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Una aplicación en el smartphone informa a la cerradura que alguien se está acercando y, al ser un habitante de la casa o un conocido que dispone de la “clave numérica”, la puerta se abre con un mensaje personalizado. Una cámara integrada a la cerradura electrónica saca fotos de los visitantes que, junto con una alerta sobre la llegada de estos, son enviadas a los smartphones de los inquilinos a través de la red inalámbrica de internet de la vivienda. Las claves numéricas temporales, que tienen una validez limitada de tiempo, pueden también ser enviadas por correo electrónico a visitantes.
“Esto le permite tener confianza y controlar el acceso a su domicilio”, explica Bestard-Ribas. Más información, en gojiaccess.com.
Los cerrajeros de larga data, como Kwikset y Schlage, presentaron recientemente en el CES sus dispositivos inteligentes. Cada una de estas cerraduras permite asimismo un acceso limitado con claves numéricas o códigos temporales, y promete vigilar quién entra a la casa y enviar los informes al smartphone del propietario.