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Las actividades en torno a las bodas de oro de Atelier Pronovias en la industria de la moda nupcial partieron a mediados de año con 50 loves stories, una muestra retrospectiva montada en la Capella del Convent dels Àngels, en Barcelona, ciudad que vio nacer a la firma. Durante seis días, del 5 a 10 de mayo pasado, la exposición, que posteriormente se trasladó tanto a Milán como a Nueva York, dejó ver 50 emblemáticos vestidos del atelier de novias más glamoroso del mundo, a través de un recorrido histórico por los diferentes estilos que lo caracterizaron a lo largo de su existencia. Pero que nadie se confunda, pues la aventura no quedó ahí: quienes tuvieron el privilegio de vivirla pudieron conocer cómo fue creado cada traje, cuál fue el equipo de trabajo involucrado y la identidad de las diversas propietarias que los vistieron el día de su boda, quienes los cedieron para la emotiva puesta.
“Nosotros trasmitimos nuestros valores de amor, ilusión y pasión a cada una de nuestras novias. Está mal que lo diga, pero hacemos los vestidos de novias más bonitos del mundo. Nuestros vestidos hacen más guapas y eso enamora. Y mantenemos firmes nuestros valores fundacionales”, dijo en entrevista Alberto Palatchi, presidente de Pronovias.
El empresario emprendió su negocio a los 18 años sobre las bases de la casa El Suizo, con sede en Barcelona, fundada en 1922 por su padre, Alberto Palatchi Bienveniste. La tienda, cuya especialidad eran los encajes, los bordados y las sedas, vendía a las jóvenes barcelonesas tejidos y complementos para el ajuar. Más tarde, pasó a llamarse San Patrick, y sigue en pie con una línea propia de trajes de novia. Ya en 1964, 50 años atrás, lanzó la primera colección prêt à porter para novias y cuatro años después inscribió la etiqueta de Pronovias en un desfile.
La presentación de la colección 2015 La fábrica de los sueños, durante la Barcelona Bridal Week, en mayo, marcó otro hito. La supermodelo checa Karolína Kurková abrió y cerró el evento, y, además, es portada de Pronovias 50 años vistiendo sueños, libro puesto en circulación semanas atrás como broche de oro del aniversario de la casa. De la autoría de Charo Mora, periodista e historiadora, el material de edición limitada y que no se comercializa, evoca las bodas de oro de la firma. Disponible en versión digital en www.pronovias.es, ofrece fotografías y videos que testimonian el devenir del sector nupcial desde sus orígenes hasta nuestros días.
Colaboradores
Entre algunos de los diseñadores destacados que trabajaron para Pronovias encontramos a Pedro Rodríguez, en la década del 70; a Francisco Arenas, en los 80; el recordado Manuel Mota se incorporó en los 90 hasta su inesperada desaparición en 2013. Las colaboraciones del francés Emanuel Ungaro, del italiano Valentino, del estadounidense Badgley Mischka en 2000, tal como la colección Elie, by Elie Saab, en 2014, recogieron muy buenas valoraciones.
Las cifras
Atelier Pronovias factura 150 millones de euros anuales, de acuerdo con informes fechados en enero de 2013, en momentos en los cuales su fundador era blanco de numerosas críticas debido a la repentina muerte del director creativo, el español Manuel Mota, quien lo calificara de “monstruo”. Este había plasmado en una carta su disposición que ninguna persona perteneciente a la empresa acudiera a los servicios de sus honras fúnebres.
A sus 50 años de experiencia, la marca presente en 105 países arroja estos números: 163 locales propios y 4000 puntos de venta.
En la década del 80 se expandió al mercado internacional, con la apertura de las primeras tiendas en Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y su desembarco en Latinoamérica. En 2008, se instaló en un lujoso edificio de seis pisos sobre la emblemática 5.ª Avenida neoyorquina.
“Está mal que lo diga, pero hacemos los vestidos de novias más bonitos del mundo. Nuestros vestidos hacen más guapas y eso enamora. Y mantenemos firmes nuestros valores fundacionales: amor, ilusión y pasión” Alberto Palatchi, presidente de Pronovias
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