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Se cree que el cuguruá adoptó esta denominación debido a la abundancia de la fruta en Curuguaty. Se sabe que la misma existe también en el Brasil, Perú y Ecuador, y que el nombre curuguá tiene su origen en el guaraní. Se trata de una planta que puede ser ingerida como fruta y también como parte de manjares dulces y salados. Olga Aquino, Marcos Espínola y Rita Ramírez, técnicos de la División Olericultura Centro Hortifructícola, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción, explican que la Sicana odorifera es “un fruto oblongo y casi esférico, que posee un sabor muy agradable, similar al del melón”.
“El curuguá puede consumirse fresco, en rodajas finas; igualmente, se elaboran dulces, mermeladas y conservas en almíbar. Por otra parte, el jugo resulta muy delicioso y los frutos no maduros pueden utilizarse como verdura en sopas o guisados”, dicen los técnicos.
Es tan rico su aroma y tan extraordinario su aspecto, parecido al de una berenjena gigante, color púrpura, y tan dura que puede hacer que se rompa un cuchillo, por eso recomiendan cortarla con una minisierra o un filo dentado. Nos recuerda la consistencia del coco por esta característica.
“El fruto y las semillas en decocción se emplean contra afecciones hepáticas y para el sistema respiratorio. Además, la pulpa se utiliza como refrescante. En países como Costa Rica se recurre al licor del curuguá para combatir afecciones de la garganta. La decocción de hojas y flores sirve como laxante; no obstante, debe respetarse la proporción, ya que puede ser tóxica. Asimismo, se usa en caso de necesidad de lidiar con trastornos de enfermedades venéreas y hemorragias uterinas”, expresan.
Su pulpa es una delicia y su efecto refrescante la convierte en una buena aliada para los días calurosos. Otra alternativa es la elaboración de dulces para congelarlos.
En Puerto Rico, la pulpa se corta y se remoja en agua con azúcar añadida durante la noche, a temperatura ambiente, para que se fermente ligeramente. El líquido resultante se bebe con frecuencia y se comen tiras de la pulpa para aliviar el dolor de garganta.
La infusión de las semillas se toma en el Brasil para tratar de manera natural la fiebre y como purgante. En México, la decocción de las hojas y flores se prescribe para eliminar lombrices.
Estamos en plena época de este fruto exótico de nuestra tierra, que mucha gente también suele colocarlo dentro los armarios para aprovechar su dulce aroma.
Todavía queda mucho por aprender de la botánica autóctona latinoamericana, que guarda tesoros escondidos.
PULPA SABROSA
La Sicana odorifera es perenne, herbácea y de rápido crecimiento; requiere un enrejado fuerte o trepa a los árboles. Las hojas son de color gris; las flores blancas o amarillas, y el fruto es casi cilíndrico, a veces, ligeramente curvado, ¡de hasta 30 a 60 cm de longitud! Cuando está madura su tono resulta de la fusión del naranja, rojo, marrón y el púrpura oscuro con reflejos violetas, o en su totalidad de color negro azabache, de cáscara lisa y resplandeciente. La pulpa es firme, dura y jugosa, normalmente naranja o amarilla, como el melón. En la cavidad central, contiene una pulpa más suave. El núcleo es carnoso y blando, con numerosas semillas planas y marrón clara con una franja en el borde marrón oscuro, en hileras bien apretadas que se extienden a lo largo de la fruta.
Texto mirtha@abc.com.py