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En esta feroz carrera, las organizaciones deben estar en evolución constante para sobrevivir. Esta evolución o transformación exige innovación en frentes como productos, servicios o modelos de negocio, que faciliten el actuar con una rapidez cada vez mayor. Afortunadamente, en muchos casos la alta dirección está impulsando el cambio.
Al reconocer la necesidad de la transformación, los directivos empresariales llegan a la conclusión de que debe producirse un cambio radical en la forma de trabajar de las personas; porque los empleados son el recurso primordial de la innovación, y TI se encuentra en condiciones únicas para hacer apoyar y hacer posible ese cambio.
Es imprescindible que las tecnologías y los espacios laborales evolucionen para admitir nuevas formas de colaboración, pero también es preciso considerar el componente cultural, que es decisivo para lograr el éxito.
Uno de los paradigmas que para la industria representa una base para desarrollar una empresa que aproveche al máximo el modelo digital es el SMAC (por las siglas en inglés para: Medios sociales -Social-, Dispositivos móviles -Mobile-, Analytics y Nube -Cloud-). Es indudable que este paradigma tiene un impacto profundo en el lugar de trabajo al incorporar nuevas áreas de enfoque o cobertura en el desarrollo de los negocios. Ahora más que nunca es imposible considerar que la tecnología sea la única clave del éxito en la transformación, la cultura y el entorno se unen a la ecuación.
Procesos y herramientas estáticos de la era industrial
Es posible que los procesos y las tecnologías que permiten implementar los cambios necesarios en los procesos de negocios no formen parte de los procesos y herramientas de trabajo de las personas. Este fenómeno tiene especial relevancia en el caso de una fuerza laboral distribuida. Si los empleados no cuentan con las herramientas adecuadas para colaborar en forma sencilla con otros miembros del equipo, es posible que se llegue a una parálisis parcial o total de los flujos de trabajo, reduciendo la productividad de todo el grupo y de la empresa en su conjunto.
Si no se implementan las tecnologías y los espacios de trabajo adecuados, pueden surgir problemas hasta para los empleados que comparten el edificio. Es posible que una sala de reuniones no esté disponible o pueda ser difícil de hallar. También puede ser difícil compartir un documento con el proyector de la sala de conferencias si no se dispone del adaptador adecuado. Además, la productividad personal puede verse afectada por dificultades menores, como olvidarse una contraseña o poseer una tecnología incompatible.