Alimentos ácidos y alcalinos

En la alimentación diaria se debe combinar los distintos productos para obtener variedad, mejorar la salud y evitar enfermedades crónicas. Los alimentos alcalinos y ácidos son los responsables de que nuestro organismo cumpla con su función correctamente.

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Con el fin de concienciar sobre la importancia de mantenerse saludable, antiguamente un gran número de personalidades difundió antiguamente reflexiones acerca de los resultados que conllevan una buena o mala alimentación. Una de ellas fue la doctora estadounidense Ann Wigmore, quien aseguró que “la comida que comés puede ser la más poderosa forma de medicina o la manera más lenta de veneno”. En la misma línea, Francis Bacon, el célebre filósofo inglés, expresó en su momento que “un cuerpo sano es un recinto para el alma; uno enfermo, una prisión”. Indudablemente, estos pensamientos esconden una enseñanza e inspiran a propender un estilo de vida saludable. Cada uno, como guardián de su cuerpo, debe ser responsable de los cuidados y alimentos que le proporciona a su organismo. Comer es una necesidad vital, aunque es conveniente que sea cubierta con alimentos equilibrados que aporten los nutrientes existentes.

Los alimentos, generalmente, se dividen en ácidos —procesados que proporcionan minerales, proteínas, grasas y fibras— y alcalinos —producidos, principalmente, por la naturaleza y encargados de regularizar las sustancias del organismo—. Ambos, de forma prudente, deben estar presentes diariamente para gozar de un óptimo desarrollo de las funciones estomacales. “La alimentación ideal se basa en conservar un porcentaje superior de alcalinizante (75 %) y de acidificante (25 %), ya que esta regla permite mantener el pH corporal dentro de valores normales para alcalinizar la sangre y los fluidos corporales”, comenta la licenciada en nutrición Carolina Sosky. La misma explica que la dieta ácida consiste en alimentos ricos en proteína animal, azúcares refinados, harinas, alimentos procesados y envasados, fast food, frituras, etc. El exceso puede producir acidez en la sangre y, por ende, intoxicación. “Cuando la sangre es muy ácida, las reservas de minerales comienzan a agotarse y se originan desequilibrios, enfermedades y envejecimiento prematuro. También se presentan fatiga crónica, estrés, confusión mental, calambres en las piernas, dolores musculares, mal humor y disfunción renal. Asimismo, dificultad para adelgazar, malestar general, dolor menstrual, estreñimiento, resfriados frecuentes, cólico y problemas de piel”, añade Sosky. Para corregir esta dificultad, se sustenta la dieta alcalina, que según ciertas investigaciones científicas vaticinan que las enfermedades cardiovasculares, pulmonares, cerebrales e, incluso, cancerígenas tienen más tendencia a desarrollarse en un cuerpo con alto porcentaje de acidez que en uno alcalino.

“De manera general, los elementos vegetales son los que más propiedades alcalinas poseen. Sin embargo, es adecuado consumir en su forma cruda para obtener la mayor riqueza de nutrientes. Se incluyen, además, frutas, especias, hierbas, condimentos, semillas y frutos secos”, especifica la entendida.

Beneficios de la dieta alcalina

Sosky resume las ventajas que aporta la dieta alcalina. Asegura que retrasa la pérdida ósea, ayudando en el crecimiento y preservación de los huesos a cualquier edad. Permite aumentar la producción de la hormona del crecimiento. Fortalece el sistema muscular. Ayuda a continuar con buena salud cardíaca, previniendo ataques o enfermedades del corazón. Previene la diabetes del tipo II, regulando los niveles de azúcar en la sangre. También, enlentece y retrasa el envejecimiento celular, alivia los dolores articulares y reduce los dolores lumbares.

dbattilana@abc.com.py

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