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La cuñada del príncipe Guillermo, de 33 años, vestía un modelo tradicional de encaje blanco, con un escote en la espalda en forma de corazón y un cuello chimenea, obra del creador británico Giles Deacon, muy alejado del vestido diseñado por Alexander McQueen con el que se dio a conocer en la boda de su hermana, en el 2011.
El príncipe Enrique llegó con su hermano, el príncipe Guillermo, y su esposa, Catalina, quien llevaba un vestido y un sombrero rosa.
Pippa llegó a la pequeña iglesia del Bershire, su región natal, a bordo de un Jaguar descapotable de 1951 en compañía de su padre, Michael. Ahí se encontró con el novio, James Matthews, un rico gestor de fondos de inversión de 33 años, expiloto de carreras profesionales y heredero del título escocés de Lair of Glen Affric, con el que se comprometió el 17 de julio de 2016. La novia recibió el cariño de los cerca de 100 residentes locales que estaban invitados a ver el acontecimiento desde la explanada de enfrente de la iglesia. Dada la presencia de tantos miembros de la realeza se impusieron fuertes medidas de seguridad, como zonas de exclusión aérea, incluyendo drones.
Nada parecía indicar la presencia en la iglesia de la novia del príncipe Enrique, la actriz estadounidense Meghan Markle, aunque supuestamente estaba invitada.
Fotos Agencias EFE y AFP