Cargando...
¿Cómo vencer el miedo? Es un gran desafío en los tiempos que corren, ante innumerables situaciones que la vida depara, incluyendo circunstancias terriblemente adversas, como el tsunami y terremoto en Japón, o simplemente dificultades que la realidad depara sin previo aviso, en cuya eventualidad la calma es fundamental.
Si la persona está centrada, bien consigo misma, podrá enfrentar lo que ocurra con la mayor calma posible, aunque sobrevenga un problema grave, de cualquier naturaleza, desde un accidente en la autopista, de ómnibus o una inundación.
Tranquilidad ante toda circunstancia
"Durante un hecho como el tsunami en Japón son afectadas todas las personas, se encuentren estas fortalecidas o no. En cualquier circunstancia adversa, cuando viene un problema, sea el que fuere, como un accidente en la autopista o una inundación, hay dos maneras de afrontarlo: una es entrar en estado de pánico, o quedarse tranquilo, sin depender de las circunstancias", determina Ken ODonnell, quien desde Brahma Kumaris habla acerca de ¡vencer el miedo!
Puede prevenirse la reacción
"Es imposible prevenir un desastre; lo que sí podemos prevenir es la reacción", argumenta Ken ODonnell, quien da como ejemplo a un amigo suyo, que durante la catástrofe de las Torres Gemelas, en los Estados Unidos, actuó de tal forma para salvar su vida y la de varias otras personas. "A pesar de la ausencia de oxígeno, mucho polvo, derrumbes, consiguió sacar a un gran número de gente a salvo. Eso es porque él sabe que en ese momento no sirve para nada entrar en pánico, que podría traer más fácilmente la muerte", afirma.
-¿Qué nos aleja del miedo?
- Lo que logra mantenernos lejos del miedo, con tranquilidad y calma es invertir en los valores propios, las cualidades internas, con una comprensión más realista acerca de lo que tenemos para dar.
Es necesario saber y recordar que durante hechos adversos no ayuda en nada entrar en pánico. Existe una expresión en inglés, y ella dice que uno arregla el techo cuando el sol brilla. No se puede arreglar en medio de una tormenta. Por eso, cuando estamos bien es cuando debemos trabajar en equilibrar nuestro ser, nuestra percepción, nuestras relaciones, pensamientos, de manera que cuando haya confusión, estemos más aptos no solo para ayudarnos a nosotros mismos, sino a quienes nos rodean, especialmente la familia.
-¿Cuál es un ejemplo de sus afirmaciones?
-Supongamos que ocurre un incendio en la casa. El papá o la mamá no pueden "perder la cabeza", menos si tienen hijos en el hogar. Deben centrarse y apuntar a las soluciones, y reaccionar: "A ver, hijos, ¡baldes!, ¡manguera!, ¡vamos todos a salir!". Ahora si él o ella pierden la cabeza, están todos muertos.
Es por eso que conviene cualquier práctica que brinde una estabilidad interna mental, que ofrece una percepción menos histriónica de la vida y prepara para un posible contratiempo o desastre. Es mejor que alguien que no hace nada.
-¿Las personas en la actualidad viven con más miedo que antes?
-Creo que la complejidad y la imprevisibilidad crecen. Cualquier cosa puede suceder en cualquier momento. Eso puede verse en una ciudad grande como Asunción.
Imagínense San Pablo, Brasil. Además, allá tenemos problemas de ser más impresionables por lo que se ve en la televisión, las fotografías de los periódicos, porque que hay muchos ladrones, y se siente la inseguridad con relación al futuro.
Hoy no sabemos ni siquiera si la empresa en la que trabajamos durará cinco años más, que era una pregunta imposible de pensar en los tiempos de nuestros abuelos. Hay tantos cambios, tanta rapidez.
Igualmente, no puedo prever qué viene a mí. Nadie planifica la inseguridad. No pongo en mi agenda "el día 20 de julio voy a tener un desastre". Pero sabemos que es posible.
Autoconfianza
-¿Cómo prepararse? Usted habla de métodos para superar los miedos.
-Es una serie de entendimientos más que nada.
Nadie es como parece ser. Nada es como parece ser. Si conozco su realidad, su pasado, podré entender más a las personas.
En segundo término, es fundamental entenderme, conocer mis valores, que no cambian ni se transforman ante las circunstancias. Es muy importante invertir en esos valores.
Soy un ser que tiene tales y cuales cualidades innatas. Puedo invertir en lo que tengo de bueno. Es esencial contar con una comprensión más realista de qué yo tengo para ofrecer a la vida como persona, y contemplar sobre eso.
