sus méritos, su nieto remarca: "Es sin duda la primera novela de investigación que se tiene en Paraguay. En esa novela, tal como en su cuento Romance de la niña Francia o en su premiada novela Tavaí expone a la luz las implicancias de la marginación femenina en la sociedad machista. Es una literatura de denuncia tan bien hecha que sus efectos han ganado más espacio para la mujer que varias luchas frontales hechas por otras mujeres de indiscutible coraje".
Visita al senador Rockefeller
Recuerda Olavo Ferreiro una anécdota que a su abuela le gustaba contar acerca de su visita al senador Rockefeller en Nueva York en el Rockefeller Center para lograr el apoyo del voto norteamericano en la OEA.
Al preguntarle por su país, ella respondió: Paraguay.
Rockefeller le dijo entonces:
Tengo algo muy hermoso de Paraguay
"Y dirigiéndose a su biblioteca inocentemente le mostró un antiguo, bello y grande sagrario jesuita. Al abrirlo, con suma delicadeza, en su interior iluminado mi abuela pudo ver con espanto casi una docena de finas bebidas alcohólicas, vasos y enseres afines. Nunca nos contó el desenlace de ese hecho sacrílego, pero no dudo que se lo habrá hecho notar de alguna manera".
-¿Nos brinda una semblanza biográfica de Concepción Leyes de Chaves?
- María Concepción Leyes Espínola nació en Caazapá hacia 1891 un día 26 de abril. Es hija del español Francisco Leyes y de la patricia caazapeña Benita Espínola. Su edad era un secreto de Estado que ni sus hijos se atrevieron alguna vez a precisar. Era parte de esa femineidad que con su elegancia y garbo la tuvo de tacos altos hasta el último día que caminó. Su carácter fuerte y arrojado la llevó a trabajar como maestra a Ayolas; decían que con apenas dieciséis años de edad. Regresó tiempo después a Caazapá a continuar como docente. Estando allí, su escuela recibió la visita de Manuel Wenceslao Chaves Careaga, inspector General de Escuelas y político colorado como sus hermanos Francisco C. Chaves y Federico C. Chaves. Conoció así a quien sería luego su esposo. Fue amor a primera vista, según parece. Hay una íntima anécdota familiar respecto a ese primer encuentro.
Al casarse se mudó con él a Asunción. Tuvieron siete hijos: Manuel Wenceslao (militar y héroe de la Guerra del Chaco con todas las medallas de esa guerra), Osvaldo (filósofo, político, catedrático y fundador de la Escuela de Humanidades, hoy Facultad de Filosofía), Olavo, María Olinda, Ana Iris, María Mercedes y María Gloria; la única supérstite.
Premiada y distinguida
-¿Era una mujer muy trabajadora, intelectual?
- Emprendedora como pocas, durante esos años trabajó a la par que su esposo en la redacción y edición de la Guía Paraguaya de Comercio e Industria que se publicaba anualmente, así como en la edición del libro Paraguay Ilustrado, en 1915, y en la edición del diario La Prensa que el abuelo tenía por aquel entonces. Tuvieron su imprenta inicialmente en el caserón que hoy llamamos Casa Viola donde vivieron por muchos años. Con el tiempo se mudaron a una casa en Humaitá entre Chile y Alberdi, donde hoy está la Caja de Jubilaciones Bancarias. Los eternos avatares de la política paraguaya, el golpe liberal obliga a mi abuelo al exilio y parte junto a él en 1938 con todos sus hijos, en donde se establecen. El abuelo fallece allá en 1939. En Buenos Aires saca sola adelante a su familia colaborando con el diario La Prensa dirigido por don Arturo Capdevilla, la revista El Hogar y muchos otros medios. Paralelamente se sumerge en el mundo literario bonaerense donde se relaciona con Victoria Ocampo, Enrique de Gandía y otros grandes de la literatura argentina. Allá escribe su novela costumbrista Tavaí y la presenta en 1941 a un concurso literario organizado por el Ateneo Paraguayo y auspiciado por la editorial de la familia Daumas Ladouce. Con el dinero del premio repatria a toda la familia y se establece de nuevo en Asunción. Es nombrada directora del Archivo y Biblioteca Nacional y de Radio Nacional del Paraguay, emisora a la que imprime un contenido cultural que se prolongó por años con la incorporación de la música clásica, programas de poesía, teatro, lecturas y noticieros mundiales como el de la BBC a la programación. En esa misma época termina la redacción de sus libros de lectura que entran en vigencia durante el gobierno de Higinio Morínigo.
"¡No tan mal..."
-¿Recuerda alguna anécdota con respecto a su abuela?
- Mi amigo Helio Vera disfrutaba y celebraba con carcajadas cada vez que me pedía le repita una de las anécdotas que recibí de papá, su yerno y biógrafo aficionado, que retrata cabalmente su aguda y fina ironía:
Un conocido político y literato paraguayo cuyo nombre me reservo en el afán de ganar su confianza le dijo una vez:
- ¿Qué tal, ña Conché?
A lo que respondió ella rápidamente con su acostumbrada firmeza e impostación.
- ¡No tan mal como para que usted me tutee!
Defensora de la pureza del castellano
-¿Concepción Leyes de Chaves era feminista?
