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Las calles y sitios de venta de recuerdos artesanales de esta localidad se vieron abarrotados ayer por los visitantes, y así llaveros repujados en cuero con el logo de la competencia, termos forrados, sombreros de cuero, pañoletas y remeras, entre otros, se esfumaron mucho antes de los previsto.
Como la cantidad de visitantes, de distintos puntos de nuestro país y del exterior, sobrepasó lo que en principio planificaron lugareños y autoridades de la comunidad, ya cerca del mediodía de ayer se habilitaron sitios públicos a fin permitir a la gente montar su campamento a la espera de la carrera. Los alrededores del templo parroquial fueron los primeros lugares que se ocuparon, y el intendente local, Juan Carlos Matto, en compañía de funcionarios de la Comuna y voluntarios, repartieron bolsas de residuos ecológicos y bolsas de basura de 200 litros a la gente.