Una manera de lograr la reinserción de presidiarios

Numerosas personas están privadas de libertad en las cárceles del país y sin poder reinsertarse a la sociedad. Ante este contexto, con el programa “Cirugía de la mente” se busca revertir esto a través de la lectura, así ocurrió con un exautotraficante, quien obtuvo su salida transitoria e inició una microempresa.

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El programa “Cirugía de la mente” se inició hace más de una década, por iniciativa del contador Víctor Cabral. Primeramente se implementó en escuelas y luego se trasladó a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, y más tarde la Cárcel de Mujeres de “El Buen Pastor”.

El objetivo principal que se persigue con este proyecto es lograr cambiar la mentalidad de las personas que se encuentran en situación de encierro a través de la lectura. El programa se pone en marcha con 20 títulos que incluyen “Juan Salvador Gaviota” de Richard Bach, “Los cuatro acuerdos” escrito por Don Miguel Ruiz, “El Principito” de Antoine De Sain Exupery, “Transformación de una mente criminal” de la abogada Alda Cardozo, entre otros más.

Víctor Cabral explicó que “lo que se consigue con esto es el cambio positivo de la conciencia y la mentalidad, porque estamos atrasados en todo, por la falta de lectura”.

“La violencia que se vive actualmente es por la falta de capacidad de discernir, una persona consciente puede discernir entre lo bueno y lo malo. Nadie hace el mal conscientemente”, reflexionó en otro momento.

Progresivo reconocimiento

En 2014 el Ministerio de Justicia emitió una constancia acerca de la efectividad del programa “Cirugía de la mente”, que se desarrolla en Tacumbú desde el 2009 y del cual participaron unos 800 internos, “quienes han mostrado cambios de conducta y actitud asombrosos”, se menciona.

En el documento, firmado por el entonces director del penal, Artemio Vera Báez, se menciona también que muchas personas recuperaron la libertad y sus familias, algunas beneficiadas con la salida transitoria.

Además, en 2006 el Ministerio de Educación emitió una resolución por la cual declara el programa de interés educativo.

En las cárceles

De acuerdo con lo que dijo Cabral, la parte vulnerable de la población penitenciaria en un porcentaje importante proviene de zonas marginales, “y cómo aceptan y reaccionan cuando alguien les ayuda”, comentó.

Expuso Cabral que “en las cárceles hay una historia increíble donde yo me ofrezco y busco lectores. Poco a poco empiezan incluso gente analfabeta, quienes procuran y después de un tiempo ya se convierten en grandes lectores”.

Lamentó el hecho de que “nosotros conseguimos que cambien ellos (los internos), pero las mismas autoridades no se preocupan por ellos. Por ejemplo, los jueces no visitan a los presos, los fiscales no atienden los casos”.

Mencionó que ya implementó en varias cárceles este programa, entre ellas pueden citarse la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, El Buen Pastor, la Penitenciaría Regional de Pedro Juan Caballero, la cárcel de mujeres de Encarnación y el penal de Concepción.

Sobre la última, Cabral señaló que el principal objetivo fue trabajar con los guardiacárceles, “porque en muchas ocasiones ellos no tienen preparación, son brutos y no reciben capacitación para tratarles a los presos y al hacerles más humanos con el programa, ese buen trato se traslada a los internos”.

“Tenemos modelo de gente que se han transformado, incluso personas consideradas de alto voltaje dentro de la delincuencia”, y uno de esos casos corresponde al de “Amado Berino, quien en la cárcel extorsionaba, robaba y después, cuando empezó a leer, empezó a entender qué es lo que te da tranquilidad, cuidar a su familia, la diferencia entre andar en la joda y vivir tranquilo”, manifestó Víctor Cabral.

El líder del programa consideró que la reincidencia de las personas en el ámbito criminal se debe a que las mismas no se preparan, no aprenden oficios durante su encierro y recuperan su liberad en el mismo estado en el que ingresaron al sistema penitenciario, por lo que no tienen cómo enfrentar la calle de manera ventajosa.

“Nadie creía que yo podía cambiar”

Amado Francisco Berino Gutiérrez comentó que primeramente participó en un grupo cristiano, dentro del penal de Tacumbú, donde conoció el programa “Cirugía de la mente” y “me llamó la atención, porque justamente mi jueza de Ejecución, Ana María Llanes, estaba en ese grupo”.

“Primero me fui por un interés judicial, después ya empecé a leer los libros. Fui aprendiendo cosas que me sirvieron mucho para mi cambio de vida”, explicó sobre su primera experiencia.

De acuerdo con lo que relató Berino, su primer título literario fue “El caballero de la armadura oxidada”; después pasó a “La buena suerte”.

