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Existen algunas telas cuyos estampados ya son sabidos; por lo tanto, reconocerlos y saber distinguirlos es una cualidad que te llevará a sobresalir de entre los demás, y aumentar tu cultura y conocimiento será un plus más en tu vida.
En primer lugar está la famosa raya diplomática, que son líneas tejidas sobre un fondo de color oscuro (negro, azul, gris plomo) que forman rayas finas, son muy frecuentes en trajes masculinos, muy clásicas y elegantes, perfectas para negocios. Su origen se remonta a los altos ejecutivos bancarios, quienes –para diferenciarse de los demás funcionarios– agregaron rayas a sus trajes. Estas se usan para eventos o actividades que se desarrollan de día, nunca para eventos formales o de gala. Las modernas son las de fondo negro y con una separación grande de rayas blancas.
Los cuadros príncipe de Gales: su trama es de cuadros, que forman distintas escalas de grises. En ocasiones se añade un color más a ese tono base; normalmente, azul. Es una tela que utilizaban, generalmente, los trabajadores hasta que el duque de Windsor lo empezó a usar hasta el punto que le pusieron de nombre su título nobiliario y le dio fama mundial en los años 20.
La pata de gallo es una tela formada por un patrón de repetición de dos tonos; el más clásico es en blanco y negro con bordes dentados. Es un estampado que parece un mosaico de formas abstractas de cuatro puntas, originario de los talleres escoceses y tiene otro nombre: diente de perro (dogstooth) porque las formas de cuatro puntas recuerdan a un diente de perro.
El tartán o cuadro escocés tiene líneas horizontales y verticales que, al cruzarse, forman un dibujo de cuadros muy característico. En sus orígenes se elaboraba en lana y estaba directamente unido a la falda escocesa. Hoy se aplica a todo tipo de ropas y ha creado una moda que sigue tan actual como el primer día. Tiene sus orígenes en Escocia y lo utilizaban los clanes para distinguirse. Con el tiempo se expandió por todo el mundo y se caracteriza principalmente en el uso en atuendos de invierno.
El ojo de perdiz es un tipo de tejido en el que el cruce de los hilos forman unos pequeños nudos que asemejan a los ojos de perdiz o pájaro; es uno de los patrones más clásicos. Se utiliza mucho en trajes de calle (es considerado muy informal y para ambientes laborales). Es un auténtico clásico, sobre todo en tonos grises y azules, y su efecto es muy atractivo.
La cachemira o paisley (como se le conoce en inglés) en los estampados textiles tiene forma de gota o riñón, y en el occidente es muy popular verla en pañuelos y corbatas. Desde algún tiempo se puede observar más en la confección de trajes extravagantes, utilizados especialmente por artistas y personas del espectáculo.
El herringbone es un tejido habitual de lana, muy sencillo, con una base sobre la que se forman líneas oblicuas y escalonadas formando una “v”, y se colocan una al lado del otra con hilos de diferentes colores. Las confecciones de esta tela se conocen popularmente como traje de espiga; uno de los patrones más habituales en la sastrería tradicional. El origen de este patrón es escocés y originalmente fue empleado para la confección de telas hechas de lana shetland, destinadas a sacos y camperas de abrigo.
Hasta aquí, esta pequeña guía que incluye en gran medida los estampados más conocidos y utilizados en las sastrerías para hombres.
Recuerda: “La ropa es inevitable; es nada menos que el mobiliario de la mente hecho visible”.
James Laver.
Hasta la próxima entrega…