Al espacio

Con 42 años, Serena Auñón-Chancellor se convertirá en la primera mujer con ascendencia cubana en ir al espacio exterior. Es ingeniera, médico internista y aeroespacial. Ahora se encuentra en Rusia, ultimando los detalles de su expedición fuera de la Tierra.

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Cuba toma el espacio gracias a la primera mujer cubano-estadounidense que se embarcará en la expedición 56 y 57, el 6 de junio. Su nombre es Serena M. Auñón-Chancellor, y es hija de un exiliado cubano y una escritora estadounidense, a los que les agradece todo su apoyo y su papel en su carrera, según afirmó en una entrevista a Efe. Su padre llegó a los EE. UU. en 1960 y se formó como ingeniero. Ella hizo también su carrera en Ingeniería Eléctrica, pero, más tarde, descubrió que quería ayudar a la gente y comenzó su carrera médica, especializándose en medicina interna y aeroespacial. 

Comenzó a trabajar para la NASA (National Aeronautics and Space Administration) en el 2006 como cirujana de vuelo y, tres años más tarde, fue elegida como astronauta de esta organización. En el 2011 se graduó del centro de entrenamiento de astronautas y estuvo en la Antártida, investigando meteoritos. 

Ahora se encuentra en Rusia, realizando sus última pruebas en el centro de entrenamiento ruso Ciudad de las Estrellas (Star City), pero la profesional del espacio ya había permanecido anteriormente en esa sede durante más de nueve meses, ayudando en las operaciones médicas a los miembros de la tripulación de la Estación Espacial. Serena fue elegida entre miles de personas para ser astronauta y será la primera mujer de origen cubano que viajará al espacio exterior. Con tan solo 42 años, ha estado a cargo de varios equipos, como la nave Orión, de la que fue directora adjunta de las operaciones médicas. 

Su expedición saldrá el 6 de junio y volverá en diciembre próximo. Sin embargo, aún no ha trascendido cuáles serán sus campos ni objetivos de investigación, ni qué proyectos o experimentos científicos llevará a cabo la tripulación en la que está incluida. 

La tripulación es muy internacional: está formada por la cubana-estadounidense, un canadiense y un ruso que, además, será el idioma en el que se lleven a cabo las comunicaciones con la Tierra; por eso, Serena empezó a afinar sus conocimientos en ese idioma.

Más que una astronauta

Pero su vida no se resume en estaciones espaciales, ciencia, medicina y viajes al espacio. Según su biografía de la página de la NASA, tiene hobbies como el baloncesto o cricket y está casada con Jeff Chancellor, físico nuclear también miembro de la organización espacial, con quien tiene una hija: Serafina Chancellor. 

El tema de la ciencia le viene de familia, ya que tiene tres hermanas, de las que una es ingeniera como ella y como su padre. En entrevista con Efe afirmaba: “Mi padre siempre nos ha impulsado a este mundo, y la lección más importante que nos ha enseñado es que nada reemplaza al trabajo duro y la dedicación”. 

Añadía, también, para NBC Latino, que “desde pequeña amaba las ciencias, y la ingeniería es una buena herramienta que te enseña a pensar de manera crítica y resolver problemas”. A pesar de esto, la profesional opina que “para que más jóvenes hispanas estudien ciencias, matemáticas o ingenierías, hay que guiarlas cuando son más pequeñas, puesto que muchas no saben ni siquiera que tienen la oportunidad de entrar en estos mundos. Por eso, igualmente, hay que animarlas a entrar en estos campos científicos”.

Mujeres astronautas

Serena es la primera mujer con ascendencia cubana en ir al espacio, pero no la primera mujer. Ese honor lo posee la rusa Valentina Tereshkova, quien subió a bordo del Vostok 6 en 1963, pero además fue también la primera civil en hacerlo. Le siguen, entre otras, la estadounidense Sally Ride, la británica Helen Sharman y la primera afroamericana, Mae Jemison. En el caso de la rusa, ella era la piloto de la nave y, en principio, la misión tenía como objetivo comparar los efectos de un vuelo espacial en el cuerpo de un hombre y una mujer. 

Sin embargo, hay quienes afirman que esto no era más que una estrategia propagandística más de la guerra fría, para demostrar que en el régimen comunista hombres y mujeres tenían las mismas posibilidades. Sally Ride, de California (EE. UU.), además de física, fue jugadora de tenis profesional en su país. Se convirtió en la tercera mujer (la segunda fue la rusa Svetlana Savitskaja) en viajar al espacio y en la primera estadounidense, cuando en 1983 fue tripulante en el transbordador Challenger. Después de esta misión viajó una vez más en esa nave y, poco tiempo antes de realizar su tercer lanzamiento, el Challenger sufrió un horrible accidente. Sharman, por su parte, se convirtió en la primera británica que fue al espacio, en 1991. Química de profesión, venció a 13.000 oponentes en el proceso de selección de candidatos para el proyecto Juno, en el que participaban empresas británicas y soviéticas. Un año después, en 1992, Mae Jemison se convirtió en la primera mujer afroamericana que sobrevoló la Tierra. Inspirada por Ride y el personaje de Uhura, de la película estadounidense Star Trek, decidió emprender la carrera espacial. 

En su salida realizó experimentos sobre la ingravidez y cinetosis en la tripulación y ella misma. Actualmente han viajado más de 500 personas fuera del planeta, de las que 56 son mujeres. Ellas son unas luchadoras y demuestran que el techo de cristal con el que se vive también se puede romper.

EFE

Fotos: Agencia EFE/ Sergei Ilnitsky

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