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Con el baile de debutantes de la Ópera de Viena arranca oficialmente la temporada de los casi 300 bailes en Austria. Esta tradicional velada tiene el sello de la ostentación de los asistentes y se celebra en febrero, en coincidencia con el carnaval.
Aproximadamente, 5000 personas se dan cita en una de las noches más esperadas y comentadas de Europa, que tuvo sus orígenes en aquellos bailes celebrados en los palacios aristocráticos de Viena, en el siglo XVIII.
850 m² para bailar
Los debutantes –seguidos del público– tienen 850 m² de pista para danzar los mejores valses. Pero ningún movimiento puede realizarse hasta que suenen los primeros acordes de la genial y mundialmente conocida obra de Johann Strauss, Danubio Azul, y las parejas de debutantes se encuentren en medio de la pista.
Los preparativos
Para el día del baile de la Ópera de Viena, el recinto –construido entre 1861 y 1869– sufre una variación, ya que las butacas se sacan, se nivela el piso con el escenario y todo se convierte en una gran pista de baile. Según datos del evento, la primera edición de este baile fue en 1877; desde entonces hasta nuestros días sufrió algunas variaciones en cuanto al nivel y glamour de los invitados, pero sigue siendo el evento más importante de Austria. Es el punto de encuentro de políticos, empresarios y figuras del espectáculo y, por supuesto, de la más alta sociedad y millonarios.
La ceremonia
Por lo general, a las 21:00, con la presencia del presidente de la República, fiel asistente, se entona el Himno Nacional; luego de algunos números artísticos a cargo de sopranos, se da lugar al esperado desfile de debutantes. Ellas visten de blanco largo y todas llevan una pequeña diadema de cristales, y ellos visten de impecable frac negro.
Una gala benéfica
Participar de la velada tiene un valor base de 300 euros, unos G. 1.800.000, y existen diferentes sectores. Están quienes reservan los palcos y otros pagan por permanecer de pie. Las debutantes, según se comenta, además de destacarse en el baile de vals, deben abonar casi 200 euros, unos G. 1.200.000, para participar.
La gala es benéfica. Existe un empresario conocido por ir acompañado de celebridades, lo que le cuesta millonarias sumas. Paris Hilton, Kim Kardashian, entre otras figuras, ingresan del brazo del empresario austriaco Richard Lugner, cada vez que se celebra el baile de la Ópera de Viena.
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