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Papacho Viveros Cartes, a quien se conocía como “El señor de los cielos”, dirigía una de las estructuras mejor montadas que surtía de marihuana paraguaya a casi todos los países de la región, con preferencia a los del Río de la Plata. La organización criminal utilizaba avionetas de dudosa procedencia para efectuar la entregas, según explicaron los investigadores.
Supuestamente, en los años 90 Papacho fue reclutado como informante por organismos nacionales e internacionales de lucha contra el narcotráfico y utilizó muy bien esta situación para conseguir impunidad y agrandar sus operaciones, que rápidamente llegaron hasta Bolivia y el Perú, señalaron.
Pese a que sus actividades eran conocidas nunca fue capturado en el país, donde también estaba catalogado como un traficante de cigarrillos y artículos electrónicos.
Pero con el correr del tiempos, los hombres fueron cambiando y las políticas de seguridad se fueron endureciendo, por lo que la red de Viveros Cartes tuvo que cambiar de estrategias para seguir operando.
Sin embargo, en el 2001, nuestro personaje fue detenido en el Brasil cuando aterrizaba en una avioneta cargada con 235 kilos de cocaína. Por este hecho fue condenado a 17 años de cárcel, pero el sospechoso logró que lo extraditaran al Paraguay en el 2007, donde debía purgar el resto de su condena.
Sin embargo, la jueza Ana María Llanes, quien precisamente había solicitado su traslado a nuestro país para ser procesado por otros hechos de narcotráfico, luego de unos meses sospechosamente benefició a Papacho con medidas alternativas a la prisión.
Pero, ni bien Viveros Cartes abandonó su celda de la cárcel Tacumbú, nuevamente comenzó a levantar vuelo con cientos de kilos de marihuana hacia los países vecinos. Fue en uno de esos viajes, específicamente en la tarde del 3 de setiembre del 2012 que se vio obligado a efectuar una aterrizaje de emergencias en el aeroclub de Colonias Unidad, Itapúa.
Transportaba 558 kilos de marihuana prensada hacia territorio argentino y raíz del sobrepeso tuvo que bajar en el aeroclub, guardó la nave con la mercancía y se dirigió caminando hacia la Ruta VI, donde fue recogido por un vehículo.
La indicación que Viveros Cartes dejó al encargado del lugar es que al día siguiente otro miembro de su organización, Cicinio Cardozo Benítez, actualmente preso en la Argentina, también por narcotráfico, iba a retirar la carga, hecho que no ocurrió y agentes de Investigaciones de Itapúa fueron alertados sobre la presencia de la nave cargada con droga, en uno de los hangares del aeroclub. El sitio fue allanado por una comitiva encabezada por la fiscala antidrogas Elva Cáceres, que ordenó la incautación de las evidencias y la captura del narcopiloto.
Casi un año después, la carrera de narcotraficante de Papacho nuevamente se vio interrumpida en la tarde del 29 de julio del 2013, cuando en pleno vuelo fue interceptado por la Fuerza Aérea uruguaya, sobre la cuidad de Cebollati. Papacho acababa de descargar 478 kilos de hierba en una pista de la zona y estaba regresando al país.
El señor de los cielos fue obligado con amenazas a aterrizar para ser detenido. Como su nave estaba vacía, el hombre fue procesado por el delito de violación del espacio aéreo uruguayo y estuvo preso por más de tres años en aquel país rioplatense, hasta que fue liberado en febrero del 2016 y regresó al nuestro país para seguir traficando. Finalmente, el 23 de abril del 2016, nuevamente Papacho se vio obligado a efectuar un aterrizaje forzoso por sobrecarga de marihuana, esta vez en Caazapá y fue detenido. Aquel, aparentemente, fue el último vuelo de Juan Domingo “Papacho” Viveros Cartes, pues ahora, dos años después, fue condenado a 8 años de cárcel por tenencia y comercialización de droga.
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