En tercer lugar, debo hacer algo que me entusiasma positivamente. Quizá tengo algo que ofrecer a la vida, pero se encuentra estancado. Si yo conecto alguna cosa que hago con algo que tiene sentido...
Por ejemplo: tengo mucho amor atascado dentro de mí, pero no busco ninguna oportunidad para mostrarlo. Debo canalizar hacia el exterior aquello que tengo de bueno, y eso me da más vida.
Teniendo más vida, la tendencia es sentir menos miedo. Es actuar más. Si tengo cualidades, y veo que funcionan en la práctica, logro mayor autoconfianza, que es la antítesis del miedo.
Fortalecer la autoconfianza no elimina totalmente al miedo, pero sí lo disminuye. No solo tengo cualidades teóricamente; las he visto funcionando en mi vida, en distintas situaciones. Por lo tanto, confío más en mí, y tengo mayores posibilidades de lidiar con las situaciones peligrosas, a diferencia de una persona que no hace nada.
-En este contexto, ¿cuál es la característica de los paraguayos?
-Los paraguayos están acostumbrados a lidiar con crisis. Son diferentes a los europeos. Paraguay es un pueblo espontáneo, y hay mucha solidaridad. De ahí que ante una adversidad, la tendencia es que aquí la gente tendría más éxito de afrontarla que la gente que está muy acostumbrada al confort. Los paraguayos, por su historia, han sido capaces de adaptarse a muchas cosas.
-Al miedo lo ejemplifica con un león, que aun siéndolo, se tapa el rostro de tanto miedo...
-El león está pensando que es un pequeño gatito. Recordemos esa historia del águila que fue criada por las gallinas. Un día las gallinas que no vuelan saltaron y corrieron. El águila saltó igual que ellas ¡y descubrió que podía volar!
Muchos de nosotros somos águilas, viviendo como gallinas, y tenemos que ejercitar nuestras alas para poder volar.
"Los paraguayos están acostumbrados a lidiar con crisis. Son diferentes a los europeos. Paraguay es un pueblo espontáneo, y hay mucha solidaridad. De ahí que ante una adversidad, la tendencia es que aquí la gente tendría más éxito de afrontarla que la gente que está muy acostumbrada al confort. Los paraguayos, por su historia, han sido capaces de adaptarse a muchas cosas".
Si la persona está centrada, bien consigo misma, podrá enfrentar lo que ocurra con la mayor calma posible, aunque sobrevenga un problema grave, de cualquier naturaleza, desde un accidente en la autopista, de ómnibus o una inundación.
Tranquilidad ante toda circunstancia
"Durante un hecho como el tsunami en Japón son afectadas todas las personas, se encuentren estas fortalecidas o no. En cualquier circunstancia adversa, cuando viene un problema, sea el que fuere, como un accidente en la autopista o una inundación, hay dos maneras de afrontarlo: una es entrar en estado de pánico, o quedarse tranquilo, sin depender de las circunstancias", determina Ken ODonnell, quien desde Brahma Kumaris habla acerca de ¡vencer el miedo!
Puede prevenirse la reacción
"Es imposible prevenir un desastre; lo que sí podemos prevenir es la reacción", argumenta Ken ODonnell, quien da como ejemplo a un amigo suyo, que durante la catástrofe de las Torres Gemelas, en los Estados Unidos, actuó de tal forma para salvar su vida y la de varias otras personas. "A pesar de la ausencia de oxígeno, mucho polvo, derrumbes, consiguió sacar a un gran número de gente a salvo. Eso es porque él sabe que en ese momento no sirve para nada entrar en pánico, que podría traer más fácilmente la muerte", afirma.
-¿Qué nos aleja del miedo?
- Lo que logra mantenernos lejos del miedo, con tranquilidad y calma es invertir en los valores propios, las cualidades internas, con una comprensión más realista acerca de lo que tenemos para dar.
Es necesario saber y recordar que durante hechos adversos no ayuda en nada entrar en pánico. Existe una expresión en inglés, y ella dice que uno arregla el techo cuando el sol brilla. No se puede arreglar en medio de una tormenta. Por eso, cuando estamos bien es cuando debemos trabajar en equilibrar nuestro ser, nuestra percepción, nuestras relaciones, pensamientos, de manera que cuando haya confusión, estemos más aptos no solo para ayudarnos a nosotros mismos, sino a quienes nos rodean, especialmente la familia.
