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Olvidate de cargar una mochila llena de cosas. Todo lo que necesitás lo podés tener en una tablet: libros, apuntes, tareas, las fotos con tus amigos, tus redes sociales y hasta las clases que grabaste enteras.
Tus apuntes ya no parecerán el mapa para encontrar un tesoro escondido. Si sos parte de los que tenemos apuntes y notas difíciles de descifrar; si de pronto no sabes ni qué escribiste, una tableta te puede ayudar a que los textos sean más claros, y estén más ordenados, incluso si sos de esas personas a las que le gusta dibujar diagramas, lo podés seguir haciendo con un editor de textos en una tablet. También podés hasta tomar fotos de todo lo que tu profesor escribe en el pizarrón o tomar videos de la clase.
Agendar tareas y trabajar en cualquier lugar. Tener una tablet que te notifique la entrega de trabajos finales con anticipación, será más que gratificante, pero sobre todo será mucho más entretenido trabajar en ellos desde un dispositivo móvil. Una de las principales ventajas es que podrás hacerlo desde cualquier lugar donde te encuentres.
Compartí en tiempo real con tus amigos, compañeros y hasta con tus maestros. Las épocas en las que los alumnos pasaban notas o dibujos a la mitad de una clase no se han acabado solo que ahora podés hacer lo mismo en línea y en tiempo real pero con todo el mundo, incluso en tus redes sociales, podrías compartir notas sobre “lo interesante que estuvo la clase” o enviarle al profesor de inmediato por correo electrónico algún ejercicio que hayan realizado.
“Diversión en tiempos sin clase”. No es que siempre pase, pero a veces podemos tener “horas libres” entre clase y clase para poder descansar un rato de tanto estudiar. Los maestros quizás te aconsejen ir a la biblioteca para adelantar tus tareas, pero también podés aprovechar ese tiempo para compartir con tus amigos con algún juego o para ver algún video o escuchar música, sin dejar de buscar tu tarea para la próxima clase.