"Ajo cocido, ajo perdido"

A lo mejor el sabor resulte fuerte por el contenido de azufre, pero analizando las propiedades del ajo, los defectos del mismo pasarán a segundo plano. Sus poderes benéficos se comprueban al consumirlo diariamente.

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Su utilidad se extiende a la medicina. Está comprobado que se trata de un medicamento natural que aporta las propiedades necesarias para la salud y el tratamiento de infinidad de trastornos. Además, proporciona un gusto especial a las comidas y se recomienda incluirlo a la dieta diaria.

El ajo ayuda a reducir drásticamente los niveles de colesterol en la sangre y, a su vez, mejora el sistema cardiovascular. Asimismo, regula la producción de colesterol por parte del hígado. Los beneficios de este vegetal consisten en mejorar la piel y aumentar el ánimo de las personas. Es un antibacterial y antiviral, eficaz como antibiótico, combatiendo numerosos hongos, bacterias y virus. Posee vitaminas del complejo B, así como A, C y E, en menores cantidades. Esto significa que favorece la vitalidad, y mantiene más joven y fuerte al consumidor.

Expertos de la gastronomía aseguran que contiene fructosanas, aceite esencial, adenosina, hierro, sílice, azufre, yodo, fósforo y potasio.

Algunos estudios médicos demostraron que el ajo envejecido posee un potente efecto antioxidante. Igualmente, lucha contra ciertos microorganismos que a veces son inmunes a los fármacos y depura las sustancias tóxicas del organismo. Se aprovecha incluso para reducir el riesgo de padecer cáncer de esófago y estómago. Incrementa la fluidez de la sangre, impidiendo la formación de coágulos, por lo que se recomienda para personas que han sufrido embolias o trombosis.

Más beneficios

Se comenta que la cocción del ajo destruye la capacidad del mismo para producir la alicina, que es el principal componente que colabora a la salud. Un informe de Science Daily explica que al picar el ajo crudo y dejar reposar durante 45 minutos, se logra producir alicina. Una vez que sea producida, se cocina con una mínima pérdida de esta. Según la crónica, el ajo cocido, preparado de esta manera, es similar en sus efectos contra el cáncer, aunque un refrán afirma: “Ajo cocido, ajo perdido”.

Para evitar la molestia del sabor, se puede combatir consumiendo jugo de limón o masticando una hoja de menta. En este caso, lo fundamental es no privarse de obtener los privilegios de este producto natural.

Corazón sano

Se demostró que la alicina contiene como principal compuesto el sulfuro de hidrógeno, que facilita la distensión de las membranas celulares vásculares, reduciendo la presión sanguínea, favoreciendo la circulación y el transporte de oxígeno mediante la hemoglobina de los glóbulos rojos a los órganos y, por ende, implicando una menor fatiga para el corazón.

Texto dbattilana@abc.com.py

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