Amalgama artesanal

Tras largos años dedicada a la gestión notarial, primero, y la crianza de sus hijos, después, Stella Rosanna Cristaldo de Simón (42) emprendió un proyecto inmobiliario propio, a través del cual, además de brindar espacios comerciales y corporativos, ofrece un trabajo dignificante a numerosas mujeres privadas de su libertad.

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Propietaria y directora general de la Galería Mangoré, desde su inauguración en el 2014, abandonó la carrera de Derecho en su último curso tras soportar durante un largo tiempo el acoso docente. Esos años de adversidad la sensibilizaron, sin embargo, hacia el infortunio que padecen incontables mujeres, ya sea en el campo educativo, laboral o familiar, por lo que se impuso el objetivo de contribuir con la sociedad, otorgando una ocupación honrada y bien pagada a las reclusas del Buen Pastor. El proyecto, que se inició a mediados del 2016 y tiene como fin la inclusión laboral, es desarrollado por internas agremiadas a la asociación Kuña Katupyry del penal de mujeres y recibe el apoyo de la Cruz Roja Internacional. Stella nos cuenta un poco de su vida privada, sus inicios y proyectos laborales, así como del lazo que ahora la une a las mujeres recluidas en el Buen Pastor.

¿Cómo nace tu apego hacia el campo inmobiliario?

Durante varios años me dediqué a la gestión notarial, pero al contraer nupcias con Daniel me esmeré en la crianza de mis hijos: Ana Paula (12), Daniel (10) y Jimena (8), para posteriormente inclinarme hacia el sector inmobiliario. Siempre disfruté emprender por mi cuenta y depender de mis decisiones, por lo que cuando mi hija mayor inició la escuela, me sentí más liberada para retomar mi vida profesional. Con mi familia siempre le dedicamos tiempo al campo inmobiliario y, cuando me encontré con el cartel de venta en el lugar que hoy ocupa la Galería Mangoré, me llamó la atención inmediatamente.

¿Por qué una galería?

En aquel momento, Villamorra era llamada el nuevo centro urbano de Asunción, un lugar de crecimiento constante e ideal para emprender. La Galería Mangoré cumplió dos años en diciembre pasado y, desde su concepción, la idea fue la conjunción. No queríamos el tradicional paseo, ya que existen varios en la zona; nuestra intención era emprender algo vanguardista, con arquitectura de primera. Así nació la idea de trabajar en la unión de locales comerciales y oficinas corporativas. Nuestro propósito es que la gente encuentre en este sitio tanto actividades recreativas como profesionales.

¿Qué aspectos dan destaque y singularidad al lugar?

La Galería Mangoré se caracteriza no por ser un gran edificio, sino más bien por su toque acogedor, por ser un sitio que fusiona la arquitectura moderna con nuestras raíces y cultura. Particularmente, me deleita lo relacionado a nuestra cultura y artesanía, por lo que la entrada, los pasillos y las oficinas están decorados con artesanía nacional. Al plantear este encuadre, muchos desaprobaron el concepto; incluso, interioristas rechazaron la fusión, pero nosotros nos sentimos a gusto con el ambiente y disfrutamos las decoraciones, que finalmente hacen que el lugar se destaque.

¿Este interés por resaltar las raíces paraguayas es lo que motivó también a la elección del nombre?

Así es. Me pareció ideal no solo tomando en cuenta nuestra historia y cultura, sino también como un tributo a Agustín Pío Barrios, quien dio a conocer el Paraguay alrededor del mundo. Además de su personalidad y música, Mangoré es parte de nuestras raíces; nos representa.

¿Cómo se inició el proyecto de inclusión laboral de las internas del Buen Pastor?

Siempre tomando en cuenta la esencia de la galería, empezamos a apoyar a personas que trabajan en el rubro de la artesanía y es la razón por la que venimos apoyando también a las reclusas del Buen Pastor, quienes son las encargadas de ambientar el lugar con decoraciones autóctonas. En un principio tuvimos muchas trabas, pero, finalmente, iniciamos los trabajos tras aliarnos con Kuña Katupyry, una asociación de mujeres manejada por las propias reclusas.

En cuanto a los trabajos, ¿cómo se desarrollan tomando en cuenta que se trata de mujeres privadas de su libertad?

Los primeros trabajos los realizamos la primavera pasada y fueron elaborados dentro del Buen Pastor; sin embargo, cuando los responsables vieron el entusiasmo de las emprendedoras, logramos que una de las ellas, que está bajo libertad condicional, trabajara directamente en los espacios de la galería a través de un permiso judicial y la compañía de un custodio. Estamos seguros de que la mente ocupada da sueños de libertad, por lo que es sumamente importante para ellas el pasatiempo de las manualidades. Nuestra intención es trabajar con las internas en cada fecha especial, ya que la ambientación irá cambiando varias veces a lo largo del año.

¿Qué es lo que más te llamó la atención a la hora de dialogar con las internas?

Durante las visitas que realicé al Buen Pastor me encontré con la dura realidad. Me interioricé en sus historias, y me di cuenta de que la gran mayoría se encuentra allí porque fueron utilizadas y engañadas en su buena fe. Me animó mucho, no obstante, ver cómo se alientan entre ellas a trabajar, ya que en el lugar influye mucho el día a día y el estado de ánimo. Muchas son emocionalmente inestables, por lo que, a veces, el trabajo se extiende más de lo esperado.

¿Esta experiencia ha cambiado en algo tu modo de ver la vida?

Para mí es muy gratificante poder colaborar de alguna manera con la reinserción de mujeres a la sociedad, que en la mayoría de los casos están detrás de las rejas por injustas razones. Estoy segura de que mediante esta oportunidad muchas saldrán con renovadas esperanzas. Además, nos falta valorar mucho más lo que tenemos en nuestro país y es parte de nuestra cultura. Generalmente, admiramos y apreciamos nuestra historia y la idiosincrasia paraguaya cuando viene un extranjero y destaca nuestras particularidades. Durante los últimos años se siente un cambio positivo.

Confiada en la revalorización de nuestras raíces autóctonas, Stella afirma que seguirá colaborando con su grano de arena, esperanzada en un mejor futuro para quienes ven el mundo tras las rejas.

Stella Cristaldo de Simón

Propietaria y directora general de la Galería Mangoré, se interesó por el campo inmobiliario tras abandonar la carrera de Derecho. Su espíritu afable y desinteresado la impulsa, desde entonces, a otorgar una ocupación digna a mujeres privadas de su libertad.

Galería Mangoré

Con una inversión de unos USD 2 millones, la galería Mangoré abrió sus puertas en diciembre del 2014. Ubicada en el corazón de Villamorra, alberga en sus 2300 m², ocho locales comerciales, ocho oficinas corporativas, dos estacionamientos (uno en el subsuelo), una cafetería y un espacioso salón de eventos empresariales.

Desde su inauguración, destaca por su ambientación artesanal, transformado por la asociación de mujeres Kuña Katupyry, un programa del penal de mujeres del Buen Pastor desarrollado en el marco del Plan de Reforma Penitenciaria e impulsado por el Ministerio de Justicia y Trabajo (MJT).

nadia.cano@abc.com.py

Fotos Arcenio Acuña, gentileza

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