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Se trata de Michael Scumacher, el séptuple campeón mundial que esta semana recuperó el conocimiento tras seis meses en coma y a quien Rosberg le rindió honores ayer con un triunfo que se completó con el segundo puesto del británico Lewis Hamilton.
Fue el sexto uno-dos de un equipo Mercedes cada vez más afirmado y hegemónico, que terminó con sus dos pilotos peleando hasta que flameó la bandera a cuadros para decretar la tercera victoria de Rosberg este año.
“Es una victoria especial en este renacido circuito, no fue simple, pero el auto no repitió los problemas de Canadá, Mercedes volvió a demostrar su superioridad”, declaró Rosberg, al cabo de la octava prueba de la temporada.
El alemán suma ahora 165 puntos y le sacó 29 de ventaja a Hamilton, ganador de cuatro Grandes Premios este año y quien ayer hizo una gran carrera tras partir desde la quinta fila de la grilla (novena plaza), pero sin poder atacar la punta.
Hamilton terminó a 1”9 de su compañero de equipo y ocupó el segundo escalón de un podio al que por primera vez en su carrera logró subirse el finlandés Valtteri Bottas, con Williams, quien precedió a su compañero brasileño Felipe Massa.
“Felipinho” había partido en punta, hizo una buena largada y estuvo al frente hasta que llegó la primera ronda de pit-stop, en que bajó al cuarto puesto, el mismo en el que terminó la carrera.
Quizás lo perjudicó gravemente la decisión de Williams de hacerle cambiar neumáticos, último de los integrantes del grupo de punta y, por eso, cuando el brasileño volvió a pista se encontró enredado en el tráfico y no pudo recuperar terreno.
A sus espaldas, en la que tal vez fue su mejor prueba en lo que va del año, porque su Ferrari respondió y terminó quinta a solo 18 segundos del ganador, se instaló el español Fernando Alonso.
El asturiano precedió a un combativo mexicano Sergio Pérez, único que eligió la estrategia alternativa de largar con las gomas superblandas y que había sido sancionado con la pérdida de cinco puestos en la grilla. (ANSA).