Si últimamente sentís que tu autoestima está por los suelos, necesitás leer esto. Con estos sencillos pasos te damos las claves para quererte un poco más y descubrir lo valiosa que sos. Eso sí, todo comienza por la voluntad que quieras poner para superarte. ¡Animo!
Lo primero es aceptarse a uno mismo. Sos como sos por alguna razón específica y cambiarlo solo te servirá para, simplemente, representar un papel del que seguramente te cansarás con el tiempo. Aceptate y te aceptarán.
No te autocompadezcas. A todo lo malo sacale el lado positivo y de tus errores, ¡aprendé!
La gente que realmente te quiere es la que te va a decir de frente tanto tus defectos como tus virtudes.
Contá tus cualidades. No pienses que te verán como una creída, pero presumir de vez en cuando de las cosas buenas que tenés te ayudará a sentirte más segura y los demás podrán descubrir cosas de las que, quizás, no se habían dado cuenta.
Pensá positivamente en las consecuencias de tus acciones. Definí tu objetivo final y concentrate en él sin olvidarte de disfrutar de todas las cosas que encuentres por tu camino.
Focalizá tus problemas y pensá en ellos desde afuera, para ver realmente si son tan graves. No huyas de ellos, afrontalos y asumí las consecuencias negativas que puedan derivarse de ellos.
Cuando te enfrentes a algo nuevo, simplemente mentalizate y pensá que ya lo has hecho con anterioridad y todo te saldrá naturalmente.
No dejes que las voces interiores te bloqueen. La única voz que cuenta es la tuya. No pienses, actuá según tus instintos y tu corazón.
Evaluate de forma realista. Todos tenemos virtudes y defectos y tenemos que aprender a convivir con ellos. Pero hay que empezar por identificarlos.
La autoestima puede mejorar mediante el tratamiento psicológico aunque, en casos muy graves, puede ser necesario combinarlo con fármacos.
Cómo modificar pensamientos negativos
Muchas veces nos encontramos en el rollo de un pensamiento reiterativo, en el que nos culpamos por algo, o culpamos a alguien más por algo que no sabemos cómo resolver. ¡Ahora no hay excusas! Lo que pasa es exclusivamente de tu incumbencia, tu responsabilidad. Hasta que lo aceptes y te hagas cargo, la situación no cambiará. Pueden ser situaciones con la pareja, o los hijos, compañeros de trabajo, el jefe, etcétera. Da igual. Lo que te voy a enseñar funciona con todos. Pero no hagas trampa, y estate muy alerta para que tu mente no te haga trampa y te envuelva otra vez en el mismo rollo. Lo primero que tenés que hacer es reconocer tu responsabilidad en dicha situación. A veces contestamos mal, o nos negamos a dar una mano y, en lugar de hablar de frente, bien, explicando nuestros motivos, hacemos lo que nos piden, pero quedamos malhumorados porque nos han metido en un brete del que no sabemos salir. No voy a hablar aquí de la importancia de saber decir que no, sino que te enseñaré una técnica que te ayudará a salir de ese rollo. Estás molesta debido a que tuviste que cumplir con otra persona y te privaste de un tiempo que precisabas para vos misma, por ejemplo.
Prestá atención
Cada vez que te vuelva ese pensamiento de bronca, rabia, porque te sentís utilizada, no valorada, simplemente tenés que decir: "Disuelvo, disuelvo", y hacés el esfuerzo de pensar en otra cosa. No dejar que tu mente te domine, en realidad, la que tiene que dominar sos vos. Probalo y vas a ver el resultado. Parece tonto, pero es así de simple, y funciona. Disolvés el pensamiento negativo y ya no te afecta más. Todos sabemos lo dañinos que son esos pensamientos dando vueltas en nuestra cabeza, día y noche. Y así preservás tu salud física, mental y espiritual, pues cada una de ellas depende de la otra. A medida que lo practiques, más rápido lograrás los cambios y, por añadidura, te fortalecerás para que, cuando tengas que decir que NO, lo puedas hacer más fácilmente. Pero hay otro beneficio extra: irás logrando que esas situaciones enojosas no se repitan; y la energía que vos expandís no será negativa, sino será una energía de amor, limpia, sana, favorecedora. ¡Probalo, da resultados! ¡Es sencillo y lo podés practicar en cualquier lugar, a cualquier hora! "Disuelvo, disuelvo".