Debbie, “reina” de Hollywood

La actriz y cantante Debbie Reynolds, casi una "reina" de Hollywood por su mítico papel en Singin in the rain (1952) junto con Gene Kelly y, además, por ser la madre real de la princesa Leia de Star Wars, Carrie Fisher nos dejó un día después de despedir a su hija en la ciudad estadounidense de Los Ángeles.

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Quizás, no lo pudo soportar. Tal vez, el dolor tan intenso que supone perder a una hija pudo con ella. Debbie Reynolds dijo adiós un día después de la muerte de su hija, Carrie Fisher, quien siempre quedará en el recuerdo como la princesa Leia de Star Wars.

Debbie fue hospitalizada en el centro médico Cedars-Sinai de Los Ángeles, tras mostrar síntomas de embolia, cuando se encontraba organizando el funeral de Carrie en casa de su hijo, Todd, hermano de la princesa cinematográfica, también actor y director, quien fue el encargado de emitir el comunicado con un rotundo: "Mi madre se encuentra con Carrie".

Cantando y bailando bajo la lluvia… con presión

Debbie, cuyo verdadero nombre era Mary Frances Reynolds, nació el 1 de abril de 1932 en la localidad texana de El Paso, en los Estados Unidos. Cuando tenía siete años, sus padres, Raymond y Maxine Reynolds, y su hermano mayor, Bill, se mudaron de Texas a Burbank, en California.

Comenzó su carrera al obtener el galardón de Miss Burbank, a los 16 años. Ser la bella elegida le abrió el camino y esto le permitió firmar un contrato con la Warner, estudio en el cual debutó en papeles pequeños a finales de los años 40, con títulos como June Bride (1948), una comedia protagonizada por Bette Davis y Robert Montgomery, y The daughter of Rosie O'Grady (1950).

Después firmó con la Metro-Goldwyn-Mayer e intervino en filmes, como Three little words (1950); Two weeks with love (1950), protagonizada por Fred Astaire, y Mr. Imperium (1951), junto con Lana Turner.

En 1952 protagonizó, junto con Gene Kelly y Donald O’Connor, Singin in the rain, bajo la dirección del propio Kelly y Stanley Donen, lo que la consagró como auténtica estrella del sétimo arte. Además, Kelly se convirtió en su mentor y la transformó, con solo 20 años, en una estrella conocida y reconocida por el público y la crítica.

Realmente, ella no era bailarina, al menos hasta entonces, pero este papel la convirtió en la gran estrella musical de los años 50.

En su libro de memorias Debbie, my life (1988), la actriz y también cantante decía: “Gene Kelly fue duro conmigo, pero creo que no le quedaba otro remedio. Tuve que aprenderlo todo en un corto plazo. Para poder sobrevivir junto con ellos (O’Connor y Cyd Charisse), tenía que ser puesta a prueba y creo que Gene se dio cuenta de ello... Estaba aterrorizada y lloraba; practicaba y ensayaba todo el tiempo, hasta que me sangraban los pies...".

Después vinieron otros filmes, como I love Melvin (1953), The affairs of Dobie Gillis (1953), Give a girl a break (1953), Athena (1954), The catered affair (1956); Tammy and the bachelor (1957), que popularizó la canción del filme; The pleasure of his company (1961), entre otros, hasta que Hollywood la nominó al Óscar, en 1964, por su personaje en The unsinkable Molly Brown. Mujer superpopular en los Estados Unidos, permaneció unida a la industria cinematográfica haciendo pequeñas apariciones en filmes e intervenciones largas en producciones para la televisión. Desde 1999 a 2006 trabajó haciendo de madre de la protagonista en la serie Will and Grace.

Vida personal agitada

En cuanto a su vida personal, Debbie se casó en tres ocasiones, pero su gran amor fue el primero: el cantante Eddie Fisher, padre de Carrie y Todd, con quien se unió en 1955, pero duró solo hasta 1959. En su libro de memorias contó que fue el primer hombre con quien mantuvo relaciones íntimas, a la edad de 23 años.

También confiesa en su libro que –cuando murió el productor Mike Todd, segundo marido de Elizabeth Taylor, quien falleció en un accidente de aviación– ella y su esposo fueron a consolarla y, precisamente, fue allí que Eddie se prendó de la londinense de ojos cautivadores entre azules y violetas. A pesar de todo, con el paso de los años, Liz y Debbie volvieron a recuperar la amistad.

Su segundo marido fue el empresario del calzado Harry Karl, quien se arruinó y, de paso, perdió la fortuna de Debbie por problemas con el juego. "Todos mis esposos me robaron. El único que no se llevó nada fue Eddie, pero tampoco pagó ninguna manutención para los niños", confesaba la actriz. El tercer matrimonio fue con Richard Hamlett, con quien se casó en 1984 y le duró 10 años, aunque su vida económica sufrió varios reveses, como cuando quebró un hotel-casino que adquirió en Las Vegas o cuando no funcionó la creación de su propio museo en Hollywood.

Pero esta actriz –quien estuvo también nominada al Globo de Oro en 1951, 1957, 1965, 1970 y 1997, y al Emmy en el 2000, que era todo glamour y saber estar– se disolvió como azúcar en el agua y, tal vez, no pudo soportar ver que su hija se había marchado.

EFE/Reportajes

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