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Graciela (58) nos invitó a su residencia, finamente decorada y ambientada con un estilo que, sin duda, define su sello personal. Durante la charla se la vio emotiva, elegantemente vestida y con la amabilidad que la caracteriza. Al hablar de su vida profesional nos contó que comenzó a trabajar haciendo imitación de vitrales, para luego especializarse en Buenos Aires, San Pablo y, finalmente, en Europa, donde realizó piezas originales. Paralelamente, incursionaba con destreza como decoradora en fiestas, lo cual, finalmente, se convirtió en una profesión.
Está casada con Jorge Castillo Fracchia, con quien tiene dos hijas: Carolina (38) y Adriana (36), quienes le dieron la maravillosa misión de ser abuela de cinco nietos: Alejandro (14), Franco (11), Luciana (10), María Fernanda (9) y Enzo (11 meses). Acuario, marca su signo zodiacal, mientras que sus artistas favoritos son Alejandro Lerner y Chico Buarque.
Graciela debutó una noche primaveral del año 1971, en el Club Centenario, ocasión que recuerda con mucha emoción, ya que tuvo la mejor de las compañías: su marido, Jorge —con quien está casada hace 40 años—. Transcurrieron 21 años para volver a vivir la misma experiencia de aquella velada, cuando le tocó el turno a Carolina, su hija mayor, quien se presentó en sociedad en el año 1992 y, un año después, Adriana, la hija menor.
¿Recuerda el vestido que usó en su fiesta de debut? Esa noche fue muy especial, el vestido fue hecho por Chichu Villamayor, pero con ayuda y retoques de mi mamá, Rosmary de Barrail. También recuerdo que me peinó Totola, de la peluquería Vogue, y me maquilló Gladyz Cuttier.
¿Quiénes debutaron con usted? Debuté con mis compañeras de colegio y algunas amigas. Entre ellas recuerdo a Inés Ferrer, Nélida Chávez, Fátima Pérez y otras más, con quienes siempre mantenemos contacto y buscamos momentos para reunirnos y charlar.
¿Qué recuerda de aquel debut de 1971? Recuerdo el nerviosismo propio de la edad y la eterna preocupación de todas por bajar bien las famosas escaleras (risas). También los momentos que pasamos entre las compañeras, la infaltable foto grupal con las debutantes y con las familias, toda una organización inolvidable.
¿Cuál fue para usted el momento más inolvidable de esa noche? Definitivamente, el momento del vals con los papás y ver lo orgulloso que estaba el mío de bailar con su hija. También la hora de bailar con la persona que elegiste como acompañante, quien en ese entonces era mi novio y hoy mi marido.
¿Su vestido de debut volvió a ver alguna fiesta? Sí, lo volví a usar para la fiesta de Rotary Club, que se hacía en el hotel Guaraní, entre todas las exdebutantes. Era como un segundo debut para todas y se realizaba semanas después de la gala en el Club Centenario.
¿Cómo se sintió cuando sus hijas repitieron el ritual? Me sentí sumamente contenta ya que uno revive los momentos pasados. No quiero imaginar lo que voy a sentir el día en que mis nietas debuten (risas).
¿Cómo se vistieron ellas ese día? Semi Salerno confeccionó el vestido de mi hija Carolina y Chiqui Jacks el de Adriana. Los diseños fueron elegidos de manera conjunta entre mis hijas y yo.
¿Halla diferencias entre las fiestas de años atrás y las actuales? No creo que exista tanta diferencia en el debut de mi época y el actual, ya que los preparativos son los mismos y lo más emotivo es que se pasan momentos inolvidables entre padres e hijas.
¿Qué les diría a las personas que critican este tipo de manifestaciones sociales? Creo que, como todo en esta vida, las elecciones son personales y forman parte de la sociedad en donde nos toca vivir.
¿Consejos para la debutante y la mamá? Disfrutar de todo lo que conlleva la previa, ya que es muy lindo poder compartir con la familia, acompañar a tu hija a la prueba de vestido, a los ensayos, las tomas fotográficas, las charlas entre madre e hija, esa conexión no tiene precio. Son momentos imborrables.
¿Quién es para usted la mejor diseñadora de vestidos de gala? Las diseñadoras de la antigua escuela, Kiki y Mercedes Codas y también Semi Salerno, por el estilo de las prendas y la precisión con los diseños. En la actualidad, también hay muchas chicas jóvenes que trabajan excelentemente, no quisiera nombrar a ninguna porque tengo varias que me gustan mucho.
Actualmente, Graciela Barrail se dedica a la decoración de ambientes en todo tipo de eventos sociales. Además, no dejó de lado su pasión por la elaboración de vitrales que los sigue haciendo con la misma pasión de siempre.
EL RITUAL
Según Soledad Franco, responsable del Departamento de Comunicación y Marketing del Club Centenario, en el año 1945 la entidad decidió organizar su primera fiesta de primavera, que se denominó “Cóctel Danzat”. Debido al éxito obtenido se volvió a realizar una fiesta de primavera al año siguiente, pero sin debutantes. Recién en 1947 tuvo lugar la primera fiesta de debut de primavera en la que se presentaron en sociedad las primeras cuatro hijas de los socios. Ellas fueron María Magdalena Codas, Ruth Solalinde, Beba Benito y Ketty Acosta. Este año, el debut del Club Centenario se llevará a cabo el día viernes 13 de septiembre y cuenta con la participación de 112 jovencitas hijas de socios de la entidad.
Texto || alejandra.viola@abc.com.py