Desconstrucciones

Abogado, fotógrafo y artista, Javier Medina Verdolini se alzó con importantes galardones en artes visuales y acaba de sumar uno más a su legajo: el Premio Nacional de Bellas Artes por su reciente obra Desconstrucciones, que hace un llamado de atención sobre la problemática de la desaparición de la arquitectura tradicional de Asunción, aportando una mirada nostálgica sobre la memoria visual de la ciudad. Su obra se expondrá en el Museo de Bellas Artes, en el mes de mayo.

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La interpretación de Nick Nolte en el papel de un valiente reportero gráfico, Russell Price, que se involucra en la guerra del régimen nicaragüense de Anastasio Somoza con los rebeldes sandinistas, prendió en Javier Medina Verdolini su interés por la fotografía. Bajo el fuego se estrenó en 1983 y desde entonces marcó un rumbo para Medina. “Me impactó la película al mostrarme la mecánica de la fotografía y la función del fotógrafo en sí”.

Tras el filme, Javier se compró una cámara, empezó a tomar cursos y nunca más la dejó. Desde el 2000 se dedica a la fotografía de manera profesional e incursiona en las artes visuales –materia que siempre le gustó– con éxito. En 2006 y 2007 gana el segundo y primer premio del concurso Henri Matisse, respectivamente, entre otros reconocimientos a nivel nacional y regional.

El arte siempre fue una inquietud para Medina. Incursionó en dibujo, pero su propio desempeño no lo convenció. Finalmente halló en la fotografía la veta para explorar el campo artístico.

La fotografía cobró tal protagonismo en su vida que su profesión de abogacía quedó relegada por completo. “Empecé con la fotografía no sé si para ser artista, pero me interesaba más el arte obtenido a partir de ella que cualquier otra función de la misma”.

Memoria visual

Javier Medina Verdolini nació en Bell Ville, un pueblo de Córdoba. De madre argentina y padre paraguayo, siempre pasó sus vacaciones en Asunción, y este fue uno de los motivos que lo impulsaron a emprender su nuevo proyecto artístico.

“Cuando necesito un poco de calma para pensar y ponerme en una situación especial, paso por el barrio de mi tía, donde paraba siempre. Increíblemente, ese barrio, la calle San José está intacta desde la época en que yo venía de chico. Entonces al pasar por esa calle es como volver al pasado, lo cual me reconforta muchísimo”, dice.
Sin embargo, el resto de la ciudad no está intacta. Cada día se derrumban casonas antiguas para dar lugar a edificios nuevos.

Este hecho preocupa mucho a Javier; por ello retrató esta situación en una fotografía en blanco y negro, la cual fue galardonada con el Premio Nacional de Bellas Artes. La misma forma parte de un ensayo que se denomina Desconstrucciones.

“De chico, la ciudad tenía una fisonomía que con el tiempo fue cambiando, lo que me produce una nostalgia bastante grande y una tristeza, debido a que mis recuerdos van perdiendo su forma. La ciudad en sí es un recuerdo vivo. Imaginate si demuelen tu barrio; en ese instante, perdés parte de tu memoria. Los edificios evocan la memoria espacial”, enfatiza. “En Europa, las construcciones antiguas son un atractivo turístico, porque allí podés apreciar la arquitectura de muchos años o siglos atrás y está prohibido tocar la fachada de una casa; pero en Paraguay no se ocupan de que haya leyes para evitar las demoliciones, o si las hay, no se respetan.

¡Qué bueno sería que se recuerden las cosas tal cual la vimos siempre, sobre todo la buena arquitectura! Para mí, los edificios que se están haciendo son muy feos, no tienen buen gusto. Es como que estamos cambiando la ciudad por algo peor, con materiales baratos y con el interés económico sobre todas las cosas”, sentencia.

Algunos pensadores dicen que la fotografía evoca a la muerte, porque lo fotografiado cambia de estado y deja una imagen de lo que fue, recuerda Medina, quien asegura que no quiere salvar al mundo, simplemente poner a consideración de la gente esta reflexión.

EL PREMIO

Javier Medina Verdolini obtuvo el Premio Nacional de Bellas Artes, otorgado por la Embajada de España, la Secretaría de Cultura y el Museo de Bellas Artes. Medina destaca que los artistas y los que se consideran artistas deberían participar más en este tipo de concursos. “Si bien hay un premio en dinero, también existe una distinción por el trabajo, un reconocimiento. Producir tu obra y armarla siempre sale muy caro, y si no se brinda un tipo de posibilidad de premio, no tenés incentivo para trabajar, te frena. Creo que debería haber muchos premios más para las artes, y todos los años. Con una estabilidad en materia de concursos ya te preparás y, por ende, mejora mucho la calidad de los participantes”. En este momento, Medina se dedica a dictar cursos de fotografía. “Normalmente, la fotografía te permite hacer una separación entre el trabajo comercial y el trabajo que te apasiona. Decir que sos artista profesional y que vivís solamente del trabajo artístico es muy complicado en el mercado local”, puntualiza.

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