Defensas

En esta época es más frecuente que el cuerpo se encuentre expuesto a contraer distintas enfermedades causadas por agentes como virus y bacterias. El motivo de las afecciones es la defensa baja, por lo que es necesario conocer los alimentos que podrían asegurar mayor protección.

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“El sistema inmunitario es el conjunto de elementos, estructuras, órganos y procesos biológicos internos de los organismos, que en conjunto realizan funciones de protección contra enfermedades, elementos y cuerpos extraños, microorganismos patógenos, que producen daños”, comenta el doctor José Mayans. Añade que dicho sistema detecta cualquier agente potencialmente nocivo y lo distingue de las células y tejidos normales del cuerpo, mientras que termina por atacarlo.

El sistema inmunológico se encuentra constituido por glóbulos blancos, linfocitos, células T, macrófagos, neutrófilos y basófilos, además de proteínas, tejidos, médula ósea, amígdalas, órganos, timo, partes del hígado, bazo y ganglios linfáticos, entre otros componentes.

El médico advierte que la primera barrera o defensa está compuesta por la piel y las mucosas respiratorias e intestinales; la segunda y tercera están compuestas por el sistema inmunitario, propiamente dicho, con todos sus elementos, estructuras y procesos. En muchas ocasiones, los gérmenes logran superar las barreras y se producen las enfermedades. “La inmunidad puede ser natural y adquirida; la primera normalmente posee casi todos los organismos, y la siguiente se contrae a través de las enfermedades y las vacunas, que causan una memoria inmunológica o también mediante anticuerpos que se defienden de esas afecciones.

“En el caso de las alergias, estas no se producen por medio de una falta de defensas del organismo, sino que se trata de un aumento de la sensibilidad del sistema inmunitario de ciertas personas a circunstancias o sustancias; es decir, una respuesta diferente y hasta aumentada o exagerada”.

Así también existen las enfermedades autoinmunes, que son aquellas en que el sistema es hiperactivo y ataca al propio organismo, y agrede a los componentes del cuerpo generando afecciones como la artritis reumatoide, la miastenia grave, la tiroiditis, entre otros síndromes.

“Las defensas bajas aparecen cuando el sistema inmunológico es menos activo y efectivo que el normal, traduciéndose esto en infecciones, enfermedades y afecciones que pueden poner, incluso, en peligro la vida. Puede también ser el resultado de una enfermedad genética, o producto de fármacos o infecciones como el sida”, manifiesta el profesional. Las defensas, generalmente, pueden disminuir a consecuencia del estrés prolongado, una dieta inadecuada, los cambios bruscos de temperatura, el descanso insuficiente, la anemia y la desnutrición, también a causa del sobrepeso, tabaquismo y alcoholismo, o como consecuencia del consumo de ciertos medicamentos.

Entre las manifestaciones más comunes se pueden observar las llagas en los labios, el cansancio fácil, las heridas que tardan en cicatrizarse, los dolores musculares sin hacer ejercicios, fragilidad del cabello, infecciones constantes y afecciones respiratorias frecuentes.

Gracias a las vitaminas, los minerales y oligoelementos indicados por el médico, las defensas pueden mantenerse o aumentar, incluso consumiendo medicamentos recomendados y acompañando con buenos hábitos higiénicos, dietéticos y actividades físicas adecuadas.

Alimentación

Para incrementar las defensas bajas, el especialista José Mayans recomienda consumir alimentos que contengan vitamina C, encargada de aumentar la producción de interferón, que consiste en una sustancia que impide la aparición de virus. La guayaba, el kiwi, el mango, la piña, los cítricos, y las frutas y hortalizas en general contienen vitamina C. La vitamina E también mejora las defensas y se encuentra en el aceite de trigo, de soja, de oliva, en los cereales, vegetales de hojas verdes. Por su parte, la vitamina A mantiene la integridad de las mucosas y está en la nata, el hígado, los huevos, las zanahoria y lácteos. El pescado, los cereales y frutas también deben formar parte de la dieta diaria. Es preferible evitar el tabaco, alcohol, café, las grasas animales saturadas, los productos enlatados, los embutidos y las bebidas artificiales que contengan colorantes.

Texto dbattilana@abc.com.py

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