Diverticulitis, que no te suceda

La buena alimentación puede contribuir al tratamiento y control de algunas enfermedades, como en el caso de la diverticulitis. Sus complicaciones son variadas y pueden requerir de una cirugía. Informate para que no te ocurra.

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¿Hinchazón e intenso dolor abdominal? ¿Náuseas, vómitos y fiebres? Probablemente, sufras de la enfermedad diverticular; la misma de cuya causa dudan los profesionales de blanco. Muchos acreditan que el principal factor es una dieta baja en fibra, es decir, no incluir en la nutrición diaria a estos filamentos que permanecen en el colon y absorben agua, por lo que facilitan el paso de las heces durante las evacuaciones. Por el contrario, en el extremo opuesto, el estreñimiento crea las condiciones para la aparición de ciertas formaciones en el colon, como los divertículos. Pero ¿qué son? Jorge Medina Gutiérrez, coloproctólogo y vicepresidente de la Sociedad Paraguaya de Coloproctología, los describe en estos términos: “Son sacos en formas de dedos de guante, que se forman en el interior del colon, normalmente en la parte izquierda debido a múltiples factores, como el cigarrillo y el estrés, que afectan el músculo del colon y generan bolsas anormales. Pueden tardar años en formarse y manifestarse sin muchos síntomas, tales como, calambre e hinchazón abdominal, constipación, meteorismo y cólicos. Cuando un divertículo colónico se inflama, el paciente siente un intenso dolor abdominal acompañado de náuseas y vómitos, fiebre y escalofríos y, en algunas ocasiones, presenta sangre en las heces”. El galeno subraya que se trata de un problema común que afecta alrededor del 50 % de los mayores de 60 años de edad y que es raro diagnosticarlo a menores de 50 años. “Solo un pequeño porcentaje presenta síntomas y un número aún mínimo necesita cirugía para solucionar las complicaciones, como colecciones de pus localizadas dentro del abdomen o, en el peor de los casos, peritonitis generalizada y formación de abscesos o fístulas –una conexión anormal entre el colon y otro órgano o la piel–. La prueba que comúnmente realizan para detectar la enfermedad es la tomografía computarizada. El médico inyecta un líquido en una vena del brazo para que los órganos se resalten mejor en las radiografías”, aclara.

Tratamiento

“La diverticulitis suele responder bien al tratamiento médico, que incluye reposo, una dieta líquida y antibióticos. Cuando el cuadro clínico es más delicado, el paciente debe ser internado con suero y terapia con antibióticos parenterales. Si el profesional determina con los estudios auxiliares que se formó pus dentro del abdomen, se debe efectuar un drenaje percutáneo o, a veces, se procede a una cirugía de urgencia para resolver la situación. El afectado, generalmente, se recupera en el lapso de un mes y se lo controla en los meses siguientes de modo a tratar alguna complicación tardía. Después de que la diverticulitis haya sanado recomendamos también que se hagan una colonoscopía”, fundamenta el doctor Medina Gutiérrez.

Prevención

De cara a prevenir la diverticulitis colónica, también resulta fundamental la intervención del nutricionista y su asistencia durante el régimen. Desde la perspectiva de esta ciencia, Alejandro Argüello licenciado en Nutrición, señala que, inicialmente, son indicados los alimentos sin fibras, luego pocas, seleccionadas y fraccionadas a lo largo del día para prever ataques futuros, pero sin semillas porque estas pueden alojarse en el divertículo dando cabida a un cuadro de diverticulitis. Al principio, expone el profesional, también se evitan los alimentos integrales, frutas y verduras para ayudar a descansar el colon. Las frutas recomendadas son: mandarina, ciruela, manzana, banana, mamón y pera. Respecto a las verduras, advierte que deben ser cocidas y que las adecuadas son: espárrago, remolacha, champiñones, zapallo, brócoli, alcachofas, zanahorias y batatas. Asimismo, se prescribe la inclusión de cereales integrales, como avena, salvado y arroz integral; y, desde ya, aconseja abandonar el consumo de las semillas del tomate, guayabas y frutas con semillitas pequeñas.

No obstante, Argüello puntualiza que la buena noticia es que si la persona aquejada introduce ciertos cambios en su estilo de vida, es posible que no vuelva a padecer de diverticulitis.

Enemigos íntimos

“Es la presencia de divertículos generalmente en el intestino grueso, siendo más frecuentes en el colon. Para su aparición, desde un punto de vista fisiopatológico, deben ocurrir tres condiciones: la existencia de una alteración de la pared del colon, una dieta pobre en fibra y el aumento de la presión intraluminal (interior del colon). Los divertículos no son peligrosos, pero si no son tratados para su remisión, pueden presentarse complicaciones. Suelen ser asintomáticos, aunque no siempre”, sostiene el doctor Jorge Medina Gutiérrez, coloproctólogo.

dbatilana@abc.com.py

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