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Esta prenda es un clásico de fondo del armario que toda mujer debe tener, pues –además de funcional– es atemporal. Ideal para lucir de día, a la tarde o en un cóctel, es una prenda fácil de adaptar a diferentes ocasiones. El vestidito negro es corto, sin fecha de vencimiento, de diseño sencillo y en ello, justamente, radica su complejidad.
El negro es un color elegante que pueden lucir mujeres clásicas o audaces; puede usarse para la oficina, una reunión especial por la noche o en una salida con amigos. Los expertos en moda siempre recomiendan que ante la duda, en un evento nocturno, nos pongamos un vestido negro.
A través de los años, el vestido negro –también conocido como LBD– se ha convertido en una pieza obligatoria en el armario de muchas mujeres. Pero ojo, no basta con tenerlo, sino que hay que llevarlo con elegancia; algo parecido como a Audrey Hepburn en su personaje de Holly Gollightly en la inolvidable creación de Givenchy.
Este modelito de líneas sencillas ofrece la ventaja de poder incorporarle una serie de accesorios, con el fin de componer un resultado sofisticado y elegante.
Si el vestido es simple y sin grandes afectaciones en el corte, los complementos darán la nota exclusiva que, de hecho, le puede faltar. Con un vestido clásico se puede optar por unos accesorios bastante delicados. De esta forma, se puede poner la entonación en las joyas o perlas de colores, para mantener un resultado bastante elegante o chic.
Puede usarse en cualquier estación del año, ya que luce bonito con unas sandalias en verano o acompañado de unos buenos stilettos, como así también con unas botas y chaqueta en invierno.
Toda mujer que la use puede agregarle su cuota de creatividad, ya que esta prenda es sinónimo de elegancia y distinción.
Un buen vestidito negro es extraordinario y mágico; eleva el ego, estiliza la figura, otorga distinción, resalta las facciones y hasta disimula imperfecciones. Para ello, lo ideal sería elegir telas que sean generosas con nuestro cuerpo y no marquen imperfecciones, y como decía Coco Chanel: “Potencia a la mujer que lo usa”. Chanel siempre creyó en él, aun consciente de que, para su época, el negro era el triste color del luto.
Gabrielle de Breteuil: “Las mujeres necias siguen la moda; las pretenciosas la exageran, pero las mujeres de buen gusto pactan con ella”. Hasta la próxima entrega…