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Adecuar Cloud Computing a su sistema ayudará a manejar las presiones que enfrentan las organizaciones de TI para reducir costos, atender rápidamente las solicitudes y garantizar la seguridad de los datos y el cumplimiento de las normas. Estas presiones se pueden reducir gracias a la nube y a un mejor uso de los recursos, gracias a un servicio por demanda y a una mejor política de administración de seguridad.
Pero hay que prepararse. Un documento estratégico puede ayudar. Allí, deberían incluirse una descripción a grandes rasgos del caso, definir las etapas de implementación, la arquitectura de la nube, el plan de los equipos cliente, de monitoreo y administración, además de otro plan, el de asociación de negocio y de TI.
Vale la pena también hacer una distinción entre virtualización y nube que, muchas veces, suelen confundirse. Esta es la diferencia básica: la virtualización abstrae recursos de cómputo –generalmente como VMS (sistema de memoria virtual)– con conectividad y capacidad de almacenamiento asociadas. La nube determina cómo se asignan, entregan y presentan esos recursos con la virtualización correspondiente.
Para implementar una infraestructura segura, debe buscarse una arquitectura que sea confiable. Luego, entender las redes a través de las cuáles se diseminan. Por último, saber cómo se transmiten esos datos entre las redes y los puntos de almacenamiento.
En cuanto a sus prácticas de negocio actuales, la nube cambiará la manera manual de aprovisionamiento hacia una infraestructura automática. Evolucionará, de dar soporte de servicios estáticos a implementar servicios dinámicos.
Fuente: Intel Corp.