Cervantina

La reconocida periodista y escritora mexicana de origen francés Elena Poniatowska, de 81 años, ganó hace unas semanas el premio Cervantes 2013, la distinción más importante de las letras hispanas, y se convirtió en la cuarta mujer en alzarse con el galardón. Es el mismo que obtuvo Augusto Roa Bastos en 1989.

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La elección la dio a conocer el ministro de Cultura español, José Ignacio Wert. Elena Poniatowska fue la escogida “por una brillante trayectoria literaria en diversos géneros, de manera particular en la narrativa, y por su dedicación ejemplar al periodismo desde la crónica y el ensayo”, según se leía en el comunicado oficial.

La escritora, defensora de las causas sociales y activista política de izquierda, nació en París en 1932 y se nacionalizó mexicana en 1969. Es hija de la mexicana Paula Amor y del príncipe Jean E. Poniatowski, familiar directo del último rey de Polonia, por lo que había sido bautizada por su familia paterna como La princesa roja. Elena, cuyo verdadero nombre es Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor, renunció a ser de la realeza para dedicarse al periodismo. Huyendo de la Segunda Guerra Mundial, llegó a México hacia 1942. Unos años después, fue enviada a Estados Unidos a recibir educación religiosa por tres años en un internado. A su regreso, no sabía nada más que rezar: “En realidad quería ser médica, pero si entonces no había mujeres periodistas, mucho menos doctoras”, dijo.

La autora de Hasta no verte, Jesús mío, uno de sus libros más celebrados, fue primero periodista y luego literata. En 1968, junto a una colega italiana, fue testigo de la masacre estudiantil en La Plaza de las Tres Culturas de Ciudad de México. Su indignación fue tal que recopiló testimonios de los que también presenciaron la matanza y escribió La noche de Tlatelolco. En 1971, la obra ganó el premio Xavier Villaurrutia, el cual rechazó porque: “¿Quién iba a premiar a los muertos?”.

Cuando le comunicaron que ganó el Cervantes, Elena dijo que es un regalo del cielo. “No me lo esperaba para nada y, para mí, es una gran sorpresa. Me despertaron con esa llamada y ha sido una enorme alegría, desde luego”, comentó la escritora.

Elena, activista, madre y escritora, ahora se encuentra trabajando en la biografía de su difunto esposo, el astrofísico mexicano Guillermo Haro. “Yo espero que él me lo esté enviando, porque él está cerca del cielo y supongo que sacar un premio como este, pues, es un regalo del cielo”, añadió.

Poniatowska, la cuarta mujer cervantina en toda la historia de este premio, ha sido galardonada con muchísimos otros reconocimientos a lo largo de su vida, como el Nacional de Periodismo de México, el Mazatlán de Literatura, el Alfaguara de Novela, el Rómulo Gallegos y Biblioteca Breve. Aunque para ella el mayor regalo es el cariño de la gente.

COMPROMETIDA

Elena Poniatowska goza de una vasta producción literaria y periodística. Entre sus obras se encuentran Todo empezó el domingo (1963); Hasta no verte, Jesús mío (1969); La noche de Tlatelolco (1971); Métase mi prieta entre el durmiente y el silbatazo (1982); El tren pasa primero (2005), entre otras. La escritora revela que siempre se ha considerado como una mujer insegura y que escribir también era una forma de participación en los temas públicos de su país. Por encima de otros asuntos, le preocupa la falta de empleo de jóvenes, en especial en México y España, y la falta de oportunidades para abrirse camino en la vida. “He tratado con los libros y con el periodismo a que se llegue a un México en el que los jóvenes tengan oportunidades. A mí me preocupa muchísimo que se vayan a perder generaciones de jóvenes”, dijo y remarcó que hay que apostar en la educación.

Texto jose.riquelme@abc.com.py

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