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La displasia de cadera es una dolencia típica en las razas grandes como el ovejero alemán y, lastimosamente, es motivo de descarte del cruzamiento, ya que se transmite en forma hereditaria.
Entre sus causas se encuentra el consumo de alimentación no adecuada. Recordemos que este canino debe consumir buen balanceado o la comida de la casa, pero con apropiada cantidad de calcio.
Su carencia no se puede cubrir con el medicamento humano, porque necesita el que contiene, además, carbonato.
El Club de Ovejeros Alemanes del Paraguay considera que un perro con displasia y falta de dentición, por ejemplo, los molares, no es apto para la cría. En pista se le hacen las pruebas correspondientes para que se halle en condiciones óptimas, incluso, debe pasar la prueba de ruidos fuertes en una competición, porque si se asusta fácilmente, se descarta. De todo esto nos enteramos al conversar con el doctor Raúl Tuma, veterinario.
A la edad de cinco a seis meses se consolidan sus huesos y es cuando se puede hacer un estudio radiológico para verificar el estado de sus caderas, bajo sedación.
Se piensa que los perros de raza tienen menos resistencia y mueren más fácilmente ante las enfermedades que un animal “puro corazón”, pero el secreto de una larga vida es mantener los cuidados pertinentes con vacunas preventivas y buena alimentación.
Espalda inclinada
“Antes teníamos perros fortachones, pero ahora los modificaron genéticamente y el ovejero alemán tiene la grupa caída al caminar, va en declive, lo que pudo contribuir a la gran incidencia de displasia”, comenta el doctor Tuma. El tratamiento incluye antiinflamatorios y analgésicos, control de peso, y si no hay más remedio, la cirugía con una prótesis artificial.
mirtha@abc.com.py