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El día D amaneció gélido en el norte del país; una fina neblina distorsionaba la visión hasta del ojo más sagaz.
Personas vestidas de manera poco usual se iban agrupando en la Municipalidad de Ypejhú, departamento de Canindeyú. Aquellos foráneos se alistaban para seguir un itinerario que los conduciría hasta los lugares más impresionantes de la Reserva del Mbaracayú. Algunos se preparaban para una jornada de alrededor de nueve horas y otros de 30; dependiendo de las tres categorías habilitadas para la competencia (45, 85 y 115 km) que estaba por comenzar.
Mientras los 35 equipos inscriptos esperaban las últimas instrucciones de Rodrigo Jacks, director de la carrera, los competidores chequeaban su equipamiento reglamentario, y evaluaban la cantidad de comida y agua que el cuerpo exigiría para hacer frente al esfuerzo al que planeaban someterse. Debatían además sobre lo que sería necesario y lo que no, a modo de evitar el exceso de peso sobre los hombros, lo cual era inevitable.
La temperatura no colaboraba con alivianar la mochila, que debía contener un reservorio de agua de entre uno y tres litros, una bolsa de dormir, el saco vivac –cobertor que impermeabiliza la bolsa de dormir de la lluvia y la aísla del frío–, botiquín de primeros auxilios, teléfono celular, linternas, polainas, abrigo para la noche, medias de recambio, comida –sándwiches, barritas de cereal, caramelos de miel, geles especiales, etc.– y bastones de caminata.
A las 07:30, la masa de gente rumbeó hacia el noroeste tras la señal de largada. La prueba estaba divida en tres partes, marcadas por el final de cada categoría.
Torrentes de agua
Los corredores se deslumbraron ante los saltos Yaguareté, Guadalupe, Aguará Charte, Kamby y Querencia, y llegaron al Karapá, cuya pendiente de unos 40 m es uno de los mayores atractivos de la reserva. Cerca de allí hay un mirador desde el cual se admira una imponente vista de la cordillera que divide al Paraguay de Brasil.
De los 21 inscriptos para culminar en 45 km ganó Vikingo, integrado por Tomas Brzobohaty, Egidijus Pilypas y Vidmantas Bendikas, quienes finalizaron en 9 horas y 45 minutos.
Monte tupido
Los 14 equipos restantes se dirigieron hacia la cornisa de la cordillera para adentrarse en lo más espeso del Bosque Atlántico; las tres primeras agrupaciones lograron atravesar 7 km en tres horas y media. Tape po’i, picadas y pequeñas quebradas marcaron el resto de esta etapa, desarrollada en lo más oscuro de la helada noche. Ante la imposibilidad de evitar cruzar por los innumerables arroyos de la zona, los pies mojados fueron una constante. Nueve escuadras disputaron los 85 km. X-Pro Hyundai llegó en primer lugar; el tiempo de María Isabel Cabello, Conrado Ring y Luis Galeano fue de 22 horas y 57 minutos.
El circuito principal
Cinco escuderías aceptaron el desafío de los 115 km; una abandonó en el intento. Ganó Contiental Cycles Sport, compuesta por Mónica Monges, Gustavo y Víctor Hugo Morel, quienes llegaron a Villa Ygatimí a las 08:00. La hazaña exigió que estos peculiares deportistas corran, caminen y hasta se arrastren para avanzar entre la maraña formada por la naturaleza. Este tipo de actividad fomenta el uso sustentable de los recursos naturales en general y de áreas protegidas en particular, por lo que contó con el apoyo de la Fundación Moisés Bertoni, administradora de las 64.406 ha que ocupa la Reserva del Mbaracayú.
¿QUÉ ES ULTRATRAIL?
Son competencias deportivas de larga distancia que se desarrollan en escenarios agrestes. La preparación física previa es menos fundamental que la fortaleza mental y psicológica, y la tolerancia al dolor y al sueño. Los competidores deben administrar esfuerzo, tiempo y alimentación. Los ganadores suelen ser los que menos reposan; los descansos consisten en tirarse un par de minutos sobre el suelo o eliminar la arena acumulada en los zapatos para evitar las ampollas. Pombero carrera pe es el único ultratrail del Paraguay. En ese marco, los organizadores de la carrera también lanzaron un concurso de fotografía que insta a documentar su paso. Entre las presentadas este año, hay una de un nido repleto de huevos de avestruz y un cartel de zona wi-fi en medio de la nada.