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Sobre la base de este cálculo, se concluyó que los servidores con 2 años de uso (de 2013, por ejemplo) entregan 50% de la capacidad de procesamiento que la misma cantidad de servidores nuevos (2015). Si se sigue esta lógica, los servidores con 4 años (2011) entregan solo 25% de la capacidad de un servidor actual.
Analizando esta evaluación con un poco más de detalle y considerando que los servidores con edades distintas comparten el centro de datos y poseen consumos energéticos semejantes, o incluso más bajos para los más nuevos, tenemos que si una empresa cambia los servidores de más de 2 años por servidores nuevos obtiene un aumento de aproximadamente 50% de la capacidad de procesamiento en el mismo espacio físico y con eficiencia energética.
Para que la empresa aumente su competitividad y obtenga ventajas ante la competencia en su mercado, la TI es una de las formas de diferenciación competitiva y debe trabajar de forma activa en la adecuación de su infraestructura tecnológica de un extremo a otro para enfrentar los cambios del mercado.
Bruno Domingues, arquitecto principal de Intel para América Latina