“Fueron dos años de testimonio, de un sistema de cambio de vida, de vivir entre compañeros, porque en la cárcel uno trata de vivir más apartado de la gente”, expresó Berino.

Sin embargo, en el poco tiempo que llevaba dentro del programa “fui notando el cambio, cuando empecé a querer hablar en frente, superando esa etapa de vergüenza. Al principio todos se reían de mí, con más de 20 años de delincuencia y 71 antecedentes, nadie creía que yo podía cambiar”, reflexionó acerca

Mencionó que los propios psicólogos o psiquiatras que analizaban su condición mental, indicaban en su informe “que era difícil mi cambio por el estado de mi mente. Creían que yo era esquizofrénico”.

Con relación a si la lectura es importante para el cambio de mentalidad y vida, Berino dijo que sí y sostuvo que se debería hacer una encuesta en las penitenciarías, porque prácticamente “el 80 porciento son analfabetos, sin cultura, porque vienen del campo y no tienen formación”, señaló.

Con los libros del programa, los internos participan en clase, cada uno va abriendo su mente, “no digo que son burros, son personas entendidas pero lo que les falta es adiestramiento, tener vínculos con personas”, consideró.

“Muchos quieren salir de las cárceles, pero yo les digo ahí: ¿para qué querés salir si vas a volver a entrar enseguida? Vos tenés que prepararte ya en la cárcel para no volver a entrar enseguida, para tener una vida nueva. De nada te sirve que vos salgas por la puerta y empezás a robar, estás gastando de balde tiempo, en vez de quedarte nomás ya en la cárcel a vivir, porque acá ya tenés tu cama, tu comida, ¿qué querés más afuera? Aprendé acá a odiar a la cárcel y aprendé un oficio”, pensó en un momento el exautotraficante.

“Yo sé que todos quieren cambiar en la cárcel. Hace poco me dijo un gran delincuente, que hace 15 años está encerrado, ‘yo quiero cambiar’. A él se le consideraba el rey del crack, era un viejo conocido mío en la cárcel, con quien hicimos muchas maniobras”, reconoció.

Pero en el tiempo que uno pasa encerrado “uno ve rápido el cambio, cómo vivís con tu familia, anteriormente no vivías con tu familia, sino que estabas de aquí para allá, escondiéndote o viajando, no podía compartir con ellos en un restauran o un supermercado, pero hoy día puedo decir que soy una persona normal, porque volví a recuperar mi identidad”, declaró orgulloso.

Un trabajo digno

Amado Berino comentó que “cuando aprendí a abrir la mente dije que yo no necesitaba trabajar con un patrón, que yo mismo iba a ser dueño de mi trabajo, que podía invertir mi tiempo y mi vida, y mi vida en mi tiempo. Tuve iniciativa aprendiendo muchas cosas”.

Actualmente, el expresidiario se dedica a forrar termos con logotipos para las empresas, pero no fue fácil para él llegar a trabajar de esta forma. “Estoy trabajando por mi cuenta, porque sabes bien que es difícil que te tengan confianza”, explicó Berino.

“Después de salir fue difícil, porque no tenía ni un guaraní y comencé a participar con pastores. Yo quería algo mejor para mi vida y comencé a trabajar con termos”, narró.

Pero esto no se le ocurrió de inmediato, ya que primeramente “yo pensé que salir a buscar trabajo iba a ser una idea que no iba a dar resultados por mi situación y empecé con los termos, estoy sobreviviendo con eso, es un trabajo digno y es rentable porque le doy de comer a mi familia”, comentó.

Cada termo frío-caliente que prepara con dedicación, cuesta G. 180.000, y para realizar el pedido pueden comunicarse al 0983-201248 a través de WhatsApp.

Pese a recuperar su libertad, hoy en día todavía visita las cárceles para predicar la palabra de Dios y además tiene el deseo de enseñar el proyecto “Cirugía de la mente” en todas las cárceles del país “porque a mí me resultó y creo que a los demás también le va a resultar”, señaló.

Amado Francisco Berino Gutiérrez (55)

Se dedicada al tráfico de automóviles y llevaba a cabo extorsiones desde la cárcel.

Cuenta con un total de 71 antecedentes por dichos ilícitos, además de órdenes de captura.

Además, tiene un total de 14 entradas a las cárceles y fue condenado a más de 20 años de cárcel y fue beneficiado con la libertad transitoria.

De trabajador a delincuente

Amado Berino se desempeñó por casi 10 años como uno de los primeros operadores de computadora en la ANDE.

Contrajo deudas, luego abandonó su trabajo y al conocer a delincuentes, ingresó a ese submundo donde se inició cometiendo hechos de estafa y de ahí, al robo de vehículos.

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