-¿Cuál es un ejemplo de sus afirmaciones?
-Supongamos que ocurre un incendio en la casa. El papá o la mamá no pueden "perder la cabeza", menos si tienen hijos en el hogar. Deben centrarse y apuntar a las soluciones, y reaccionar: "A ver, hijos, ¡baldes!, ¡manguera!, ¡vamos todos a salir!". Ahora si él o ella pierden la cabeza, están todos muertos.
Es por eso que conviene cualquier práctica que brinde una estabilidad interna mental, que ofrece una percepción menos histriónica de la vida y prepara para un posible contratiempo o desastre. Es mejor que alguien que no hace nada.
-¿Las personas en la actualidad viven con más miedo que antes?
-Creo que la complejidad y la imprevisibilidad crecen. Cualquier cosa puede suceder en cualquier momento. Eso puede verse en una ciudad grande como Asunción.
Imagínense San Pablo, Brasil. Además, allá tenemos problemas de ser más impresionables por lo que se ve en la televisión, las fotografías de los periódicos, porque que hay muchos ladrones, y se siente la inseguridad con relación al futuro.
Hoy no sabemos ni siquiera si la empresa en la que trabajamos durará cinco años más, que era una pregunta imposible de pensar en los tiempos de nuestros abuelos. Hay tantos cambios, tanta rapidez.
Igualmente, no puedo prever qué viene a mí. Nadie planifica la inseguridad. No pongo en mi agenda "el día 20 de julio voy a tener un desastre". Pero sabemos que es posible.
Autoconfianza
-¿Cómo prepararse? Usted habla de métodos para superar los miedos.
-Es una serie de entendimientos más que nada.
Nadie es como parece ser. Nada es como parece ser. Si conozco su realidad, su pasado, podré entender más a las personas.
En segundo término, es fundamental entenderme, conocer mis valores, que no cambian ni se transforman ante las circunstancias. Es muy importante invertir en esos valores.
Soy un ser que tiene tales y cuales cualidades innatas. Puedo invertir en lo que tengo de bueno. Es esencial contar con una comprensión más realista de qué yo tengo para ofrecer a la vida como persona, y contemplar sobre eso.
En tercer lugar, debo hacer algo que me entusiasma positivamente. Quizá tengo algo que ofrecer a la vida, pero se encuentra estancado. Si yo conecto alguna cosa que hago con algo que tiene sentido...
Por ejemplo: tengo mucho amor atascado dentro de mí, pero no busco ninguna oportunidad para mostrarlo. Debo canalizar hacia el exterior aquello que tengo de bueno, y eso me da más vida.
Teniendo más vida, la tendencia es sentir menos miedo. Es actuar más. Si tengo cualidades, y veo que funcionan en la práctica, logro mayor autoconfianza, que es la antítesis del miedo.
Fortalecer la autoconfianza no elimina totalmente al miedo, pero sí lo disminuye. No solo tengo cualidades teóricamente; las he visto funcionando en mi vida, en distintas situaciones. Por lo tanto, confío más en mí, y tengo mayores posibilidades de lidiar con las situaciones peligrosas, a diferencia de una persona que no hace nada.
-En este contexto, ¿cuál es la característica de los paraguayos?
-Los paraguayos están acostumbrados a lidiar con crisis. Son diferentes a los europeos. Paraguay es un pueblo espontáneo, y hay mucha solidaridad. De ahí que ante una adversidad, la tendencia es que aquí la gente tendría más éxito de afrontarla que la gente que está muy acostumbrada al confort. Los paraguayos, por su historia, han sido capaces de adaptarse a muchas cosas.
-Al miedo lo ejemplifica con un león, que aun siéndolo, se tapa el rostro de tanto miedo...
-El león está pensando que es un pequeño gatito. Recordemos esa historia del águila que fue criada por las gallinas. Un día las gallinas que no vuelan saltaron y corrieron. El águila saltó igual que ellas ¡y descubrió que podía volar!
Muchos de nosotros somos águilas, viviendo como gallinas, y tenemos que ejercitar nuestras alas para poder volar.
"Los paraguayos están acostumbrados a lidiar con crisis. Son diferentes a los europeos. Paraguay es un pueblo espontáneo, y hay mucha solidaridad. De ahí que ante una adversidad, la tendencia es que aquí la gente tendría más éxito de afrontarla que la gente que está muy acostumbrada al confort. Los paraguayos, por su historia, han sido capaces de adaptarse a muchas cosas".