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Ashtanga en sánscrito (lengua indoeuropea que se conserva en los textos sagrados y cultos del brahmanismo) significa ocho ramas o pasos, y cada uno de ellos ayuda a alcanzar la purificación del cuerpo y la mente. Goza de diversos conceptos, aunque los dos más relevantes son: unión y camino. Ashtanga Vinyasa Yoga tiene sus orígenes en el yoga- sutra, descrito por el escritor indio Patañjali en el año 200 a. C. Fue Sri K. Pattabhi Jois (1915-2009) quien introdujo esta práctica en occidente, en el siglo XX.
“Es una forma de yoga dinámico que se diferencia del hatha yoga por la práctica del Vinyasa, que denota literalmente sistema de movimientos y respiración sincronizados que encadenan una postura (asana) con la otra. Cada posición está meticulosamente diseñada y se practica en silencio. Al principio, el profesor guía la clase para que el alumno aprenda las posturas, pero la finalidad es que cada uno logre su práctica personal. Para conseguirlo, se hace énfasis en las prácticas Mysore (ciudad en la India de donde proviene Sri K. Pattabhi Jois), acompañadas siempre del profesor, quien ajusta las posturas y corrige a cada alumno”, explica Guadalupe Torres, instructora de ashtanga yoga en el Centro Koruma. Afirma que existen seis series y en donde ella imparte conocimientos se realiza una de ellas, llamada yoga chikitsa. Cada progresión está compuesta por una secuencia de posturas que se adoptan siempre en el mismo orden y, a medida que uno avanza, las incorpora hasta completar el proceso. A través de las asanas se purifican los canales de energía que equilibran el flujo del organismo, generando estabilidad física, mental y emocional. “Nos ayuda a eliminar el estrés y la presión de un estilo de vida muy exigente. Con la respiración y el movimiento generamos calor, y se produce el sudor, que depura y libera las toxinas retenidas dentro de las capas de grasa superficiales del cuerpo, manteniéndolo saludable, elástico y tonificado. También mantiene un estado mental calmo. Las asanas deben ser realizadas con plena conciencia, buscando la calma y comodidad, sosteniendo un ritmo respiratorio firme y constante, porque de ese modo se controla el cuerpo y la mente. Asimismo, estimula el sistema inmunológico y ayuda a prevenir enfermedades”, cuenta Torres. Aconseja la práctica a cualquier edad y condición física, ya que se adapta individualmente a las capacidades y necesidades de cada uno, y aclara, además, que ser una persona flexible no es necesario, debido a que durante el proceso se logra resistencia.
Conociéndola y desmitificándola es otra manera mediante la cual se puede conseguir bienestar físico y mental, con algo de perseverancia.
Cuidados gestacionales
Toda principiante en Ashtanga Vinyasa Yoga debería optar por asistir a una clase de yoga prenatal muy calma o continuar con esta modalidad bajo la cercana supervisión de un instructor especializado en la materia. Las mujeres en estado de gestación pueden participar de sesiones de Ashtanga Vinyasa Yoga recién a partir del tercer mes de embarazo y solamente hasta el sexto. En los primeros dos meses deben efectuar los estiramientos más sencillos y suaves de la modalidad, para así evitar las náuseas. Es posible empezar con algunas posturas de yoga preferentemente con el estómago vacío. Durante una sesión se debe beber agua cada 15 o 20 min, y es fundamental, sobre todo, que la futura mamá cuente con la aprobación de su médico.
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