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Cultura oriental
Según la tradición oriental, antiguamente los matrimonios se pactaban entre las familias por motivos económicos o políticos, y los novios recién se conocían en el altar, ya en el momento de la boda. Las novias debían llevar ese día un velo que cubría su rostro hasta que la persona que oficiaba de sacerdote los declarara marido y mujer; solamente en ese momento el novio podía conocer el aspecto de su esposa, ya que, de esta forma, se impedía que su prometido la rechazara al verla; si esta no era de su agrado, algo difícil de aceptar en nuestra cultura de hoy en día.
Otra de las teorías de esta cultura es que el velo simboliza el sometimiento de la esposa a la voluntad del marido, parte de la tradición que, en algunos países musulmanes, se mantiene actualmente y obliga a las mujeres a llevar el rostro tapado de por vida.
Cultura occidental
En esta cultura, la tradición del velo proviene de la época griega y, posteriormente, la romana. Nació como una superstición en los matrimonios escépticos, ya que se presumía que el velo protegería a la novia de los malos espíritus y los males de ojo que las otras mujeres podían lanzarle si sentían envidia de su matrimonio. En esa época, las mujeres lucían vestimenta sencilla, pero los velos eran brillantes y de color amarillo o rojo; lo usaban como amuletos, ya que creían que eran los colores de la protección. Los cristianos en esa época llevaban coronas de flores, ramas y otros adornos que representaban los sacrificios que debían hacer durante su matrimonio.
Ya en el siglo XIX fue cuando el cristianismo adoptó el uso del velo como símbolo de pureza. Esta tradición se extendió durante la Edad Media y se extendería por el mundo como símbolo de la inocencia, el recogimiento y la pureza de la novia.
En la actualidad
A inicios del siglo XXI, veíamos el velo siendo reemplazado por capas, peinados con tocados, trenzas, sombreros o tiaras (una moda impuesta por la princesa Eugenia de Montijo de Francia, quien el día de su boda utilizó una tiara de brillante como tocado). Sin embargo, en los últimos años estamos percibiendo la recuperación de este accesorio en muchas novias, ya sea por una nueva tendencia o tradición. De hecho, la industria de la moda ha sido la responsable de recuperar novias con velos.
En la actualidad, no posee mayor significado ni simbolismo.
Es importante recordar que el uso del velo para celebraciones cristianas se impone casi obligatoriamente o imprescindible, simbolizando la virginidad y pureza de la novia, de ahí que es sumamente primordial que este fuera blanco al igual que el vestido.
El velo de novia es un complemento que, en la actualidad, puede o no ser usado el día de la boda. Normalmente, el velo está hecho de un material transparente, delicado y fino, como los materiales en organza y tul. Los diseños son variados, los hay con bordes decorados, cortos, largos, con forma de lágrima, con detalles decorativos en la parte final, blancos, crema, beige, etc., pasando desde los más sencillos a los más recargados.
“Finalmente, con velo o sin velo, lo importante es ver a la novia como a una diosa, bella por fuera, pero por dentro más hermosa”.
Hasta la próxima entrega…