Cambio de estilo

Desde el traje blanco de Alexandria Ocasio-Cortez, que evocó al movimiento de las sufragistas, hasta el vestido palestino bordado de Rashida Tlaib, el Congreso de los Estados Unidos marcó un cambio de estilo.

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El Congreso de los Estados Unidos protagonizó, la semana pasada, un cambio de ciclo con el paso de la Cámara de Representantes al control demócrata. También fue un día en el que los trajes de dos piezas dieron espacio a otras formas de elegancia, que reflejaron la diversidad de sus nuevos miembros.

La ceremonia de inauguración del Congreso, que tiene el mayor número de hispanos de toda la historia, marcó la irrupción de nuevos estilos que buscaron expresar la identidad de los nuevos congresistas, desde el traje blanco de Alexandria Ocasio-Cortez, que evocó al movimiento de las sufragistas, hasta el vestido palestino bordado de Rashida Tlaib.

La jornada se desarrolló en un momento de alta tensión entre el gobierno de Donald Trump y los demócratas, ante la negativa de la oposición de otorgar USD 5000 millones de financiamiento para construir un muro en la frontera, que tiene a la administración en parálisis presupuestaria desde el 22 de diciembre del año pasado. El 116.º Congreso marca la irrupción de una nueva generación de políticos, más alejados de las élites, y con orígenes sociales y raciales más diversos.

La más joven y otra de un campo de refugiados

Una es Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño y nacida en el Bronx hace 29 años, quien hizo historia al convertirse en la mujer más joven en ser electa al Congreso. Ocasio-Cortez, que se define como socialista, eligió un traje de dos piezas blanco para la ocasión, que recordó al movimiento de las mujeres sufragistas.

Ilhan Omar, que representa a Minnesota, es la primera estadounidense de origen somalí en llegar al Capitolio. Junto con Tlaib son las primeras mujeres musulmanas en conseguir un escaño del Congreso. “Hace 23 años, mi padre y yo llegamos a un aeropuerto de Washington D. C. provenientes de un campo de refugiados de Kenia”, contó en Twitter de camino a la capital estadounidense la representante de 37 años. También explicó a CNN que, cuando salieron del avión, se dieron cuenta de que no habían estado en ese mismo aeropuerto al que llegaron a los Estados Unidos. “Es un momento muy abrumador y emotivo para nosotros. Mi padre tenía altas expectativas para nosotros (...), pero no creo que hubiera podido imaginar que un día su niña iba a estar en el Congreso, 20 años después de llegar acá”, contó. Omar asistió a la ceremonia con un pañuelo tradicional de colores ocre en su cabeza y un vestido blanco de corte imperio. Antes de asumir, respondió a las críticas. “El hemiciclo del Congreso va a parecerse a los Estados Unidos”, afirmó. Para jurar el cargo, Omar se cambió de ropa y lució una túnica con un pañuelo negro en la cabeza. Muchos somalíes residentes en los Estados Unidos acudieron a las oficinas del Congreso para fotografiarse junto con la placa que marca la oficina de Omar.

Esta legislatura también marcó la entrada en la Cámara de Representantes de la demócrata Rashida Tlaib, una palestino-estadounidense de 42 años que representa a Michigan. “Voy a ser una mujer, una madre, una musulmana, una palestina, una árabe y muchas de estas etiquetas, de estas identidades”, dijo Tlaib a la cadena CNN. Durante la campaña, Tlaib se hizo conocida por su estilo relajado y deportivo, siempre con un gorro para protegerse del sol en los puerta a puerta. Para su juramento, decidió honrar a sus ancestros y usar el thobe, el vestido tradicional palestino bordado en tonos burdeos.

La decisión causó furor en las redes sociales y generó su propia etiqueta en Twitter #TweetYourThobe (tuiteatuthobe) .

Primeras mujeres indígenas

En esta oleada de cambio también entraron a la Cámara de Representantes dos mujeres indígenas: Sharice Davids y Deb Haaland, electas con la promesa de defender el medioambiente en lo alto de sus prioridades. Haaland llegó a Washington acompañada por su familia y eligió la estética tradicional de la tribu Pueblo Laguna (Kawaika), de Nuevo México, para la ceremonia con una blusa celeste y un vestido negro ceñido con un cinturón rojo con motivos geométricos en cadena.

“Como una de las dos primeras mujeres indígenas que llegan al hemiciclo, yo voto por Nancy Pelosi”, dijo Haaland al votar a la líder de la Cámara de Representantes. En el momento del juramento, Haaland se abrazó con lágrimas a Davids, representante por Kansas que en las elecciones logró imponerse al republicano que ocupaba el escaño con la consigna. “Fuerte, resiliente, indígena”.

El cambio no solo vino de la mano de los nuevos congresistas, sino, también, de legisladores veteranos, como Barbara Lee, una demócrata negra que representa al 13.er distrito de California desde 1998, pero que en esta legislatura cambió el tradicional traje sastre con perlas por un fular con el estampado geométrico amarillo y azul característico de la costa de África Occidental.

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