- Acostumbro decir que ella, tal como mi madre (Ana Iris Chaves de Ferreiro), eran "féminas" y no feministas, pues se apoyaban en su talento y no en su condición de mujer para ganarse el espacio que la sociedad machista supo concederles. Sin dejar de ser madres y esposas hacían su propio camino apoyándose y escudándose en sus capacidades y no en su sexo. Hacía énfasis en no ser "viuda de Chaves" como se estilaba, pues según ella el vínculo era hasta la desaparición de los dos cónyuges. Ambas llegaron a ser miembros de la Academia Paraguaya de la Lengua Española y fueron siempre defensoras de la diferencia entre género y sexo en el uso de nuestro idioma. Ella y doña Teresa Lamas de Rodríguez Alcalá fueron las primeras mujeres en ser miembros; mamá lo fue posteriormente. Sostenían que el uso de palabras como "presidenta" o "miembra" eran opuestos al espíritu simplificador y la pureza del castellano. Además, fue la primera en ocupar el cargo de ministro plenipotenciario de la República del Paraguay.
Amiga de Eva Perón
-¿Cuál fue su aporte para el logro del voto femenino en Paraguay?
-Su solvencia como interlocutora llevó a sus pares a elegirla por unanimidad como presidente de la Comisión Interamericana de Mujeres. Se estableció en Washington por muchos años hasta lograr que el voto femenino fuese admitido en 1955 por la OEA. Debo señalar que el organismo que presidió contó con el fuerte apoyo de Eva Perón, de quien fue huésped oficial y privada en varias ocasiones y con quien mantuvo estrecha amistad.
-Paraguay fue el último país latinoamericano en contar con el voto femenino. ¿Qué decía ella al respecto?
- El voto es un aspecto si se quiere menor de toda su lucha. Ella era una estratega y diplomática nata. Ocupaba espacios y ayudaba también a otras mujeres a ocupar otros espacios. Así fue nombrada por don Julio T. Decoud socia ad honorem del Club Centenario, y socia del Touring Club por el Dr. Oscar Pinho Insfrán. Fue también presidente de la Alianza Francesa (Recordemos que las propias damas paraguayas no veían con buenos ojos esa actitud de "meterse en cosas de hombres"). Iba por la acción y no la confrontación. Analizando su estrategia podemos decir que siempre presionó con firmeza, pero que jamás chocó frontalmente en público. Dura para negociar jamás llevó a publicidad las negociaciones, lo que le valió el respeto de todos sus interlocutores, quienes siempre temieron el fuste de su afilado ingenio.
Negociadora
-¿De qué modo cambia ese ámbito de la realidad paraguaya al poder votar la mujer? ¿Qué opinaba ella?
- Personalmente creo que recién ahora el voto de la mujer se está haciendo sentir. En los primeros años de esa conquista el voto femenino fue en gran mayoría "voto cautivo". Hace muy poco que la esposa vota diferente de su pareja.
A pesar de su carácter muy fuerte, ella era lo suficientemente diplomática como para presionar con todas las herramientas de negociación que disponía, pero nunca adoptó una política de confrontación u ostentación sobre sus éxitos. Eso le permitió obtener mejores resultados que otras que fueron por la vía de la confrontación.
Es así que tampoco hacía mucho alarde de las conquistas, que para ella nunca fueron suficientes. Si estuviese viva, seguiría presionando y negociando, pero nunca chocando.
Investigadora
María Concepción Leyes de Chaves es autora de los seis libros de lectura para educación primaria que estuvieron vigentes en el Paraguay durante casi dos décadas: Amanecer, Caminito, Nave, Alegría, Patria y Cumbre, que incluye su "Oración a la bandera". Sus libros contenían lecturas de Unamuno, Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Cervantes; versos y poemas de Manuel Ortiz Guerrero, José Concepción Ortiz, Manrique, a los clásicos griegos, proverbios de Salomón y muchos otros grandes de la literatura.
"Stroessner obligó al MEC a cambiarlos cuando mi tío Osvaldo Chaves se convirtió en férreo opositor suyo y tuvo que escapar al exilio de la cárcel de Peña Hermosa", rememora Olavo Ferreiro, quien recuerda además que reivindicó a Madame Lynch, con una investigación que la llevó a Francia por varios meses, "donde indagó sobre esta mujer que la sociedad paraguaya escarneció veladamente por ser divorciada y no estar casada con Francisco Solano López. Localizó su tumba, rescató fotografías y de paso coadyuvó con la consolidación de la Alianza Francesa, lo cual le reconoció Francia con la Orden Nacional del Mérito que le fuera entregada por Charles De Gaulle".
Resaltando sus méritos, su nieto remarca: "Es sin duda la primera novela de investigación que se tiene en Paraguay. En esa novela, tal como en su cuento Romance de la niña Francia o en su premiada novela Tavaí expone a la luz las implicancias de la marginación femenina en la sociedad machista. Es una literatura de denuncia tan bien hecha que sus efectos han ganado más espacio para la mujer que varias luchas frontales hechas por otras mujeres de indiscutible coraje".
Visita al senador Rockefeller
Recuerda Olavo Ferreiro una anécdota que a su abuela le gustaba contar acerca de su visita al senador Rockefeller en Nueva York en el Rockefeller Center para lograr el apoyo del voto norteamericano en la OEA.
Al preguntarle por su país, ella respondió: Paraguay.
Rockefeller le dijo entonces:
Tengo algo muy hermoso de Paraguay
"Y dirigiéndose a su biblioteca inocentemente le mostró un antiguo, bello y grande sagrario jesuita. Al abrirlo, con suma delicadeza, en su interior iluminado mi abuela pudo ver con espanto casi una docena de finas bebidas alcohólicas, vasos y enseres afines. Nunca nos contó el desenlace de ese hecho sacrílego, pero no dudo que se lo habrá hecho notar de alguna manera".